LOS BÁRBAROS DEFENDIENDO ROMA: ESTILICÓN Y AECIO
Después que los bárbaros fueron asentándose en el territorio romano, algunos se integraron de un modo tan completo que llegaron a ser ellos mismos los que se pusieron a defender las fronteras romanas de sus propios hermanos bárbaros.
Prueba de esto son los dos grandes generales Estilicón y Aecio.
ESTILICÓN:
[Estilicón (ca. 359-408 d. de C.), hijo de una romana y de un militar vándalo que sirvió en Germania en tiempos del emperador Valente, fue educado a la romana y conoció desde su juventud a las clases altas de Roma.
Entró en el ejército muy temprano, en el cuerpo del protector (Teodosio), y luego rápidamente subió en la escala (de la carrera militar).
Después de convertirse en un tribuno militar (tribunus), luego “tribunus” y “notarius”, fue uno de los miembros del personal que rodeaban directamente al emperador Teodosio, que luego lo situó a la cabeza de las provincias orientales del Imperio.
En 383 d. de C., como tribuno de la “Guardia pretoriana”, participó en una embajada ante el rey de los persas, Sapor III, para negociar un tratado de paz referente a la partición de Armenia.
La negociación resultó en la conclusión de un tratado favorable al Imperio romano.
A su vuelta en 384 d. de C., el emperador reconoció que Estilicón podría ser un aliado valioso, y formó un lazo de sangre con él, casando a su sobrina adoptada, Flavia Serena, hija del hermano de Teodosio, Honorio.
También a su vuelta a Constantinopla y por la conclusión acertada de las negociaciones de la paz, Estilicón fue promovido a general y fue el encargado de defender el Imperio contra los ataques de los godos, un papel que ejerció durante 20 años.
A partir del 385 d. de C., Teodosio nombró a Estilicón “magister equitum” (comandante de la caballería) y “comes domesticorum”(conde de los sirvientes), es decir, jefe de la guardia personal del emperador.
Dos años más tarde, fue ascendido a “magister militum” de Tracia, es decir, comandante de la caballería e infantería del ejército en Tracia, convirtiéndose en el segundo oficial de Teodosio después del general romano Promoto.
En 388 d. de C. siguió a Teodosio en la guerra contra el “usurpador” Magnus Maximus, quien luego intentó tomar el control de Occidente a costa del legítimo emperador Valentiniano II, cuñado de Teodosio.
En 392 d. de C. mientras Teodosio intentaba reformar la unidad del Imperio bajo su dirección, Estilicón incluso se convirtió en “magister peditum praesentalis” y “magister utriusque militiae”, es decir, en generalísimo de los ejércitos romanos.
Después del asesinato del emperador occidental Valentiniano II (392 d. de C.), Estilicón acompañó al ejército que conduciría a la victoria a Teodosio en la batalla de Frígido contra el “usurpador” Eugenio.
Uno de sus camaradas durante la campaña era Alarico (caudillo visigodo) que aportó un número sustancial de “auxiliares godos”.
Estilicón se distinguió en la batalla, y Teodosio, agotado por la campaña, lo vio como un hombre digno de ser responsable de la seguridad futura del Imperio.
La batalla también aceleró el colapso del ejército romano en el Oeste.
Las “legiones” ya estaban perdiendo su efectividad, debido a reorganizaciones y a una disminución en la calidad de su entrenamiento y disciplina.
Las pérdidas en la batalla de “Frigidus” debilitaron a las legiones occidentales.
Esta recesión en las capacidades de los soldados romanos significó una creciente confianza del Imperio en los mercenarios bárbaros empleados como “foederati” (aliados), que a menudo demostraron ser poco fiables, o traidores.
El último emperador de una Roma unida (Teodosio) designó a Estilicón como “tutor” de su hijo Honorio, poco antes de su muerte en el año 395 d. de C.
Para asegurar su influencia sobre el nuevo joven emperador (Honorio), Estilicón casó a su hija con Honorio, lo cual fue un auténtico escándalo entre la nobleza y los cortesanos de Honorio, que no aceptaban que la hija de un mestizo, medio bárbaro y medio romano, se casara con el emperador de Occidente.
