Guillén de Lampart, se hizo leyenda
como el Zorro.
Lo quemaron vivo por intentar la independencia de México, siglo y medio antes de los fusilamientos y decapitaciones de Hidalgo y Morelos. Bribón y pícaro para unos; héroe, aventurero y académico para otros. Fue un valiente soldado irlandés. En México conoció la lujosa alcoba del virrey y las pestilentes mazmorras del tribunal de la inquisición. Pelirrojo, espía, poeta, mujeriego, falsificador de documentos, políglota. Los pintores Rubens y Van Dyck inmortalizaron su rostro, y su escultura de cuerpo entero custodia la entrada al Ángel de la Independencia, donde reposan los restos los padres de la patria. Su nombre: Guillén de Lampart; su sueño: convertirse en rey de México.
Guillén de Lampart, William Lamport, Guillén Lombardo o Lombardo de Guzmán (Wexford, Irlanda, 1611 - Ciudad de México, Nueva España, 19 de noviembre de 1659) fue un inmigrante, conspirador, soldado, revolucionario y poeta místico irlandés que viajó al virreinato de Nueva España. Quiso hacerse pasar por hijo de Felipe III de España con la idea de gobernar la colonia española y una vez en el poder, liberar a indios, negros y mestizos. Fue descubierto, enjuiciado por los tribunales de la Inquisición y sentenciado a morir en la hoguera.
En Wexford, Irlanda en 1615 -hace cuatrocientos años-, en el seno de una familia católica ingresó primero a la escuela de los franciscanos y después con los jesuitas. Luchó en batallas heroicas en Nördlingen y Fuenterrabia, y se convirtió en espadachín y confidente del conde-duque de Olivares, el poderoso ministro del rey Felipe IV. Según el escritor Jordi Soler, sus logros militares están escrupulosamente registrados en los anales de The Honourable Society of the Irish Brigade, entidad dedicada a guardar constancia de los servicios de soldados irlandeses, fuera de su país, y fue antecedente del famoso personaje de cine "El Zorro". Lampart estudió latín, teología, matemáticas, griego y astrología, y en 1640 llegó a México en el mismo barco que don Juan de Palafox, el famoso obispo de Puebla y también virrey de la Nueva España, con quien se sospecha tuvo relación.
Guillén de Lampart vivió sólo dos años en libertad en América; pronto fue a parar a prisión acusado de pactar con el demonio, consumir peyote y desacatar las leyes de Dios. Sor Juana Inés de la Cruz era una niña de ocho años cuando en la plaza de San Hipólito -donde hoy se cruzan Reforma y avenida Hidalgo- el alguacil del Santo Oficio le prendió fuego, "hasta convertirlo en ceniza", según narra Vicente Riva Palacio, en su obra monumental "México a través de los siglos", quien tuvo en sus manos el expediente criminal de Lampart.
Escultura de Guillén de Lampart en el Monumento a la Independencia, Mexico DF, Paseo de la Reforma, con
Karla Sanchez Zepeda y Oisin O'conail
Pero la detención de ese enigmático personaje respondió, sin duda, a la conspiración y "deslealtad" a la Corona española, como lo demostró recientemente con erudición Andrea Martínez Baracs de El Colegio de México en su libro "Don Guillén de Lampart, hijo de sus hazañas", rescata algunos de los documentos de Lampart, como la "Proclama insurreccional para la Nueva España", donde negó la jurisdicción y poder del Papa para conceder título legítimo al rey de España y gobernar México. El afán libertario de Lampart se corrobora con las declaraciones de unos mineros de Taxco, confesos de los intentos de insurrección. El hábil Lampart soliviantó a mestizos, indígenas y negros, porque les ofreció tierra en propiedad y libertad. "El igualitarismo de Lampart -dice Martínez Baracs- es precursor del José María Morelos de los Sentimientos de la Nación".
Sin embargo, es en la cárcel donde Guillén de Lampart se revela como un "abogado de la libertad de conciencia" (Christopher Domínguez Michael) y combate -con una bravura inusitada- violaciones y torturas de la propia Inquisición. Es un fundador del respeto a los derechos humanos, sobre todo de los judíos perseguidos en esa época con especial hostilidad. Lampart dejó constancia por escrito de sus denuncias. Heredó testimonios redactados de "los abusos, robos y corrupción de los inquisidores", como demostró en su tesis doctoral de la UNAM Francisco Javier Meza González.
José Joaquín Blanco dice que "lo verdaderamente conmovedor es la fe absurda de don Guillén de Lampart en la escritura" y su confianza en una opinión pública inexistente y analfabeta. ¿Quién iba a leer a Guillén de Lampart? ¿Quién le haría caso a sus quejas escritas? ¿Quién leería la poesía de un presidiario? La respuesta es: la historia. Guillén de Lampart legó a las generaciones futuras una idea de heroísmo cívico sin par. No se arredró al castigo. No lo atemorizó la policía ideológica novohispana. Expresó libremente su credo. Abrazó sus sueños. Escribió la poesía que le dictó su corazón. Le rezó a su Dios. Murió pionero de la independencia nacional, y por eso se robó un pedazo de la historia patria. No desentonaría un Presidente que desde el balcón de Palacio Nacional gritara, también, después de ¡Viva Hidalgo! y ¡Viva Morelos!, un ¡Viva Guillén de Lampart!
