5. Destrucción de Jerusalén y del Segundo Templo (70)

Resumen

Fuente: Ministerio de AAEE de Israel, Historia de la destrucción de Jerusalén en el año 70 después de Cristo, por los Romanos, bajo la dirección de Tito, Titus breaks through the J'lem wall (Michael Omer-Man)

El Monte del Templo: Primer y Segundo Templos

Las más antiguas tradiciones judías sugieren que todos los Patriarcas (Abraham, Isaac y Jacob) rezaron en el Monte Moriah, la montaña hoy conocida como Monte del Templo, donde se ubicaron los lugares de culto más sagrados para los judíos, tanto 

Durante el período del Segundo Templo los judíos controlaban Jerusalem y el Monte del Templo, pero política y económicamente eran súbditos de diversos imperios foráneos.

Diez años después de la muerte de Herodes (4 AEC), Judea quedó bajo la directa administración romana (6 dC).

El creciente enojo contra la supresión romana de la vida judía condujo a violencias esporádicas que culminaron en una revuelta general en el año 66 dC.

La Piedra de Magdala describe el Segundo Templo, incluido su Sancta Sanctorum

En 2009 se descubre cerca del Mar de Galilea (lago Tiberíades) la conocida como Piedra de Magdala que, según los arqueólogos, representa el Segundo Templo de la época de Herodes.

Tito conquista Jerusalén y destruye el Segundo Templo

En el año 70 dC ocurrió lo predicho por Jesucristo:

"Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que se cumpla el tiempo de los pueblos." 

Cuando los judíos levantados en la Galilea se enfrentaron a su derrota en los primeros años de las revueltas, sus líderes, decididos a oponerse a los romanos, huyeron a Jerusalén, donde muchos de los rebeldes, los conocidos como zelotes, hicieron sus últimos esfuerzos para evitar la destrucción del Templo.

Durante esa época, en el 69d C, también había luchas de poder en Roma y el comandante de las fuerzas romanas en Israel, Vespasiano, parte urgentemente de Tierra Santa hacia Roma para reclamar el trono de su imperio, dejando a su hijo Tito responsable de la captura de Jerusalén. 

Mientras que su padre había sitiado la ciudad pacientemente durante casi dos años, Tito quería demostrar su valía y decidió tomar la ciudad. A través del esclavo judío e historiador romano Flavio Josefo, hizo varios intentos de negociación con los líderes rebeldes judíos, pero los líderes zelotes, decididos a defender el Templo y la ciudad santa, se negaron a hacer concesión alguna. Esta posición de los zelotes provocó un importante y sangriento conflicto entre los judíos de Jerusalén, muchos de los cuales, especialmente los más adinerados, acaso presintiendo la destrucción, querían negociar algún tipo de rendición. Acaso como último intento para motivar a sus correligionarios a luchar contra el sitio romano, en un determinado momento comenzaron a quemar las tiendas de comida. Algunos historiadores sostienen que murieron más judíos por las luchas intestinas que por los ataques romanos en sí.

El 70 dC, Tito Flavio Vespasiano derrota a los judíos rebelados, destruye totalmente Jerusalén y, poco después (73 dC), derrota su última posición en Masadá, donde se habían refugiado los pocos judíos que sobreviven a la destrucción de Jerusalén.

Aunque se debate si Tito dio la orden, las legiones de Tito hicieron que Jerusalén cayese pasto de las llamas, derribaron la triple muralla y destruyeron y mancillaron el Segundo Templo de los judíos. Flavio Josefo dice que los soldados romanos, contra las órdenes de Tito, prendieron fuego a una casa adyacente al Templo y sus llamas se extendieron rápidamente hasta acabar con éste; otros historiadores sugieren que el relato de Josefo es producto de una revisión provocada por Tito para lavar su imagen.

