1983 - 2000 - La Guerra sin nombre: Israel en Líbano

La Guerra sin nombre

Quizá sea Matti Friedman, que sirvió entre 1998-2000 en los coletazos finales de esta guerra, quien más haya intentado difundir su historia. Comenzó haciéndolo en 2016 con una maravillosa novela, PUMPKINFLOWERS, FLORES DE CALABAZA, en hebreo DLA'AT (דְּלַעַת - דלעת) CALABAZA, en la que narra noveladamente su experiencia en la misma. DLA'AT, CALABAZA, es el código con el que el ejercito israelí designa al soldado caído en conflicto armado.

Junto al productor Israel Rosner también ha producido una miniserie estrenada en 2020 con ese título: MILJAMAH BLI SHEM (מִלְחָמָה בְּלִי שֵׁם - מלחמה בלי שם) UNA GUERRA SIN NOMBRE, como cuenta en esta entrevista.

Esta Guerra comienza en 1983, poco después de que terminara la Primera Guerra del Líbano, cuando Israel intenta rediseñar el País de los Cedros más a su gusto, logrando tan solo verse embebecido por el "lodazal libanés", según el dicho, durante 18 años, en los que sus objetivos cambian hasta el punto de resultar confusos, y que dura hasta que el 24 de mayo de 2000, Ehuda Baraq, entonces primer ministro de Israel, retira del Líbano al último de sus soldados.

Israel nunca ha reconocido este conflicto como Guerra, al punto de que, a diferencia de los caídos en sus otros guerras, en las tumbas de los 675 (número no oficial, sino contado por Haim Har-Zahav, Yosifún Káufman y 'Oded Kramer) soldados israelíes fallecidos en este conflicto no se les identifica como caídos en guerra, sino que simplemente se dice que fallecieron en Líbano.

El objetivo inicial declarado por el entonces primer ministro Menájem Béguin, a propuesta de su arquitecto, el entonces ministro de defensa, Ariel Sharón, era sacar del Líbano a los milicianos de la OLP, y otros grupos terroristas, que venían perpetrando numerosos ataques terroristas contra Israel, especialmente contra los israelíes del norte, fronterizos con Líbano y Siria. Ese objetivo fue efectivamente logrado, pues al finalizar la Primera Guerra del Líbano los militantes palestinos en Líbano, con Yasser Arafat a la cabeza, deben partir a Túnez.

Pero, logrado ese objetivo, Israel quiso rediseñar Líbano, coaligándose con algunos de sus actores, esencialmente con los maronitas cristianos, y ayudándoles a formar su Ejército del Sur del Líbano, para implantar un sistema y gobierno menos antagónico, al que se llamó el Estado Libre del Líbano. Aquí fracasó y solo logró embarrarse en la guerra civil libanesa que siguió, teniendo que dedicarle cada vez más recursos, y generar mucho malestar también en el interior de Israel, agitado y encabezado por el Movimiento de las Cuatro Madres.