Cuando el emperador Teodosio murió el 17 de enero del año 395 d. de C., Estilicón fue responsable de proteger a los dos jóvenes (Arcadio y Honorio), y de mantener la cohesión entre las dos partes del Imperio.
Después de la muerte de Teodosio, Honorio se convirtió en emperador del Imperio romano de Occidente y su hermano Arcadio del Imperio romano de Oriente.
Ni uno ni otro demostraron ser emperadores eficaces, y Estilicón se convirtió en el “magister militum” de los ejércitos romanos del Oeste.
Estilicón demostró sus capacidades, aunque las maniobras políticas de sus rivales de las dos cortes imperiales le obstaculizaron a lo largo de su carrera.
Estilicón fue incapaz de cumplir los últimos deseos del emperador fallecido.
Debe tener en cuenta la oposición de Rufino, “prefecto del Pretorio” de Teodosio y protector de Arcadio en el Este.
Su primer desafío surgió en 395 d. de C.
Los visigodos que vivían cerca del Danubio estaban bajo la presión de los hunos, y habían elegido a Alarico como su rey.
Alarico rompió su tratado con Roma y condujo a su gente en una incursión contra Tracia.
El ejército que había sido victorioso en “Frígido” también fue movilizado, y Estilicón lo condujo contra las fuerzas de Alarico.
Como este ejército era una combinación de formaciones de ambas mitades del Imperio, Arcadio convocó sus fuerzas del Este a Constantinopla para proteger la capital.
Arcadio actuaba aconsejado por su “Prefecto del Pretorio” Rufino , que era un viejo enemigo de Estilicón. Éste obedeció la orden y le envió sus tropas del Este, dejándolo demasiado débil para perseguir a Alarico.
Rufino obtuvo poco de su victoria sobre Estilicón, pues las tropas que retornaban a Constantinopla lo asesinaron, sin que Estilicón lograra extender su regencia al Imperio romano oriental.
En 397 d. de C., después de un breve paso por el frente del Rin, Estilicón reanudó la campaña contra los visigodos que se dedicaban a saquear el Peloponeso.
Corinto, Esparta y Mégara son tomadas y devastadas. Atenas evita su destino al entregar un fuerte rescate a los bárbaros.
Pero Estilicón no puede forzar a Alarico para que se enfrente a él en una batalla campal.
Arrinconado en el monte Fóloe, entre Arcadia y Élide, Alarico logró escapar, según Zósimo, cruzando el “golfo de Corinto” congelado por un invierno particularmente duro.
Decidido a resolver el problema, Arcadio, por consejo del eunuco Eutropio, ofrece a los visigodos nuevos territorios y a su líder (Alarico) el título de “magister militum” para Iliria (oficial general de la tropas ilirias).
Estilicón se ve obligado a negociar con quien se ha convertido en el enemigo del Imperio occidental.
Al mismo tiempo, el eunuco Eutropio declaró a Estilicón “hostis publicus” (enemigo del pueblo) del Imperio romano de Oriente, con el pretexto de que intervino en Grecia sin esperar el permiso de Arcadio.
Estilicón se vio obligado a regresar a Italia después de la revuelta del conde (“comes”) de África, Gildo, a mediados del año 397 d. de C. Éste bloquea en África los envíos de trigo necesarios para la subsistencia de Roma y las “prefecturas occidentales” (la “prefectura” era la mayor división administrativa del Imperio romano tardío, por encima de las “diócesis” del nivel medio y las “provincias” de nivel bajo), con el objetivo de dar lugar a revueltas contra el emperador Honorio y su regente (Estilicón).
Eutropio (consejero del emperador Arcadio) da a Gildo el apoyo del Imperio romano de Oriente, y Gildo le promete lealtad a Arcadio.
Estilicón inmediatamente requisó trigo en Hispania y Galia, logrando evitar el hambre.
Hizo que Gildo fuera declarado “hostis publicus” (enemigo del pueblo), sin entrar en conflicto abierto con la corte oriental.
