Es la acusación dirigida contra los judíos de no ser leales con los países de los que son nacionales y de anteponer los intereses de Israel a los de su propia nación o, en el mejor de los casos, de mantener dobles lealtades.
Aunque desde luego no han sido ni los únicos ni los primeros, esta acusación ha resurgido con fuerza tras la publicación del libro The Israel Lobby de John Mearsheimer y Stephen Walt, en el que arguyen que la política de EEUU en Oriente Medio fue manipulada en favor de los intereses de Israel y contra los intereses de EEUU mediante maquinaciones de un poderoso lobby, y acusaban a judíos americanos con altos cargos en EEUU de usar sus puestos en favor de Israel. Para hacerlo usaron como fuente de autoridad a Akiva Eldar, editorialista del periódico israelí Haaretz, citando una de sus columnas de 2002 en la que acusaba a Richard Perle y Douglas Feith, que ocuparon cargos sensibles en los gobiernos de Ronald Reagan y George W. Bush, de “caminar por una línea muy fina entre su lealtad a los gobiernos americanos… y los intereses de Israel”.
La gente de la izquierda, especialmente en EEUU, ha reconvertido el despreciativo 'neocom', esto es, la gente que se pasó de la izquierda a los conservadores, en un nuevo antisemita 'ziocon', que vendría a querer decir 'nuevo sionista', cargado con la misma carga despreciativa.
En la misma línea, acusan a los americanos defensores de Israel de 'likudniks', en referencia a los miembros del Likud, partido de la derecha israelí que en la actualidad encabeza la coalición gubernamental que gobierna en Israel, durante muchísimos años dirigido por el despreciado, por la izquierda, Menájem Beguin, y en la actualidad dirigido por el igualmente despreciado, por la izquierda, Benyamín Netanyahu.