Activistas pro Rusia en Dontesk, Ucrania ( Foto de Efrem Lukatsky)
Para algunos analistas algo extraño sucedió el 21 de marzo: Rusia perdió una guerra y prácticamente nadie se dio cuenta. Al mismo tiempo que el presidente ruso Vladimir Putin estaba firmando un tratado para finalizar su anexión de Crimea, el primer ministro de Ucrania Arseniy Yatsenyuk firmaba el pacto de asociación entre Ucrania y la Unión Europea (UE). Ese tema fue precisamente lo que quiso ganar Putin, algo que ya perdió. Desde la negativa del ex presidente de Ucrania, Viktor Yanukovich para firmar el convenio por presión de Moscú, se llevó a las sangrientas manifestaciones en Kiev que obligaron a Yanukovich a dimitir del poder y estimularon la incautación de Crimea por Rusia.
Ese tipo de intercambio hace ver muy mal a Rusia hoy y ya veremos cómo se verá - peor - en el futuro. La influencia política de Rusia en Ucrania y sus sueños de crear una unión económica para competir con la UE se ha ya derrumbado. En lugar de lograr sacar a EE.UU. y a la UE de su frontera occidental, las acciones de Putin han fortalecido los lazos entre Kiev y Occidente. Así que la decisión de Putin de aprovecharse Crimea en lugar de servir como triunfo lo más probable es que termine desastre.
Costos económicos
Mientras que Putin sueña con ver a Rusia como una gran potencia, el país es un cascarón vacío de lo que fue, con su influencia política y militar menguante y una economía que se tambalea al borde del abismo. La elevada inflación, el debilitamiento del rublo, las enormes salidas de capital y la falta de reformas económicas han contribuido a una gran desaceleración comparada con el año pasado, que a partir de un aumento previsto del 3.6 por ciento de crecimiento ha dado a un mediocre 1.3 por ciento. Y la crisis de Crimea sólo se sumará a estos problemas económicos.
Un informe del Banco Mundial pone de manifiesto que en el mejor de los casos Rusia está pisando pantanos económicamente hablando para el futuro próximo. Y en el peor de los casos se espera aún peor: una contracción de 1.8 por ciento para 2014.
Los indicadores a corto plazo son ciertamente alarmantes. El rublo se mantiene en descenso (un 9 por ciento por año), el mercado de valores se ha reducido en un 18 por ciento, y el dinero no puede encontrar su camino fuera del país lo suficientemente rápido. Según el ministro de economía de la nación, Alexei Ulyukayev, salieron $ 70 mil millones del país en tan sólo el primer trimestre del año, y si ese número llega a 150 mil millones dólares la proyección de una contracción de casi el 2 por ciento se convertirá en una realidad.
Aunque las sanciones de Estados Unidos están atrayendo la mayor atención y contribuyen a la situación económica cada vez más grave, en realidad son el menor de los problemas de Rusia.
Un problema mucho más grande es que las grandes instituciones financieras como el Deutsche Bank están recomendando a sus clientes no invertir en Rusia; dos de las mayores agencias de calificación, Standard & Poors y Fitch, han rebajado de Rusia grado de inversión de "estable" a "negativa ", e incluso MasterCard y Visa están terminando las relaciones con los principales bancos de Rusia para evitar la trampa de las sanciones estadounidenses.
En el corto plazo es probable que Rusia sea pasada por alto por los inversores y las multinacionales internacionales. Y como resultado se pierda el tipo de innovación económica que el país necesita desesperadamente para diversificar su economía casi totalmente dependiente de hidrocarburos. Por eso el propio viceministro de economía e incluso Putin han dicho "la situación económica muestra signos claros de crisis. "
Hidrocarburos
Las reservas de petróleo que estimularon el crecimiento de Rusia en el pasado reciente no son la panacea. Moscú depende en demasía de los ingresos petroleros y de gas. Representan la mitad la mitad del presupuesto federal del país. Y aunque los países europeos compran una parte desproporcionadamente elevada de petróleo de Rusia esa dependencia está disminuyendo rápidamente.
Rusia trata de utilizar los hidrocarburos como arma de presión como lo ha hecho en el pasado pero se ha visto en los últimos meses que el impacto no necesariamente produce resultados. A raíz de Crimea - e incluso sin más provocación de Rusia - los países europeos están diversificando más su consumo de energía. La realidad es que Rusia es mucho más dependiente de la venta de petróleo y gas a Europa que Europa es en la compra de petróleo y gas de Moscú. Si los rusos tratan de jugar rudo con los países europeos - en represalia por las sanciones - tendrán que pagar un precio más alto. Y con una economía ya en el precipicio de la caída libre, eso no es una opción para los líderes rusos que parecen querer hacer.
Son posibles resultados peores independientemente de lo que haga Rusia: los países europeos pueden despertar a la realidad de que su dependencia del petróleo de Rusia también está alimentando el militarismo ruso y responder en consecuencia.
Crimea
Si bien los rusos ya tienen a Crimea que importan los temas económicos, ya gano, ¿verdad?
Sí, pero aunque la península ofrece algunas ventajas estratégicas y ciertamente salvaguarda la flota rusa que ha sido atracado allí desde el final de la Guerra Fría, Crimea bien podría ser la palabra rusa para "ya me fregué. "
Según un análisis Moscú podría requerir $ 20 mil millones durante los próximos tres años para integrar plenamente a la península en Rusia.