En el 398 d. de C. envió al general Mascezel, hermano de Gildo, a África para poner fin a su rebelión.
La “usurpación” de Gildo termina en 398 d. de C. durante la batalla de “Ardalio”.
La muerte de Mascezel poco después deja a Estilicón todo el prestigio de esta victoria.
El mismo año Estilicón casó a su hija mayor, María, con Honorio.
Dos años más tarde, Estilicón es honrado con el “consulado ordinario” para el año 400 d.de C.
En Constantinopla Eutropio fue derrocado y ejecutado en el año 399 d. de C. y reemplazado por Aureliano, líder de una facción hostil a los bárbaros.
Después de enfrentamientos con oficiales superiores de origen germánico del ejército, Gainas, Tribigildo y Fravitta, Aureliano se convirtió en el año 401 d. de C. en el verdadero amo de Constantinopla.
Posteriormente Estilicón se trasladó a Retia en el año 401 d. de C., donde condujo una larga campaña contra sus anteriores parientes, los vándalos, y otras hordas de bárbaros.
Estilicón volvería a obtener la victoria en dos batallas importantes contra Alarico (caudillo militar visigodo) en Pollentia (402 d. de C.) y Verona (403 d. de C.).
En el año 405 d. de C. pidió la destrucción de los “libros sibilinos”, porque profetizaban que pretendía hacerse con el poder.
Estilicón derrotó a los suevos en el año 405 d. de C., pero el Rin quedo casi sin defensas posibilitando la invasión de Occidente el año siguiente.
El año 406 d. de C. se enfrentó a Radagaiso (jefe godo pagano), sitiando al invasor con fuertes trincheras hasta que el hambre los derrotó.
Ese mismo año se produjo la invasión de los suevos, alanos y vándalos por el Rin.
Es posible que Estilicón pudiese haber organizado una ofensiva para derrotarlos, pero no pudo llevarla a cabo
En noviembre del año 401 d. de C., Alarico se levantó de nuevo, pero esta vez invadió Italia.
Saquea Aquileia y acude a Milán, residencia imperial de Honorio.
Estilicón, que hace campaña en el Rin, regresa a Italia con soldados retirados de Bretaña y de la Galia.
Alarico deja Milán y va a Asti a través del valle del Po.
Estilicón lo atrapa y lo derrota en Pollentia el 6 de abril del 402 d. de C.
Aunque los ejércitos de Alarico no son destruidos, Estilicón saquea su campamento militar y recupera el tesoro de los visigodos.
Otra batalla tiene lugar en 403 d. de C. cerca de Verona, y esta vez Alarico está obligado a abandonar Italia y se retira a Iliria.
Para conmemorar esta victoria, el emperador y su generalísimo (Estilicón) son invitados a liderar un “triunfo” en Roma.
Estilicón y Honorio desfilan ante la gente en el mismo carro. Excepcionalmente, los senadores están exentos de la obligación de marchar a pie delante del “imperator”.
Se organizan grandiosos juegos y espectáculos.
Es en esta ocasión cuando los últimos combates de gladiadores tienen lugar en Roma, antes de que Honorio decida prohibirlos.
Posteriormente, Estilicón es nuevamente honrado con el “consulado ordinario” para el año 405 d. de C.
Después del sitio de Milán del año 401 d. de C., Honorio estaba convencido de la necesidad de establecer la capital del Imperio occidental en una ciudad mejor protegida.
Su elección recae en la ciudad de Rávena, notablemente fortificada, rodeada de zonas pantanosas y también con acceso directo al Adriático (el año 404 d. de C.).
Sin embargo, la victoria sobre Alarico es sólo un respiro: al final del año 405 d. de C. un ostrogodo llamado Radagaiso cruza los Alpes al frente de un ejército imponente, reagrupando a los ostrogodos, vándalos, burgundios, suevos, alanos y hérulos y entra en Italia.
Realizó una serie de saqueos en el valle del Po, pasó por alto la fortaleza de Rávena, que se había convertido en la nueva capital imperial, luego logra cruzar los Apeninos y emerge en Etruria con Roma como objetivo.
