1882-1903 - Primera Aliá

Resumen

Fuente: Ministerio de AAEE de Israel

Con la palabra hebrea ALIAH, que significa ASCENSO, se denomina la inmigración de judíos en la Tierra de Israel.

La primera ALIAH fue provocada por las algaradas contra los judíos que se producen en Rusia y que lleva a que 35.000 judíos rusos (básicamente) inmigraran a la Tierra de Israel, asentándose en MOSHAVOTS (primigenios asentamientos cooperativistas en Israel), que serían el origen del YISHUV (la comunidad de judíos en la Palestina luego sujeta al Mandato de NNUU, ejercido por el Reino Unido, y origen organizativo de lo que en 1948 devendría el Estado de Israel).

Antes de que comenzara la Primera Aliah había en Palestina entre 25-35.000 judíos pertenecientes a la antigua comunidad judía; antes de que comenzara la Segunda Aliá ya había 55.000, de los que 10-15.000 pertenecían al 'nuevo yishuv'; estos últimos, al margen de unos pocos que lo hacían en Jerusalén y otras ciudades, vivían en los 7 moshavot hasta entonces fundados - al sudeste de Yafo; en el Monte Carmel y la Samaria al sur del Carmel (no la Samaria poblada de árabes más al este); y en la Alta Galilea Oriental -, todos mediante iniciativa y capital privados de los inmigrantes, salvo Ekron, establecido por el Barón de Rotschild, "El Bien conocido Benefactor" (aunque en pocos años el Barón sostendría además Rishon Letzión, Rosh Pina y Zijrón Ya'akov y apoyaría a los demás), y Gedera, establecido por los Biluim con ayuda del Comité Odesa de los Hovevei Tzión:

Inspirados por la ideología sionista, dos grandes olas de inmigrantes judíos de la Europa del Este llegaron al país a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. En este momento, la inmigración a Israel era aún una opción más que una necesidad imperiosa.

Entre 1882-1903 tiene lugar la Primera Aliá a gran escala, unos 60.000 (pero pronto muchos volverían a sus países o emigrarían a otros, principalmente Estados Unidos, Argentina y Sudáfrica, quedando 30.000 o menos), principalmente judíos provenientes de Rusia, incluso pequeños grupos de Hovevei Tzion (Amantes de Sión) que se habían organizado en Rusia, Galicia y Rumania para comprar tierras en palestina donde fundar asentamientos agrícolas. Incluso Herzl la desconocía en gran medida cuando escribe El Estado Judío. La segunda aliá, entre 1904-1914, traería judíos polacos, mayoritariamente.

Nacionalistas de ideología fundamentalmente secular, socialista e igualitaria, la Primera Aliá incluyó dos grupos de intelectuales:

El resto de los miembros de Hovevei Tzion eran familias judías de clase media que llegan por motivos tanto personales como nacionalistas, mayoritariamente religiosos, sin educación ni liderazgo, que buscaban vivir "bajo sus propias viñas e higueras". tenderos o funcionarios religiosos, no sabían nada del trabajo en el campo.

Una de las primeras tareas del sionismo fue la recuperación del hebreo como idioma nacional. 

Estos inmigrantes asumieron la responsabilidad de ir concretando sobre el terreno hechos favorables a la futura creación del estado judío, dejando a los sionistas del exterior, liderados principalmente por Jaim Weizman tras el fallecimiento de Herzl, la creación de símbolos y la búsqueda de la aceptación de su legitimidad por los líderes mundiales. Esta dualidad, aun complementaria, luego dio lugar a no pocas disensiones.

Esta época, la del yishuv (literalmente, asentamiento) hasta la fundación del estado de Israel, se caracteriza por el constante debate intersionista y las frecuentes discrepancias internas entre las crecientes comunidades judías de Palestina y los líderes del yishuv y los del movimiento sionista en el exterior.

Debate y disensión pueden considerarse características definitorias del movimiento sionista. Lo debatían todo: si podían usar mano de obra árabe, o si eso les impediría crear un nuevo ethos; si era conveniente depender de los árabes o era mejor ser autosuficientes, tanto para ser independientes como para no explotar a otros; si deberían cooperar con los árabes o mantenerse separados; si era lícito seguir comprando tierras, esenciales para ir ganando control del territorio, a los terratenientes otómanos ausentes sin parar mientes en los colonos que las trabajaban y debían ser desplazados; si la inmigración debía ajustarse a lo que pudieran tolerar los árabes o debía ser todo lo masiva que pudiera lograrse; si debían limitarse a defenderse o prepararse para atacar preventivamente; si un acuerdo con los árabes sería posible o el conflicto inevitable; etc. Si bien Weizman señala la predisposición a convertir Palestina en algo totalmente judío, lo cierto es que la respuesta a esas interrogantes se mantuvo abierta hasta los disturbios árabes de 1920-1921, agravados desde 1929-1930 en los años '30, y, sobre todo, con las revueltas árabes de 1936-1939.

Resueltos a restaurar su patria labrando la tierra, estos pioneros redimieron los áridos campos de siglos de abandono, construyeron nuevos asentamientos y sentaron las bases de lo que posteriormente sería una floreciente economía agrícola.

Los recién llegados afrontaron condiciones extremadamente difíciles: la actitud de la administración otomana era hostil y opresiva; las comunicaciones y el transporte eran rudimentarios e inseguros; los pantanos estaban infectados por la mortal malaria; y el suelo en sí sufría por siglos de abandono y negligencia. 

Los otómanos habían restringido la inmigración de judíos y su adquisición de tierras así como habían prohibido la construcción sin un permiso especial, que se podía obtener solamente en Estambul.

Si bien estas dificultades perturbaron el desarrollo del país, no lo interrumpieron.

Al estallar la Primera Guerra Mundial (1914) la población judía en la Tierra alcanzaba las 85.000 personas, comparadas con las 5.000 que vivían en el país a comienzos del 1500.