1892 - Bialiq publica El Ha-Tzipor

Bialiq

חיים נחמן ביאליק (Jaim Najman Bialiq, 1873-1934) uno de los más grandes poetas que han escrito en hebreo (él también escribió en yidish) y, desde luego, el más grande de su época, es considerado uno de los pioneros de la poesía hebrea moderna.

Como resume Daniel Gordis (Israel: A concise history of a nation reborn, 2016), su poesía capta la desesperación y tristeza reinante entre los judíos de finales del siglo XIX y su añoranza por una tierra que, aunque nunca la habían visto, consideraban su hogar, la Tierra de Israel, entonces llamada Palestina, y que pensaban, o deseaban, que realmente lo volvería a ser.

En 1892, cuando tenía 19 años, publica El ha-tzipor (Al pájaro), uno de sus más conocidos poemas, en el que elucubra:

En esa cálida y bella tierra,

¿también reina el mal,

y ocurren calamidades también?

En el poema, se dirige a un pájaro recién retornado de Palestina y le dice:

Como añoraba mi alma oír tu voz

Y le pregunta:

    ¿Tiene piedad Dios en Sión?

    ¿Cae el rocío como perlas sobre el Monte Hermón?

Cuando eso escribe, la vida de los judíos de la Europa oriental era miserable; a los judíos rusos se les había forzado a vivir en una zona específica, conocida como Zona de Residencia (solo entre 1891-1892 más de 20.000 judíos son expulsados de Moscú), y el número de ellos que podía estudiar había sido restringidísimo.

El odio y la violencia contra los judíos europeos era rampante y, a menudo, alentada por los propios gobiernos y las autoridades locales. La tradicional violencia contra los judíos había adquirido una nueva intensidad en ese fin de siglo, y se había vuelto más compleja.

El odio al judío, que hasta entonces venían apoyándose en un argumento religioso, teológico, que los judíos mataron a Cristo, en esa época se racionaliza y adopta un nuevo carácter étnico: el problema con los judíos es su raza, no su religión. 

Es por entonces cuando en 1879 el racista alemán Wilhelm, que rechazaba la idea de que los judíos pudieran asimilarse en las sociedades en que vivían acuña un nuevo término para referirse (y encubrir) el odio al judío: antisemitismo. Bien sabemos el éxito que, desgraciadamente, ha adquirido esta palabra. Desgraciadamente porque con ello no hace sino proveer la pátina científica-analítica con la que encubrir el puro odio al judío.

Entre 1882-1914, 2,5 millones de judíos se exilian de Austria, Polonia y Rumania, y otros países de Europa Oriental; desde finales del siglo XIX y hasta el comienzo de la I Guerra Mundial, 1,3 millones de judíos rusos emigran, mayoritariamente a EEUU y unos pocos a Palestina.