Nueva España
En 1640 viajó a la Nueva España en la comitiva del virrey Diego López de Pacheco. Si bien envió un informe al Conde-Duque sobre las diversas corruptelas que encontró en su gobierno, Lampart ocultaba la idea de que ese territorio no debía pertenecer al rey Felipe IV, pues consideraba que "ni era suyo, ni lo había conquistado legítimamente". En 1642 Lampart urdió un plan que pretendía llevar a cabo al año siguiente en que, falsificando documentos, se haría pasar por hijo natural de Felipe III, con el propósito de usurpar el puesto del virrey para liberar a indígenas, negros y mestizos.
Lampart había confiado sus planes al capitán Felipe Méndez, pero este lo denunció ante la Inquisición el 26 de octubre de 1642. Los tribunales del Santo Oficio lo hallaron culpable de practicar además hechicería y hacer pacto con el Diablo. El caso llegó a estudiarse por el Consejo de Indias y llegó a oídos del rey, quien dejó obrar en el asunto a la Inquisición. Al registrar su casa le incautan diversos escritos conservados en un baúl de Michoacán. Entre ellos, la Propuesta al Rey Felipe IV para la liberación de Irlanda, la Proclama Insurreccional para la Nueva España y el Pregón de los justos juicios de Dios, que castigue a quien lo quitare.
El primero es el borrador de un documento entregado por la nobleza irlandesa a Olivares en el que los rebeldes ofrecen a la Corona de Castilla hacer de Irlanda un protectorado autónomo.
En el segundo, propone la emancipación de indios y esclavos de Nueva España y su separación del imperio, lo que le convierte en un tempranísimo precursor de la independencia de México.
Lampart encuentra un reflejo de la situación de los irlandeses despojados por los ingleses de su nobleza autóctona y de su religión católica, condenados a la miseria, como los nativos de América por los españoles. Eso explica su atrevimiento para alzarse contra la Corona [...] Desempolva el debate español del siglo XVI sobre la legitimidad de la Conquista y concibe en solitario un nuevo régimen con la elevación de la nobleza indígena al rango de la española, la liberación de los esclavos y una igualdad de oportunidades que reaparecerá posteriormente en los ideales de la independencia [...] Plantea una insurrección, con un sistema de premios y castigos y una visión de Antiguo Régimen, en la que lo importante es la emancipación de los nobles indios, y de la cual él sería príncipe y rey.3
Tras ocho años de cautiverio, huyó de la cárcel inquisitorial excavando un barrote de la prisión y clavó su Pregón de los justos juicios de Dios, que castigue al que lo quitare (denuncia de los crímenes de sus verdugos) en la catedral de México, llegándolo a introducir en la cámara del virrey y divulgando diversas otras copias, pero es apresado otra vez camino de San Lorenzo de los Negros (hoy Yanga, en el Estado de Veracruz), una población integrada por esclavos fugitivos o cimarrones legitimado por el virrey Luis de Velasco en 1630. Todavía intentó escapar una vez más, pero fue ejecutado en la hoguera el 19 de noviembre de 1659.
Obras
· Propuesta al Rey Felipe IV para la liberación de Irlanda
· Proclama Insurreccional para la Nueva España
· Pregón de los justos juicios de Dios, que castigue a quien lo quitare.
· 918 Salmos en latín humanístico.
Trascendencia
A pesar de que muchos de los historiadores mexicanos aun no consideran que las acciones de Lampart sean un antecedente directo de la Independencia de México, existe una estatua del irlandés dentro del mausoleo del Monumento a la Independencia en la Ciudad de México. La estatua que representa a Lampart atado al cadalso de forma que parece custodiar los restos mortales de los insurgentes ha sido siempre motivo de controversia.
Vicente Riva Palacio publicó la obra Memorias de un impostor. Don Guillén de Lampart (1872) al estilo de las novelas pseudohistóricas de aventuras de Alejandro Dumas. En 1919, el periodista neoyorquino Johnston McCulley escribió La maldición de Capistrano, inspirándose en la novela de Riva Palacio, pero el personaje central adoptó el nombre de un hacendado mexicano que en la realidad vivió en el siglo XIX: Diego de la Vega, el cual se transformó en "el Zorro". En 1908, Luis González Obregón escribió el libro Don Guillén de Lampart: La Inquisición y la independencia en el siglo XVII.
Referencias
Guillen de Lampart. 2015. https://es.wikipedia.org/wiki/Guill%C3%A9n_de_Lampart
Germán Martínez Cázares, El ladrón de la patria, Miércoles 17 de septiembre de 2015, Reforma.com, 16 Sep. 2015
Muñoz Saldaña, Rafael (2009). México independiente. El despertar de una nación. México: Editorial Televisa Internacional. ISBN 978-968-5963-25-1.
Martínez Baracs, Andrea (2013). Don Guillén de Lampart, hijo de sus hazañas. México: Fondo de Cultura Económica.
Fabio Troncanelli - La Inquisición en México, La Aventura de Guillén Lombardo
Crewe, Ryan Dominic. 'Lamport, William (Guillén Lombardo) (1610-1659)' in Irish Migration Studies in Latin America 5:1 (March 2007), pp. 74-76.
González Obregón, Luis. Don Guillén de Lampart: La Inquisición y la independencia en el siglo XVII.
Gillen de Lombardo en http://thewildgeese.irish/photo/guill-n-lamport-statue