Operación Dani u Operación Larlar (Incidente en Lydda)

Operación Dani o Larlar: Lydda, Ramla, Latrún y Ramala (10-19 julio 1948)

Nombrada Operación Dani en homenaje a Danny Moss, uno de los miembros del 'Convoy de los 35' (o Convoy Lamed Hey, treinta y cinco escrito con las letras del alfabeto hebreo) que fueron emboscados al intentar reabastecer al sitiado Gush Etzion. También es conocida como Operación Larlar, acrónimo formado por las iniciales de las ciudades afectadas.

Tiene lugar entre la Primera y Segunda treguas de la Guerra de la Independencia; empieza el 10 de julio de 1948 en los pueblos citados, entre Tel-Aviv y Jerusalén, en el Frente Central. Su objetivo era abrir el corredor Tel Aviv-Jerusalén para facilitar el suministro y las comunicaciones con el Jerusalén sitiado. La orden de combate de 26 de junio de 1948 define la misión de la operación así:

"Atacar con el fin de destruir las fuerzas enemigas en la zona de las bases de Lydda-Ramla-Latrún-Ramala, capturar estas bases y, haciéndolo, liberar la ciudad de Jerusalén y la carretera que a ella conduce de la presión enemiga."

La operación tuvo éxito en la toma de Ramla y Lydda.

Batalla de Lydda (julio de 1948)

En Lydda, el Lod actual, estaba (y hoy sigue estando) el principal aeropuerto internacional de Israel. Su ubicación es absolutamente estratégica y esencial para la existencia misma del Estado de Israel.

Durante la Operación Dani varios miles de árabes acabaron saliendo de varias poblaciones, principalmente de Lydda y Ramle; más o menos el 10% del total de los que salieron o fueron expulsados durante toda la Guerra de la Independencia.

Según Benny Morris, aunque esa salida/expulsión de los árabes de Lydda fue ordenada expresamente por Ben-Gurión, no fue debida a una concepción prebélica de expulsión general de los árabes sino resultado de los eventos de la guerra; en todo caso, tras la batalla los árabes de Lydda estaban ansiosos por irse, considerando una gran suerte que les dejaran irse y no les mataran, supongo.

Según otros, no hubo tal orden expresa y directa de Ben-Gurión, sino una clara indicación, esto es, una orden implícita a Yigal Allon, del cuartel general de las IDF, y luego, siguiendo la cadena de mando, de éste a Yitzjak Rabin, jefe de operaciones de la zona, y de éste a Gutzman, el gobernador militar de Lydda tras la batalla. Según otros, ni siquiera hubo tal orden implícita (ver uno de los artículos de Kramer enlazados más abajo, que se refiere a esta disputa).

En LYDDA, 1948: A city, a massacre, and the Middle East today (Oct 21, 2013) Ari Shavit hace una dura, moralmente, exposición del significado - llega a calificarlo como la 'caja negra del sionismo" - que para el éxito y la supervivencia del Estado de Israel tuvo el desalojo árabe de Lydda, propiciado por la 'masacre' que, según él (pero negada por muchos como más abajo vemos), ocurrió durante (o tras) la batalla. Ari Shavit, periodista israelí y miembro del consejo editor de Haaretz, biznieto de los primeros sionistas británicos, es también el autor del libro My Promised Land: The Triumph and the Tragedy of Israel (2013) de donde extrae el relato de los sucesos de Lydda que luego narra en aquél artículo (aunque el artículo no coincide del todo con el libro, como Kramer señala). Una entrevista de Shavit (nov 2013) con quien le empujó a escribir el libro y guió su edición, David Remnick, editor del New Yorker, donde se publica el artículo citado, extractado del libro.

Con su precisión y agudeza habituales, Martin Kramer analiza (y funde) la 'repelente' versión de Shavit (2014) (aquí el texto completo de su artículo y de las diversas réplicas y dúplicas que provocó, y que en los siguientes párrafos citamos), examinando los testimonios de las mismas personas que Shavit usa en su libro como fuente de conocimiento, así como el de otras personas ("que Shavit debiera haber examinado si hubiera querido ser exhaustivo") y otras fuentes, y concluye (en resumen que publica en Facebook) que, a partir de los mismos datos, se puede llegar a una conclusión radicalmente diferente a la de Shavit, una:

"en la que no hubo una 'masacre' ocasionada por deseo de venganza. En su lugar, se trata de un caso temprano de daños colaterales [en una ciudad que se había convertido en un campo de batalla, como precisa en su artículo].

