1921 - Se funda el kibutz Ein Harod

Resumen

El 21 de septiembre de 1921, unas docenas de pioneros judíos, veinteañeros y comunistas radicales, de la Segunda y Tercera Aliá, unidos en la Brigada Laboral, entran con dos coches, cuatro caballos y unas cuantas carretas en el valle de Harod donde fundan el kibutz Ein Harod (עֵין חֲרוֹד) (en el mapa), el primer gran kibutz (años antes se había fundado el kibutz Degania), al lado del manantial de Harod, cerca del Monte Gilboa.

Los pioneros israelíes fundan Ein Harod sobre 29.000 dunams comprados por Joshua Henkin a la familia Sarsouk, terratenientes de Alejandría. Hasta entonces las tierras eran trabajadas por siervos campesinos la familia que vivían en Ein Jaloud y en los otros dos pueblos y dos aldeas que había en la zona.

El Monte Gilboa, al norte de Israel, es donde, en el siglo 10 aC, el Rey Saúl y su hijo Jonatan murieron cuando los filisteos aplastaron al ejército de Israel. El manantial de Harod es el lugar al que Gedeón llevó sus guerreros y donde separó a los bravos de los tímidos, a los aptos de los ineptos para servir a su pueblo, antes de derrotar a los madianitas (Jueces, 6-8).

Un breve relato muy bonito sobre esta fundación puede leerse en las primeras páginas de My Promised Land: The Triumph and Tragedy of Israel Hardcover (Ari Shavit, 2013). El autor dice que Ein Harod es, "de alguna manera, la Fuente, el punto de partida, psicológico de Israel". Aunque resisten, la vida no es fácil; Shavit cita el relato de uno de los pioneros: "Estamos erguidos desnudos ante el universo";

"Estamos totalmente expuestos. Y en medio de esta explosiva situación, intentamos dar forma a una nueva manera de vivir. Pero, también nuestra vida está expuesta y es dura. Carecemos de la sutileza de anteriores generaciones. No tenemos la clemente ambigüedad del crepúsuculo. Aquí es noche o día. Duro trabajo al mediodía y debates ideológicos en la noche. Una familia amorosa, la suave caricia de la mano de una madre, la severa pero alentadora mirada de un padre que nos quiere - todas esas cosas que hacen llevable la vida - son cosas que aquí no hay. Incluso el contacto íntimo entre un hombre joven y una mujer joven tiene lugar ahí delante de todos, cuestión de hecho, obvia, casi brusca. Y así debemos vernos revelados y expuestos. Desnudos. Totalmente desnudos. Cada centella de luz debemos instilarlanos en nuestros corazones. Cada gota de vida debemos embebecerla del manantial de nuestras propias almas. ¿Y dónde encontraremos la fuerza? ¿Cómo podremos seguir adelante, para conquistar cada día? ¿Dónde encontraremos la fuerza? ¿Dónde?