Acuacultura sustentable

Las pesquerías mundiales hace décadas están estancadas. La producción pesquera mundial y de México de 1980 es igual que la de 2014.

Muchos piensan que la acuicultura es la solución.

Pero hay que tener cautela al promoverla así tal cual.

Desde 1968-1970 México se embarcó de manera seria en la promoción del desarrollo de la acuicultura. En 1971 se crean dos fondos nacionales para fomentar la acuacultura de agua dulce, FIDEFA, y para desarrollar la acuicultura marina, FUDFIFA.

Estos fideicomisos tuvieron gran efecto en desarrollar por un lado importantes pesquerías de tilapia y otras especies en lagos y presas en aguas continentales que incrementaron las descargas de pescados y la oferta, y en impulsar la tecnología nacional de cultivo de camarón particularmente en el Golfo de Cortes.

Sin embargo el crecimiento de acuacultura mexicano ha sido realmente moderado para las grandes esperanzas planteadas en esas épocas.

Y hoy en 2014 sigue siendo extremadamente paupérrimo el resultado.

Un ejemplo que ilustra el desarrollo de la acuicultura de peces dulceacuícolas de agua fría como la trucha arcoíris es la granja de truchas de Malinalco, en el estado de México. La granja desarrollada por Walter Rupprecht (hotelero suizo) y Ernesto García- Marín (experto en acuicultura) fue programada para producir 500 toneladas por año aplicando eventualmente sistemas de recirculación de agua y cero impactos de desechos al medio ambiente, quedó a medias. La granja se construyó en 1977-1978; con la crisis financiera de la devaluación de 1982 quebró y fue vendida. Desde esa época la granja nunca ha operado a su capacidad de diseño. Y en efecto actualmente la producción de acuacultura total de trucha arcoíris en México es tan solo de 2 mil toneladas en más de mil granjas micrométricas.

La actividad de la acuicultura tiene efectos de impacto en el medio ambiente. La búsqueda de la solución de ese paradigma es una obligación de cualquier política responsable de fomento de la acuacultura en cualquier región o país.

Por un lado la contaminación de las heces y desechos de las especies bajo cultivo y por el otro el uso de especies carnívoros que requieren de peces o proteínas peces para crecer, como es el caso de salmón, trucha, atún y la mayor parte de los peces de elevado valor comercial. Por último el efecto de que la sobrecarga de especies en cultivo genera nuevas enfermedades como el caso de las epidemias reciente de EMS en camarón en Ecuador, México, y las de Salmon en Chile que han diezmado la industria.

Para el desarrollo de la acuacultura de una región o país se requiere pensar en todos las factores ambientales que afectan el cultivo y el proyecto y adecuar las regulaciones al respecto.

En México se han construido proyectos de gran envergadura para cultivo de peces sin tomar en cuenta esos factores. Ejemplos hay varios, el más conocido es el de 1975 de la granja de bagre de canal del Rosario Sinaloa.

La acuacultura sustentable es una responsabilidad global y mexicana.

El cultivo de tilapia en forma intensiva en el sureste del país es la principal opción que tiene México en mediano plazo para incrementar su oferta de acuicultura. Ya existe un proyecto en proceso de una empresa de Florida que reclama estar produciendo sobre 10 mil toneladas y con miras de expansión a 30 mil toneladas. Sin embargo este proyecto no es amigable al medio ambiente ya que descarga las aguas cargadas de desechos tal cual en los ríos y efluentes de Chiapas.

La tilapia, se repite, es la especie que se debe fomentar, pero con sistemas de reúso de agua para cuidar de ecosistema en forma integral.

Para más información sobre el tema ver https://sites.google.com/site/ernestogmsite/articulos-y-ensayos/fisheries-aquaculture/acuacultura