(...)

Tras reexaminar las fuentes de Shavit, no podemos estar seguros de lo que pasó alrededor de la mezquita menor de Lida el 12 de julio de 1948. No pretendo tal certeza... Pero lo que he descubierto tras solo unos días de investigación en los archivos era más que suficiente para reforzar mis dudas iniciales sobre el relato de Shavit, y debería ser suficiente para al menos plantar una semilla de duda en la mente de los lectores de My Promised Land."

Efraim Karsh concurre con Kramer, en The Uses of Lydda (2014), e incluso pone en cuestión la afirmación de Shavit de que la expulsión de la población de Lydda hubiera sido planeada de antemano

"Los planes militares israelíes para la toma de la ciudad no anticipaban éxodo alguno ni tuvieron reflejo en la fase inicial de su ocupación. Más bien al contrario: el comandante israelí aseguró a los dignatarios locales que podrían quedarse los habitantes que quisieran hacerlo. En línea con tal promesa, la fuerza israelí ocupante requirió también un administrador competente y otro personal para llevar los asuntos de la población civil."

Karsh añade que solo cuando parte de la gente del pueblo se negó a rendirse y cuando, parte de quienes se habían rendido, violaron el acuerdo de rendición, abriendo fuego contra las fuerzas israelíes, cambiaron las decisiones sobre la marcha, llevando a que el comandante de la fuerza israelí 'animara' al pueblo a irse. Y, al respecto, Kramer complementa lo que dice Karsh:

Hallé confirmación indirecta de ello en esta entrevista filmada de 1988 con el gobernador militar, Shmarya Gutman, ahora en los archivos del Museo del Palmaj. Según él, el plan original era apartar a los varones árabes en edad de combatir y hacerlos prisioneros. Si esto se hubiera logrado, el resto de la población no podría haberse organizado para marcharse. Gutman:

De hecho se había decidido tomar a los hombres jóvenes retenidos en la [Gran] Mezquita y tenerles en adelante como prisioneros. Pero yo sabía que si esto ocurría, la operación de salida no se implementaría. El lugar seguiría siendo una olla a presión. Nos encontraríamos empantanados con miles de ancianos, solo para que unos pocos jóvenes varones pudieran ser hechos prisioneros. Los liberé antes de que llegaran los autobuses [para transportarlos a los lugares de detención]. Cuando llegaron los autobuses preguntaron¿Dónde están?” Dije: “Se han ido todos.” “¿Cómo es eso? Queríamos llevárnoslos.” Dije: “No recibí ninguna orden.”

El entrevistador pregunta a Gutman si tomó la decisión por sí. Su respuesta: “Lo hice todo por decisión propia. No recibí orden de detenerlos."

Benny Morris replica a Kramer, al que critica, insistiendo en que en Lyda hubo masacre y expulsión. Kramer, a su vez, se divierte duplicando a Morris, entrando además en el relato sobre lo ocurrido en Lyda que éste hace en sus libros; el título de su dúplica lo dice todo: Distortion and Defamation. En ella, tras detallar la inconsistencia de las críticas de Morris, concluye:

Repito: no puedo reconstruir una narración absolutamente cierta de los eventos del 12 de julio de 1948 en Lydda. Hay demasiadas lagunas y contradicciones en los archivos. Pero rascando un poco no he tenido problema alguno en sembrar dudas sobre la rígida dramatización de Shavit y sobre las presuntuosas aserciones de Morris.

¿Por qué importa ello?

El repelente aserto de Shavit sobre Lydda, “el sionismo llevó a cabo una masacre en la ciudad de Lydda”, ridiculizado incluso por Morris, es parte de la respuesta. Hay quienes sostienen que Israel se creó mediante una masacre, que el sionismo facilitó y legitimó. (...)