Estilicón decreta, para repeler a los bárbaros, toda una serie de medidas de emergencia.
Los “provinciales” se integran en el ejército de manera voluntaria, al igual que “algunos esclavos” a quienes se les promete la libertad, mientras que un impuesto excepcional debe permitir pagar a los contingentes bárbaros al servicio del Imperio romano.
Los invasores atacan Florencia, pero deben retirarse después de la intervención del ejército de Estilicón que llegó desde Pavía.
Estilicón empuja al ejército enemigo a las alturas de Fiésole, donde logra rodearlos en el verano del año 406 d. de C.
Forzados por la hambruna, un gran número de soldados de Radagaiso se rinden, mientras que el resto son masacradas.
El jefe de los ostrogodos (Radagaiso) es capturado y ejecutado el 23 de agosto del 406 d. de C.
Estilicón es una vez más celebrado como el salvador de Roma.
Mientras que un “arco de triunfo”, inaugurado en Roma, conmemora esta victoria, una estatua de oro y plata dedicada a Flavio Estilicón se alza en los “Rostra” del Foro romano en nombre del pueblo.
Con estos éxitos, y mientras la corte de Arcadio (en Oriente), en manos del partido antibárbaro, se muestra resueltamente hostil con él, Estilicón, por primera vez, contempla la posibilidad de una guerra con el Imperio romano de Oriente.
El punto de discordia entre los dos imperios es, desde la división del Imperio romano, la cuestión de la posesión de la “prefectura de Illiria”.
En una posición de fuerza, Estilicón exige, a finales del otoño de 406 d. de C., reunir Iliria oriental, bajo la autoridad nominal de Arcadio desde el 396 d. de C., a la Panonia que ya controla Estilicón, como hizo Graciano en el año 379 d. de C.
Al mismo tiempo, Estilicón se acerca a Alarico, que controla el territorio en nombre de Arcadio, y lo nombra, a su vez, “magister militum per Illyricum”.
La perspectiva de una guerra y la ruptura de la “concordia fratrum” (la concordia de los hermanos) es mal percibida por los elites romanas, y una oposición a los planes de Estilicón comienza a ser escuchada, alentada por el partido nacionalista (conservador).
A pesar de esto, en el año 407 d. de C., Estilicón ordena el cierre de los puertos de Italia a los barcos que vienen de Oriente, mientras que Alarico toma posesión del Epiro en nombre de Honorio.
Estilicón se está preparando para cruzar el Adriático cuando surge el rumor de la muerte de Alarico.
Algunos historiadores afirman que este rumor fue difundido por Serena (esposa de Estilicón), preocupada por el éxito de tal expedición; otros atribuyen la responsabilidad a la corte de Constantinopla.
De todos modos, aunque el rumor rápidamente resultó ser falso, Estilicón perdió tiempo y dos eventos imprevistos lo obligaron a posponer la campaña “sine die”.
Alarico, que había ocupado Epiro, no recibió compensación por la cancelación de la expedición militar planificada a Constantinopla. Ocupa el Nórico y exige el pago de 4.000 libras de oro.
Estilicón presenta el caso ante el Senado, abogando por el apaciguamiento y el pago de la suma solicitada: según él no puede considerarse “bajo el odioso prisma de un tributo o un rescate extorsionado por las amenazas de un enemigo bárbaro”, ya que “Alarico había apoyado fielmente las justas pretensiones de la república (Estado) sobre las provincias usurpadas por los griegos de Constantinopla”, sino que es una recompensa por haber servido a los intereses del emperador occidental.
En el Senado, la oposición es muy grande, pero el pago finalmente se otorga para garantizar la paz de Italia y mantener la alianza del rey de los visigodos (Alarico).
Lampadio, prefecto de la ciudad, al frente de los partidarios de la guerra con Alarico en nombre del honor de Roma, exclama: “Este no es un tratado de paz sino un pacto de esclavitud”.
Esta victoria política parece de hecho una derrota moral para Estilicón.