Al mismo tiempo, los romanos arrasaron completamente los alrededores de Jerusalén en un radio de 18 km, convirtiéndolos en un desierto calcáreo que aún subsiste hoy. Además, para construir sus torres de asalto y sus catapultas, Tito había ordenado la tala de los árboles hasta 10 km. alrededor de Jerusalén. Escribe Flavio Josefo:

Y verdaderamente, el mismo panorama era algo melancólico; pues los lugares que estaban adornados con árboles y agradables jardines ahora se habían vuelto en campo desolado en todas las facetas, y sus árboles habían sido todos talados. Ningún forastero que antes hubiera visto Judea y los más bellos suburbios de la ciudad, y ahora la viera como un desierto, podría sino lamentar y afligirse tristemente ante cambio tan grande.

En Did Jews Abandon the Temple Mount? (F.M. Loewenberg, Summer 2013) se hace un repaso documentado de los sucesivos períodos históricos del Monte del Templo hasta hoy.

En el Arco de Tito en Roma se relata este episodio histórico, reflejando incluso la menorah que expolian del Templo, como pinta Nicolás Poussin en el siglo XVIII.

En el 132 los romanos derrotan a los judíos dirigidos por Ben Cojba

Más tarde (132 dC), los romanos destruyeron totalmente sus pobres restos, cuando los judíos, bajo las órdenes de Ben Cojba (nombre transmitido por los "rollos del Mar Muerto"), intentaron desprenderse del yugo romano.

Adriano fundó, sobre las ruinas de Jerusalem, una nueva ciudad, a la que llamaron Aelia Capitolina en un intento de borrar cualquier vestigio jerosolimitano, elevando sobre el Monte Sión un templo a Júpiter Capitolino. 

El Arco del Triunfo de Tito

Para celebrar la conquista de Jerusalén, Domiciano, hermano de Tito, levanta el Arco del Triunfo de Tito en Roma, situado en la esquina sudeste del Foro, en el que se muestra a los judíos sujetos a esclavitud (y bajo el que no pasan muchos judíos hoy), y con los tesoros del Templo judío de Jerusalén, fundidos, construyen el Coliseo romano.

La destrucción total de Jerusalén y del Segundo Templo fue catastrófica para el pueblo judío. Según Flavio Josefo —historiador judío de la época, sometido a esclavitud, llevado a Roma y romanizado y repudiado por los judíos―, cientos de miles de judíos perecieron en el asedio a Jerusalén y en distintas partes del país, y muchos miles fueron vendidos como esclavos. 

Los judíos conmemoran anualmente la destrucción del Segundo Templo durante el ayuno de Tisha b’Av.

Posteriores destrucciones y conquistas de Jerusalén

Doscientos años más tarde, la piadosa emperatriz Elena llegó desde Bizancio para buscar los lugares santos, logrando hallar el Santo Sepulcro de Jesucristo. Desde ese instante, Jerusalén se convirtió en juguete de la historia. 

En el año 614 fue destruida por los persas, en el 637 conquistada por el califa Omar, en el 1072 por los selúcidas y en el 1099 por los cruzados cristianos.

En el año 1187, el sultán Saladino volvió a arrebatar la ciudad a los caballeros francos. En el 1617 asaltaron sus muros turcos osmanlíes.

En 1917 entró en la ciudad el ejército inglés. 

En 1948, Jordania e Israel luchan denodadamente por la posesión de la "Ciudad Santa".

Finalmente, desde 1967 la ciudad reunificada es la capital de Israel

Presencia judía en el Monte del Templo entre el (70 dC) hasta la Guerra de los Seis Días (1967)

We have returned to the Temple Mount: A survey of Jewish Presence on the Jerusalem Temple Mount from the Destruction of the Second Temple (70 CE) until the Six Day War (1967) (Prof. F. M. Loewenberg, June 12, 2011)

The Mounting Problem of Temple Denial (David Barnett, Aug 29, 2011)

La Negación del Templo es la creencia de que en Jerusalén nunca existió un Templo judío. Tal pretensión, aun yendo contra la tradición islámica, fue asumida por los círculos académicos, religiosos y políticos tras la Guerra de los Seis Días de 1967. Desde la Cumbre de Camp David de 2000, en la que Yasir Arafat sostuvo que el Templo judío nunca existió, la “Negación del Templo” se ha extendido con creciente virulencia en un intento de negar tanto la autoridad como el acceso de los judíos al Monte del Templo y al Muro de las Lamentaciones.

Restos numismáticos de la época encontrados en 2014