Conforme a esa visión, el "pecado original" del nacimiento de Israel no fue la expulsión. Los palestinos no habrían huído de sus casas si no hubiera habido masacres repetidas y planificadas, que desde entonces se han escondido en "cajas negras". Lydda se yergue como ejemplo principal.

“La desproporción habla de masacre, no de 'batalla'”. Tal igualmente repelente afirmación, de Morris, difama a Israel tanto como la de Shavit. (...)

En el lugar de una presunta masacre se presume otra [se refiere a una manifestación celebrada en Lod, antes Lydda, en julio de 2014, cuando Israel lleva a cabo la Operación Margen Protector, en la que los manifestantes acusan a Israel de estar cometiendo una nueva masacre en Gaza]. Así es como los mitos se convierten en mitología. Y por eso es tan importante reconocer que incluso en Lydda, supuesto lugar de la “mayor masacre” de 1948, simplemente no podemos estar seguros de que hubiera una “masacre” en absoluto.

Morris, a su vez, replica a la dúplica de Kramer, calificando a éste de mendaz e insistiendo en que la desproporción de muertes en Lydda, que coloca en 250:0 o 250:2 - o "aunque fueran 200", dice él mismo poniendo sus números en duda -, indica que no se trató de una batalla sino de una "masacre, si bien provocada"... aunque él mismo señala que a lo mejor el problema viene del significado que se dé a la palabra masacre. Kramer, una vez más, contesta a Morris, volviendo a poner en duda los números y, sobre todo, el ánimo y el contexto; ambos escritos en The Meaning of “Massacre”. Comentando el debate, Jamie Palmer publica Euphemism, Dysphemism, and Masochism (Sep 4, 2014), un interesante artículo (aquí se reproduce el mismo artículo, pero con comentarios de los lectores que intervienen en el debate). Meses después Kramer participa en una mesa redonda sobre el Incidente de Lydda, de lo que da noticia en Lydda, 1948: They Were There. A finales de 2014, Rick Richman escribe Lydda 1948: The Dog That Didn’t Bark, haciéndose eco de esta polémica y enlazando con:

No obstante, el relato de Shavit, en lo que concierne a esta batalla, se funda en datos que ya fueron puestos muy en duda en Myths and Historiography of the 1948 Palestine War Revisited: The Case of Lydda (2005), de los profesores de la Universidad Hebrea Alon Kadish y Avraham Sela (en el 2000, Kadish y Sela ya había publicado su libro La Conquista de Lod, Julio de 1948, en hebreo, כיבוש לוד, יולי 1948), donde niegan que el desalojo de la población árabe descrito por Shavit fuera premeditado, y se afirma que más bien fue fruto de una batalla compleja y mal ejecutada, y se niega que haya evidencia alguna que pruebe la existencia de la masacre también descrita por Shavit: 

"La historiografía revisionista árabe e israelí ha tomado los acontecimientos ocurridos en Lydda (Lod, al-Lud) durante la Guerra Palestina de 1948 (la Guerra de la Independencia israelí) como ejemplo de la premeditada expulsión de los árabes palestinos en 1948, unida a una masacre de civiles árabes por las fuerzas israelíes." A partir de documentos hechos públicos recientemente, el artículo explica los orígenes de tales alegaciones. 

"(...) Una meticulosa reconstrucción de la batalla... proyecta serias dudas sobre, si es que no refuta plenamente, el argumento de la masacre."

Y también es puesto en cuestión, tras su publicación en Ari Shavit's Lydda Massacre. Sol Stern dice que el relato de Shavit sobre Lyda es una "grosera distorsión histórica", al sacar de su contexto una historia bien conocida y cargarla con un peso moral insoportable. Allan Gerson lo califica de "altamente tendencioso".

Si bien el relato de Shavit pretende ser más emotivo y moral que historiográfico, tampoco coincide con el del libro Genesis 1948 (1972) de Dan Kurzman; y, aunque próximo, la idea general que transmite tampoco coincide del todo con la del libro 1948: A History of the First Arab-Israeli War (2009) de Benny Morris, probablemente el libro más leído y citado sobre la Guerra de la Independencia de 1948, aunque sí con la idea que más acerba y menos matizadamente había expuesto el mismo Morris en un artículo de 1986, Operation Dani and the Palestinian Exodus from Lydda and Ramle in 1948. En todo caso, Morris, que como hemos visto descalifica las afirmaciones de Shavit, usa el mismo sustantivo que éste, 'masacre'; y es indudable que Shavit basa su relato en gran medida en la visión general que del mismo transmitió Morris.