La noticia de la muerte de Arcadio, que data del 1 de mayo del 408 d. de C., se difunde, pero Estilicón ya no tiene autoridad para hacerse pasar por “regente” de ambos imperios.
Incluso intenta disuadir a Honorio de ir a Constantinopla para tomar la “tutela” de su sobrino Teodosio II, debido a los peligros del viaje.
Estilicón propone ir él mismo, sin ninguna ilusión sobe el éxito del viaje, por lo fuerte que es el partido de Antemio contra los bárbaros.
Honorio, cada vez más influido por el “maestre de la administración”, Olimpio, extremadamente crítico con Estilicón, es convencido de ir a visitar a los ejércitos reunidos en Pavía, donde los opositores de Estilicón son mayoría.
Llegado al lugar, el emperador (Honorio) pronunció contra Estilicón una arenga de la mano de Olimpio.
Luego difunde el rumor de que Estilicón quiere ir a Constantinopla para derrocar a Teodosio II y poner a su hijo, que es nieto de Teodosio, en el trono.
Olimpio prepara el 13 de agosto del 408 d. de C. un motín donde se masacró a todos los familiares de Estilicón.
Edward Gibbon los enumera: los Prefectos del Pretorio de Italia y de la Galia, el Cuestor, el Tesorero, el Conde de los sirvientes, un Maestro de los oficios y dos “magister militum” (comandantes de la caballería y la infantería).
El saqueo también cuesta la vida de muchos ciudadanos romanos.
Aterrado por este desencadenamiento de violencia, Honorio, por consejo de Olimpio, condena a las víctimas y perdona a los asesinos.
En el campamento de Bolonia, en contra del consejo de sus generales, Estilicón se niega a buscar venganza y liderar un ejército principalmente bárbaro contra el legítimo emperador.
Deja Bolonia para ir a Rávena, donde es separado de Honorio y sus favoritos.
Bajo el pretexto de que Estilicón ahora trataría de derrocarlo en beneficio de su hijo, Olimpio obtuvo de Honorio la orden de arrestarlo.
Advertido, Estilicón se refugió con sus parientes y sus sirvientes en el recinto protector de una iglesia de Rávena.
Por la mañana, los soldados de Honorio, bajo las órdenes del conde Heracliano, se presentaron ante el obispo, que prometió salvar la vida de Estilicón si aceptaba ponerse en sus manos.
Estilicón calmó a su gente, que se había armado para defenderlo y, consciente del destino que le esperaba, se presentó en la puerta de la iglesia donde fue capturado por los hombres de Heracliano.
Condenado por el emperador Honorio por crímenes contra el Estado, Estilicón murió el 22 de agosto del 408 d. de C.
Antes de ejecutarlo, le fueron retiradas sus insignias de “magister militum”.
Poco tiempo después, su hijo Euquerio fue asesinado en Roma, para evitar que los partidarios de Estilicón trataran de auparlo al trono.
La muerte de Estilicón firma la victoria de los enemigos de los bárbaros.
Como en el Oriente, donde, bajo la égida de Aureliano y luego de Procopio Antemio, los oficiales romanos de ascendencia bárbara habían sido expulsados o ejecutados, el partido antibárbaro se desató también en el otoño de 408 d. de C. en el Occidente.
En las ciudades de Italia, las mujeres y los niños de los soldados bárbaros son asaltados y, a veces, masacrados por las tropas sin que el poder imperial haga nada para detener el frenesí popular.
Al mismo tiempo, los oficiales de origen bárbaro que son casi treinta mil, abandonan Roma e Italia para ir con Alarico a Iliria, clamando ser conducidos contra sus cobardes enemigos.
Alarico cruzó por consiguiente los Alpes Julianos y comenzó una campaña a lo largo del corazón de Italia.
Al mismo tiempo, las relaciones de Honorio con el Imperio de Oriente mejoraron notablemente, de modo que el bloqueo marítimo finalmente se levantó en diciembre del 408 d. de C.
