El presidente mexicano y su gabinete cerrado incluyendo su esposa viajan a principios de Junio por Europa. La primera escala fue Portugal, hermoso país con un clima espectacular, hermosa vegetación, personas agradables, y rica historia, pero bastante limitado para el desarrollo de negocios.
Porque entonces viajar allá para desarrollar la economía mexicana?
Hace más de 20 años que las libertades económicas portuguesas están muy restringidas para el estándar de la comunidad europea y tiene puntaje de libertad económica de 63.5, de los últimos lugares, aunque ha habido ligeras mejoras en la libertad laboral, libertad de empresa y la libertad de comercio, estas compensan la disminución en el control de las finanzas públicas y de libertad monetaria. Portugal está en el puesto 32º de los 43 países de la región de Europa.
Al igual que México, ha tenido ganancias significativas con la apertura de los mercados, aunque la eficacia de la reglamentación ha sido socavada por la disminución de los derechos de propiedad y la gestión de las finanzas públicas y un nivel de libertad laboral que está muy por debajo de la media. La economía de Portugal se ha calificado como "moderadamente libre" en toda la historia del índice de hertitage.org.
Las reformas legislativas a corto plazo no se han implementado de manera efectiva. Los esfuerzos se han centrado en la reducción del ineficiente y de gran tamaño sector público, una mejor gestión de las finanzas públicas, y la reforma de las empresas estatales deficitarias. No obstante, la economía sigue lastrada por la interferencia política, la corrupción, un mercado laboral rígido, y la incertidumbre en la eurozona.
Para México, el hacer negocios con países más desarrollados y con mejores tecnologías de la eurozona, como Suiza, Alemania, Reino Unido, Noruega o Dinamarca, por ejemplo, que tienen tecnología de punta para explotación petrolera offshore, podría ser más beneficioso para el pueblo mexicano, pero no sería conveniente a la elite de Portugal y México para la transferencia de fondos por debajo de la mesa, cuestiones en las que vergonzosamente se ha visto acusada en varias ocasiones Pemex por fiscales extranjeros.