Como señala Kramer, los hechos ocurridos en Lod han sido objeto de gran debate entre los historiadores israelíes. Mordechai Bar-On examina el debate en De vuelta a Lod y Ramle (en hebreo, בחזרה אל לוד ורמלה), donde reconoce méritos tanto a los argumentos de Morris como a los de Kadish y Sela, pero acaba inclinándose por los de estos.

En cualquier caso, en su comentario al libro de Shavit, Daniel Gordis había escrito respecto al pasaje de lo ocurrido en Lydda:

Acaso el capítulo más doloroso de Shavit es el relativo a la muerte masica y exilio de los árabes de Lydda en la Guerra de Independencia. Cuando recientemente lo publicño en The New Yorker, inmediatamente surgieron respuestas predecibles. Estaba la “Ves … Israel nació en pecado y como violento asesino hasta nuestros días.” Y la “No, Israel es legítimo, precisamente porque nunca ocurrió nada parecido.”

Un artículo, escrito por un defensor de Israel muy articulado y conocedor, cita a un periodista, Dan Kurzman (que, aunque prolífico, no era un historiador profesional), como base para sostener que Lydda se había “rendido, pero rompió su palabra, masacró y mutiló soldados israelíes y, a pesar de ello, se dejó que sus residentes salieran ilesos”. Entonces, se pregunta el escritor luego, “¿por qué Shavit y sus editores omiten el hecho crucial de que Lydda se había rendido y se había comprometido a desarmarse y vivir en paz, y que los israelíes habían acordado dejarles quedarse?”

Pregunta justa. Así que releí partes de una historia autoritativa de la época, el magistral 1948 de Benny Morris. Morris escribe (págs. 286 y ss) que los archivos de las IDF muestran que se mataron 250 civiles, y que Ben Gurión autorizó la expulsión de los 50.000 residentes de la ciudad (y luego se jactó ante su Gobierno de que no quedaba ni uno). [En su dúplica a Morris, Kramer muestra cómo ambas afirmaciones son más que dudosas] Los archivos del Cuarto Regimiento de las IDF informaron de que “unos 30.000 mujeres y niños de … Lydda … sufren hambre y sed hasta el punto de que muchos de ellos han muerto”. ¿Cuenta esto como “que se permitió salir ilesos a todos los residentes?” En cuanto a la "rendición”, Morris escribe que “así como el instrumento de rendición implícitamente permitió a los habitantes de Ramla” quedarse, Yitzchak Rabin dio la orden de que “los habitantes de Lydda debían ser expulsados rápidamente sin mirar su edad” (pág 290).

Yo no soy historiador ni nunca he investigado la época. Así que no pretendo saber precisamente que ocurrió. Lo que, sin embargo, parece incontrovertible es esto: como la historia de esa época es muy controvertida, la honestidad intelectual exige que, al menos, no pretendamos que no lo es. ¿Han creado Morris (historiador de clase mundial) y Shavit (otro igualmente talentoso periodista) a sabiendas un relato ficticio? ¿O es más probable que mi país de adopción (re)naciera en circunstancias que fueron mucho más complejas – y confusas y dolorosas – que las narradas en las historias con que muchos de nosotros fuimos educados?

Yo creo que, en gran parte, Kramer ha respondido a Gordis (y no olvidemos que aquél es Presidente del Shalem College, del que Gordis es Vicepresidente Senior).

Contra lo que afirma Shavit (Sep 3, 2014), es manifiestamente cierto que su capítulo sobre Lydda ha sido extensamente utilizado por los enemigos de Israel; por ejemplo, recuerda Kramer (Sep 5, 2014), al publicar reseñas del libro de Shavit, por:

Yo he añadido su instrumentalización en Making Sense of the Nakba: Ari Shavit, Baruch Marzel, and Zionist Claims to Territory (Ian S. Lustick, Journal of Palestine Studies, Winter 2015, pp. 7-27).