El rey de los visigodos (Alarico) pierde su título de “magister militum” y exige una nueva compensación económica que los ministros de Honorio se resisten a pagar.
No deseando romper con el emperador Honorio, aunque Alarico solicita el pago de la subvención, propone un intercambio de rehenes para garantizar la paz. Pide que Aecio y Jasón, hijos de los dos oficiales principales del Imperio, sean enviados a él a cambio de jóvenes nobles visigodos.
Alentado por Olimpio, Honorio rechaza admitir su debilidad y se prepara para la guerra.
El ejército no se encuentra ahora bajo el mando del general godo Sarus, un hombre de Estilicón, y se confía a tres oficiales menos experimentados.
Privada de un comandante eficaz, la campaña es un desastre: a partir de octubre del 408 d. de C., Alarico se apresura por tercera vez en Italia, saqueando Aquileia, Verona, Cremona, Concordia y Altinum y llega en noviembre del 408 d. de C. bajo los muros de Roma.
Los embarques de trigo destinados a alimentar a la ciudad durante el invierno, todavía cargados en barcos anclados en Portus (puerto cerca de la desembocadura del Tiber), son incautados mientras Roma está paralizada.
El ejército de Honorio, privado de varios de sus oficiales superiores más competentes no logra detener la campaña de Alarico.
El Senado hace que Serena (la esposa de Estilicón) sea citada por traición, a petición de Gala Placidia, hija de Teodosio.
Acusada de haber llamado a Alarico a Italia para vengar a su marido (Estilicón), es estrangulada, lo que no cambia los planes de los bárbaros.
Sin embargo termina siendo encontrado un acuerdo y Alarico, con los rehenes y el rescate, acepta el levantamiento del sitio.
De nuevo se abren negociaciones, sin resultados conviencentes.
Después de un segundo asedio, entremezclado con negociaciones, Alarico rodea la ciudad por tercera vez.
El 24 de agosto el año 410 d. de C., casi dos años después de la muerte de Estilicón, cae la primera ciudad del Imperio romano y es saqueada por los visigodos.
AECIO:
Flavio Aecio (c. 396-454 d. de C.) fue un general romano muy influyente durante el período final del Imperio romano de Occidente, entre los años 433 y 454 d. de C., en los que dirigió la defensa del Imperio contra los ataques de los pueblos bárbaros.
Precedido por jefes militares mediocres y efímeros, Aecio destaca en su cargo por ser capaz de poner orden a un caótico y tambaleante Imperio romano de Occidente.
Fue uno de los más brillantes genios militares en la historia de Roma, prestigio alcanzado por su gran participación en la batalla de los “Campos Cataláunicos” en el año 451 d. de C., donde logró una victoria estratégica sobre Atila, acabando con el aura de invencibilidad del rey huno, quien posteriormente invadió Italia, devastando las provincias septentrionales, y logró hacer huir al emperador de Occidente Valentiniano III de su capital, Rávena, en el año 452 d. de C., pero no pudo tomar Roma.
(Planeó nuevas campañas contra los romanos, pero murió en el año 453 d. de C., lo que impidió la invasión total de los territorios romanos).
El asesinato de Aecio, a manos del emperador Valentiniano III en el año 454 d. de C., destruiría las esperanzas del Imperio romano de recuperarse y lo conduciría al fracaso, al no volver aparecer un líder político como él hasta el final del Imperio romano de Occidente.
Aecio nació en Durostorum, población perteneciente a la provincia romana de Escitia Menor, en lo que es la región de Dobruja, fronteriza entre Rumanía y Bulgaria.
Aecio nació en la última década del siglo IV d. de C.
Su padre, Flavio Gaudencio, procedía de una familia militar romana de origen esciro o godo, que llegó a ser “magister militum” de las Galias, donde murió en las décadas del 420 d. de C.
Su madre, Aurelia, pertenecía a una acaudalada familia senatorial.
Su ilustre ascendencia fue precisamente causa de que pasara parte de su juventud como rehén, primero de los godos entonces liderados por Alarico, entre 405 y 408 d. de C., y después de los hunos, posiblemente entre 411 y 414 d. de C.