Antes de la anexión el 90 por ciento del agua de Crimea, el 80 por ciento de su electricidad y cerca de dos tercios de su gas procedía de Ucrania. Eventualmente los suministros tendrán que provenir de Rusia, lo que significa grandes inversiones en infraestructura de suministros junto con nuevas carreteras, aeropuertos y puertos marítimos. Demasiado dinero, que Rusia no tiene o si lo aplica, con que compra o fabrica armas? Esta en le encrucijada, se saco la rifa del tigre.
Luego están los beneficios públicos más mundanos. Crimea ha sido durante mucho tiempo una de las regiones más dependientes de Ucrania, con la mayoría de su presupuesto subvencionado por Kiev. Ahora Moscú tendrá que pagar los platos rotos - a un precio que podría llegar a alcanzar hasta $ 3 mil millones por año. Teniendo en cuenta que casi el 30 por ciento de Crimea dependen de las pensiones públicas y otro 10 por ciento son empleados públicos, la región probablemente será otra asegurada por el gobierno ruso. O sea que Rusia ahora tendrá que pagarle a los millones de pensionados de Crimea. Los nuevos pasaportes tienen que ser emitidos, tarjetas de ID, nuevas monedas, letreros de las calles, los sistemas legales y fiscales. Todo esto va a funcionar los costos aún más altos.
Idealmente Crimea sería capaz de compensar algunos de estos enormes gastos, pero mientras que la región tiene algunas reservas offshore de gas natural, es poco probable que tenga mucho efecto a corto plazo sobre los problemas presupuestarios de la región. El principal activo económico de la península es el turismo y es difícil imaginar que los extranjeros se tomen una semana allí en el corto plazo.
Costos / beneficios políticos
Incluso si uno se olvida de los costos económicos de las acciones de Rusia los costos políticos son más grandes.
1. La membrecía del G- 8 tronada.
2. La pertenencia de Rusia a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico pospuesta.
3. Las relaciones con Occidente por los suelos.
4. La posición internacional de Rusia lastimera.
5. El hecho más evidente en el reciente voto de la Asamblea General de la ONU sólo 11 estados están a favor de anexión rusa de Crimea.
6. El resplandor de $ 51, 000,000,000 de los Juegos Olímpicos de Sochi de Putin a la basura.
¿Y cuánto le importa a Vladimir Putin esto? No mucho en realidad. Le vale mambo.
Como generalmente sucede en países muy nacionalistas, por más amolados que este la gente si le das pan y circo brincan de gusto. La economía de Rusia por los suelos pero los beneficios políticos de Putin en el cielo. Su aprobación personal es del 70 por ciento y en todo el espectro político ruso sus movimientos en Crimea tienen un amplio apoyo.
La lucha por Crimea y con Occidente sirve un beneficio ideológico y político no sólo por el cultivo de fervor nacionalista sino también para demostrar el argumento de muchos años de Putin de que Occidente y los EE.UU. en particular son fundamentalmente hostiles hacia Rusia. Hay poco que puede hacerse para revertir sus acciones o incluso castigarlo por completo. Los informes de ayer de violentas protestas pro-rusas en tres ciudades de Ucrania, Donetsk, Luhansk y Kharkiv y los esfuerzos de Rusia para elevar los precios de venta de gas a Ucrania es un recordatorio de que Putin tiene el potencial de desestabilizar aún más la región. Aunque ya se haya ganado a Putin con que Ucrania se paso a la esfera occidental, que el país vaya en picada, y que se dé al traste finalmente, Putin todavía puede causar cientos de problemas. Anda como gallina sin cabeza y león herido.
Las sanciones económicas están muy bien pero en el corto plazo causarán daño limitado a la octava economía más grande en el mundo sobre todo cuando no es probable que se lleven entre las patas ir junto con ellos muchos países. En resumen la incautación Crimea aunque es una maniobra barata política y la reacción de Occidente en lugar de debilitar a Putin trabaja populistamente en su favor desde una perspectiva política simplista Putin probablemente ha ganado.
El problema por supuesto es que el orgullo ruso, que aunque es políticamente útil no va a atraer la inversión extranjera ni a convencer a Europa para continuar dependiendo del petróleo y del gas ruso y no pague las cuentas en Crimea.
Una vez que el resplandor inmediato de Rusia se haya desvanecido, el pueblo ruso se encontrará peor que antes de que Crimea se arrebatara a Ucrania. Y aunque los rusos del pasado estaban dispuestos, y a menudo forzados, a sacrificarse por Rusia, hoy es muy diferente, hay una creciente clase media que se duplicó entre 2000 y 2010.
Putin ha hablado mucho sobre la creación de una política exterior independiente y separada de la de Occidente. Ha presionado a los empresarios y oligarcas rusos para mantener su dinero en el país, algo que las sanciones internacionales ayudan a ocurrir. Y ha tratado de crear una unión económica alternativa a la de la UE.
Pero en una economía globalizada que está lubricada por la inversión extranjera y las fronteras comerciales abiertas y en un sistema político internacional que se define más por la cooperación de la política del poder a la antigua, la cubierta se apila de lleno contra el experimento de Putin. Muchos países pueden estar resentidos del poder de EE.UU., de Europa, como de Rusia, pero muy pocos parecen dispuestos a respaldar el juego de poder de Moscú.
Putin está tratando de hacer retroceder la historia y volver a Rusia a un período en el que era un gran poder. Pero que se quedó al margen del sistema mundial liderado por Estados Unidos. Los primeros síntomas que se ven son indicación que es una táctica que es probable le falle.
Abril 9 de 2014
Barco de Ucrania hundido por ataque ruso en la Bahia sw Donuzlav (Foto Reuters)
Activista pro Rusia en Dontesk, Ucrania del Este (Foto de Efrem Lukatsky)