VASOS DE VAFIO
Se trata de un par de copas formadas por dos láminas de oro, decoradas con escenas naturalistas en relieve, repujadas, que fueron halladas en Laconia cerca de Esparta.
La calidad de su trabajo las coloca entre las representaciones figurativas más llamativas de la Edad de Bronce griega.
Parece probable que estas copas no sean de un taller local, sino que fueran importadas de Creta.
Los vasos ilustran la intensa relación entre las culturas “minoica” y “micénica” a finales del siglo XVI a. de C. y comienzos del siglo XV a. de C., cuando Creta cayó en poder de los micénicos.
La escena de uno de los vasos se desarrolla en un paisaje arbolado, donde tres toros se aproximan a un personaje masculino que sujeta a un gran bóvido con una cuerda.
El otro vaso presenta una escena mucho más violenta en la que dos personajes son arrollados por un toro, mientras otro ejemplar es apresado con una red y un tercero parece que huye.
La conexión iconográfico con el ámbito cretense resulta evidente dada la similitud de las imágenes de las copas con las pinturas de toros presentes en el palacio de Cnosos y otros objetos cretenses, como sellos y figurillas.
Dichas imágenes remiten a las escenas mitológicas del “Toro de Creta”, un hermoso animal de la mitología griega cuyo sacrificio ritual había solicitado Poseidón a Minos, rey de Creta. Éste prefirió sacrificar a otro animal, despertando así la ira del dios, que se vengó provocando la unión de su mujer Pasifae y el toro, con el consiguiente nacimiento del Minotauro, mitad animal , mitad hombre.
Minos no sabía cómo ocultar su vergüenza y encargó para ello que se construyera un palacio en la ciudad de Cnosos, en cuyo centro se encontraría el laberinto donde viviría el Minotauro, hasta su muerte por Teseo, que puedo salir del laberinto gracias al hilo de Ariadna.
En torno a este relato, se desarrollaron diferentes celebraciones rituales en las que el toro desempeñaba un papel nuclear, siendo la “taurocatapsia” la más extendida.
Se trataba de una práctica con un profundo significado simbólico, en la que hombres y mujeres saltaban sobre un toro.
Se ha querido relacionar estas celebraciones con rituales de iniciación en los que los jóvenes adquirían simbólicamente fuerza y fertilidad.
También se ha vinculado con ceremonias reales y funerarias.
El Museo del Traje conserva dos réplicas de los originales que se encuentran en el Museo Arqueológico de Atenas, realizadas en 1961 por el cincelador Juan José García, de quien también conserva el Museo un cuaderno de dibujos en el que figura una escena de adoración del Minotauro en el templo de Cnosos y otra de “tauromaquia cretense”, con dos figuras practicando el salto del toro, lo que relaciona estos dibujos con las escenas representadas en los vasos.
(Ministerio de Cultura. Las culturas del toro).
Segovia, 7 de mayo del 2025
Juan Barquilla Cadenas.