Se sabe que su padre, Gaudencio, había logrado que Honorio pactara una alianza con los hunos para atacar a los bárbaros que amenazaban las fronteras romanas y, como garantía de dicho pacto, se hizo un intercambio de rehenes, resultado del cual Aecio vivió entre los hunos cerca de tres años, durante los que se familiarizó con sus costumbres y su táctica militar.
Aecio sirvió como “magister equitum per Galias” durante la jefatura militar de Félix hasta que, en 433 d. de C. alcanzó él mismo la magistratura de “magister militum” tras una breve guerra civil contra Bonifacio.
A partir de aquí, se convirtió en la persona más relevante del Imperio romano de Occidente.
Protegió Italia y detuvo la expansión de los bárbaros: frenó a los visigodos en la Galia y arrinconó a los burgundios en Saboya.
En la batalla del monte “Colubrario” del año 438 d. de C. derrotó a los godos, lo que fue celebrado por el poeta Merobaudes en uno de los dos panegíricos que le dedicó.
Otras decisiones fueron mal recibidas, pero inevitables, como el reconocimiento del asentamiento vándalo en el norte de África.
Su campaña más notable, la que le valdría para la historia del sobrenombre de “el último romano”, será la que dirigirá contra los hunos.
Sintiéndose insultado su caudillo Atila por el emperador Valentiniano III, ante el rechazo de la petición de mano de su hermana Honoria, se lanza a destruir Roma.
Por ello convoca una gran confederación de tribus escitas, sármatas, gépidas y ostrogodas, que se unen a los hunos en su marcha.
Pero Aecio dirigiendo magistralmente a francos, alanos, visigodos, y a las tropas romanas que quedaban, logra una somera victoria estratégica en los “Campos Cataláunicos” en el año 451 d. de C.
Es la última gran batalla del Imperio de Occidente.
En esta batalla cayó el poderoso rey visigodo Teodorico I, vital aliado de Aecio. Éste, temiendo un peligroso incremento del poder visigodo, alentó a Turismundo, hijo de Teodorico, a acudir a Tolosa para asegurarse la sucesión, con la idea de envolver al reino visigodo en una guerra entre pretendientes rivales al trono.
La marcha del importante contingente visigodo impidió a Aecio exterminar a los invasores, permitiendo a Atila la retirada con los restos de su ejército.
El rey huno (Atila), pues, podría reorganizar sus tropas e invadir la península itálica al año siguiente, en 452 d. de C., ante la total impotencia de Aecio.
Llegado ante las murallas de Roma, se cuenta que Atila no tomó la ciudad gracias a la intervención del papa León I el Magno, aunque probablemente se debiera a las epidemias y hambrunas que su ejército estaba sufriendo.
Entre 433 y 450 d. de C., Aecio fue la figura dominante en el Imperio romano de Occidente, obteniendo el rango de “magnificus vir parens patriusque noster” el 5 de septiembre del año 435 d. de C., y desempeñando el papel de “protector” de Gala Placidia y Valentiniano III, mientras este emperador era aún joven.
Al mismo tiempo siguió dedicando atención a la Galia.
En 436 d. de C., los burgundios del rey Gundacar fueron derrotados y obligados a aceptar la paz por Aecio y Avito; sin embargo, al año siguiente envió a hunos “foederati” para destruirlos.
Supuestamente 20.000 burgundios fueron asesinados en una matanza que probablemente se convirtió en la base del “cantar de los Nibelungos”, poema épico alemán.
Ese mismo año Aecio estaba en Armorica (zona costera del noroeste francés) con Litorio para suprimir una rebelión de los “bagaudas” bajo el mando de un tal Tibatto.
En el año 437 d. de C. fue testigo de su “segundo consulado” y de la boda de Valentiniano III y Licinia Eudoxia en Tesalónica. Es probable que Aecio asistiera a la ceremonia que marcó la restauración del gobierno directo del emperador.
Por aquel entonces su general Litorio había roto con el asedio de Narbona y había decantado la guerra a favor de los romanos.
