ANACREONTE: Algunas poesías
ANACREONTE: Algunas poesías.
Anacreonte (ca. 574 -485 a. de C.) fue un poeta griego nacido en la ciudad jónica de Teos, situada en la costa de Asia Menor más o menos en la época de la muerte de Safo de Lesbos.
Escapando de la amenaza persa, los habitantes de Jonia emigraron a Tracia, donde fundaron Abdera.
Junto a ellos llegó el joven poeta y se piensa que en esa ciudad escribe sus primeros versos.
De Abdera pasó a Samos, a la corte del tirano Polícrates, quien lo llamó para que fuera maestro de su hijo.
Tras el asesinato de Polícrates (522 a. de C.), Anacreonte se traslada a Atenas, a la corte de los Pisistrátidas, gobernada por Hipias. Hipias mandó un barco especial para trasladarlo, según cuentan Heródoto y el pseudo-Aristóteles.
Después de esto, se pierde su rastro, pero es de suponer que murió en Atenas, en donde han sido encontradas estatuas suyas y otras con dísticos de su autoría.
Su lírica, de tono hedonista, refinado e irónico, como se puede ver en los últimos comentarios hallados en los “Papiros de Oxirrinco”, canta los placeres del amor (tanto de hombres como de mujeres) y el vino, y rechaza la guerra y el tormento de la vejez, así como el culto a Dionisos, apenas en expansión en su época.
Junto con Safo y Alceo fueron el grupo de los poetas griegos más íntimos que cantaron acompañados por la “lira”.
El amor para Anacreonte es algo fundamentalmente sensual, fugaz y pasajero.
Son famosos sus poemas dedicados a una “muchacha joven” a quien llama “potra tracia”, así como aquellos que hacen referencia a juegos entre el poeta y algún joven del que estuviera enamorado (Smerdies, Batilo y Cleóbulo).
Ha pasado a la posteridad como el poeta de los banquetes.
Entre los nuevos fragmentos, hay muchos que hacen mención a Polícrates, a veces como si fuese mujer y a veces como si fuera hombre.
Sus poemas fueron copiados e imitados en épocas más tardías. Estos poemas le fueron atribuidos a él en su totalidad, aunque en la actualidad se supone que no son suyos. A este compendio de poemas se les llama “anacreónticas” y pertenecen, en su mayoría, a la época bizantina.
Anacreonte afirmaba con frecuencia, haciendo referencia a la relación que la poetisa Safo mantuvo con sus alumnas, que aquélla había sentido un amor sexual por éstas.
Tales afirmaciones fueron causa de rumor y con el paso del tiempo se extendieron de tal modo que, debido a ello, nacieron los términos “lesbianismo” y “safismo”.
Algunas poesías de Anacreonte:
1.
“Venga ya, tráenos, muchacho,
la copa, que de un trago
la apuro. Échale diez cazos,
de agua, y cinco de vino,
para que sin excesos otra vez
celebre la fiesta de Baco.
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Vamos, de nuevo, sin tanto
estrépito y griterío ahora
practiquemos el beber con vino,
no al modo escita, sino brindando
al compás de hermosos himnos”.
2.
“Potrilla tracia, ¿Por qué me miras
de reojo, y sin piedad me huyes,
y piensas que no sé nada sabio?
Ten por seguro que a ti muy bien
yo podría echarte el freno,
y con las riendas en la mano
dar vueltas a las lindes del estadio.
Pero ahora paces en los prados
y juegas con ágiles cabriolas,
porque no tienes un jinete
experto en la doma de yeguas”.
3.
“Eros, que al ver que mi barba encanece
entre brisas de sus alas de reflejos de oro,
me pasa de largo volando”.
4.
“El que antes unos trapos anudados llevaba por tabardo
y unas tablillas de madera en las orejas
y un cuero pelado de buey para tapar sus costillas,
mugriento forro de un mal escudo, y que trataba
con mozas de mercado y prostitutas, el pícaro Artemón,
Llevando una vida de bribón,
él, que puso muchas veces en el cepo su cuello, y en la rueda
y a quien muchas veces le azotaron el lomo con el látigo,
tras de raparle el cabello y la barba,
ahora monta en carroza con pendientes de oro,
el hijo de Kika, y lleva una sombrillita de marfil,
rivalizando así con las mujeres”.
5.
“Canosas ya tengo las sienes
y blanquecina la cabeza,
y tengo los dientes viejos;
del dulce vivir el tiempo
que me queda ya no es mucho.
Por eso sollozo a menudo,
estoy temeroso del Tártaro.
Pues es espantoso el abismo
del Hades, y amargo el camino
de bajada… Seguro además
que el que ha descendido no vuelve”.
6.
“Echándome de nuevo su pelota de púrpura
Eros de cabellera dorada
me insta a compartir el juego
con la muchacha de sandalias de colores.
Pero ella, que es de la bien trazada Lesbos,
mi cabellera, por ser blanca, desprecia,
y mira, embobada, hacia alguna otra”.
7.
“A Cleóbulo yo amo
por Cleóbulo enloquezco
de Cleóbulo ando prendado”.
8.
“Oh niño con mirar de doncella,
te persigo, y tú no me escuchas,
ignorando que de mi alma
tú conduces las riendas”.
9.
“Almorcé pellizcando un poco una ligera torta,
y apuré una jarra de vino. Ahora suavemente toco
la seductora lira festejando a mi querida niña”.
10.
“De mis valientes amigos primero a ti te lloraré, Aristóclides.
Perdiste tu juventud rechazando la esclavitud de tu patria”.
(Poesía. Antología de la poesía lírica griega. S. VII –IV a. de C. Selección, prólogo y traducción de Carlos García Gual. Alianza Editorial).
Segovia, 21 de diciembre del 2024
Juan Barquilla Cadenas.