Los dos años siguientes estuvieron ocupados por una campaña contra los suevos y por la guerra contra los visigodos.
En 438 d. de C. Aecio ganó una batalla importante –probablemente la batalla del monte “Colubrario”-, pero en el año 439 d. de C. los visigodos derrotaron y mataron a Litorio y a sus “hunos foederati”.
Aecio regresó a la Galia después de que Witerico hubiera estabilizado la situación, derrotó a los visigodos y firmó un tratado.
A su regreso a Italia fue honrado con una estatua erigida por el Senado y el Pueblo de Roma por orden del emperador.
En 443 d. de C., Aecio asentó a los burgundios restantes en Sapaudia, al sur del lago Lemán.
Su preocupación más acuciante en la década del año 440 d. de C. fueron los problemas en la Galia y en Hispania, principalmente con los “bagaudas” y así asentó a los alanos alrededor de Valence en 440 d. de C. y a lo largo del Loira incluyendo Aurelianum en 442 d. de C. para contener los disturbios en Armórica.
En Hispania, Aecio fue perdiendo poco a poco el control de la situación.
En 441 d. de C. nombró a Asturio “magister militum per Hispanias”, con el fin de acabar con los “bagaudas” en la Tarraconense. Pero éste fue sustituido y Merobaudes derrotó a los “bagaudas” de Aracellitanus en 443 d. de C.
En 445 d. de C. los romanos hicieron que los vándalos atacaran Turonium en Gallaecia, seguidos por el general romano Vito, que hizo campaña con una fuerza combinada de romanos y godos en 446 d. de C., pero fue derrotado en última instancia.
Atila regresó en 452 d. de C. después de su derrota en los “Campos Cataláunicos” por Aecio, para insistir de nuevo en su reclamación de matrimonio con Honoria (la hermana del emperador Honorio).
Aecio fue incapaz de bloquear el avance de Atila a través de los Alpes Julianos. En su lugar, optó por guarnecer Aquileia contra la embestida de Atila.
Atila invadió y asoló Italia, saqueando numerosas ciudades y arrasando Aquilea por completo, sin dejar supuestamente rastro alguno.
Valentiniano III huyó de la corte de Rávena a Roma; Aecio permaneció en el campo, pero carecía de fuerzas para ofrecer batalla, en su lugar posicionó su ejército en Bolonia para bloquear los caminos a través de los Apeninos hacia Rávena y Roma.
Edward Gibbón dice que Aecio nunca mostró su grandeza con mayor claridad, al conseguir hostigar y frenar el avance de Atila con sólo una fuerza en la sombra.
Atila se detuvo finalmente en el Po, donde se encontró con una embajada que incluía al papa León I.
Tras la reunión, Atila hizo retroceder a su ejército, sin haber conseguido ni la mano de Honoria ni los territorios que deseaba.
Los historiadores antiguos y medievales tendieron a atribuir al papa León I y a las fuerzas sobrenaturales el mérito de haber detenido a Atila, pero también es posible que una serie de factores prácticos indujeron a Atila a retirarse: su ejército era incapaz de obtener alimentos suficientes y sufría enfermedades.
Por otra parte, el ejército de Aecio estaba ocupado hostigando a los hunos y, por último, Valentiniano III había enviado fuerzas al norte del Danubio para atacar las tierras natales de los hunos y sus vasallos.
Para desgracia de Aecio, su popularidad, recalcada por su contemporáneo, el poeta hispanorromano Merobaudes, que escribió panegíricos en su honor, le valió el recelo del emperador Valentiniano III, quien abrigando sospechas de una hipotética pretensión al trono, hizo que lo llamaran a Palacio, y después de una intensa discusión, asesinó por sorpresa a Aecio atravesándolo con una espada.
Al año siguiente, dos antiguos oficiales de Aecio asesinaron al emperador durante un desfile militar, seguramente a instancias del influyente y rico senador romano Petronio Máximo, que aspiraba al trono.
(WIKIPEDIA)
Segovia, 9 de agosto del 2025
Juan Barquilla Cadenas.