El PARTENÓN: PALAS ATENEA
El Partenón es uno de los templos más conocidos de la antigüedad.
Fue construido en la Acrópolis de Atenas por orden de Pericles en el siglo V a. de C.
Recibe el nombre de “Partenón”, porque contenía y estaba dedicado a Atenea “Parthenos”, que significa “Atenea virgen”.
Los templos griegos están dedicados exclusivamente a alojar la representación antropomórfica de la divinidad, por eso no tienen las inmensas proporciones del templo egipcio ni las que tendrá el templo cristiano, construido no sólo para casa de la divinidad, sino para albergar a la totalidad de los fieles durante el culto.
El templo griego sólo albergaba a la divinidad, y delante había una explanada con un altar, donde los fieles hacían las plegarias y los sacrificios a los dioses.
El Partenón fue construido por los arquitectos Ictinos y Calícrates y decorado por el escultor Fidias.
Se comenzó a construir en el año 447 a. de C. y fue terminado en el año 437 a. de C.
Es un templo dórico, octástilo (ocho columnas delante en la fachada principal) y períptero (es decir, rodeado todo él de columnas). Consta de “pronaos” (un pórtico de seis columnas), la “naos o cella” propiamente dicha, que es de tres naves formadas por dos filas de columnas, donde se hallaba la estatua crisoelefantina, obra de Fidias, y, al fondo, el “opistodomos”, destinado al tesoro de la diosa, y donde también se guardaba el tesoro público, mucho más pequeño que la “cella”, de proporciones casi cuadradas, pero igualmente de tres naves.
Estaba construido con sillares de mármol blanco pentélico, colocados sin argamasa alguna, reforzados a veces por grapas de metal.
Para efectos visuales, al verlo de lejos, ni el entablamento ni el basamento son rectos, sino ligeramente convexos; los intercolumnios (la separación entre las columnas) no mantienen siempre la misma distancia, ni las columnas son todas de las mismas dimensiones, sino que las de las esquinas son más gruesas.
El Partenón de Pericles es el tercer templo dedicado a la diosa en la acrópolis. El primero es el quemado por los persas en el 480 a. de C. cuando destruyeron la acrópolis de Atenas. Ese templo constaba de una gran “cella o naos” de tres naves dedicadas a Palas (Atenea), y en el lado opuesto, de otras dos más pequeñas con vestíbulo común, consagradas a Cecrops y Erecteo.
Palas Atenea (mitología):
Esta diosa nació de un modo muy peculiar, de la cabeza de Zeus. Éste estaba casado con Metis (su primera esposa), diosa de la sabiduría, pero cuando Metis esperaba un hijo, Gea y Urano revelaron a Zeus que, si su esposa tenía una hija, ésta daría a luz más tarde a un hombre que llegaría a ser dueño del mundo. Así lo disponían los Hados. Zeus, sin vacilar y para salvaguardar su poder, se tragó a Metis. Al llegar el momento del parto, Zeus sintió un fuerte dolor en la cabeza y ordenó a Hefesto que lo golpeara con el borde del hacha. De la herida surgió su hija completamente armada. Era la diosa Atenea.
Se cuenta que, en el momento de nacer la diosa, la tierra tembló y se estremeció, y el sol detuvo su curso.
Por eso se la considera una diosa guerrera. Desempeñó un papel importante en la lucha contra los gigantes (Gigantomaquia).
El nombre de “Palas” parece que se debe a una amiga suya llamada así, a la que mató cuando jugaban a pelear con espadas. Lamentó mucho su muerte y esculpió una estatua que representaba a Palas, la colocó junto a Zeus y la rindió homenaje como a una divinidad. La imagen, llamada “Paladio”, permaneció durante algún tiempo en el Olimpo, pero luego Zeus la envió a tierra, cerca de la colina de Tróade donde Hilo, antepasado de los troyanos, estaba construyendo la ciudad de Troya, para demostrarle su complacencia. Esta imagen sirvió como talismán protector de la ciudad de Troya mientras estuvo en ella.
Otra versión afirmaba que uno de los Gigantes, llamado Palas, había muerto a manos de Atenea durante la guerra entre los dioses y los Gigantes y lo había desollado para usar su piel como coraza.
Como diosa de la guerra a Atenea se le atribuye la invención del carro de guerra y el arte de la doma de caballos.
Pero también era patrona de trabajos manuales pacíficos. Presidía las artes y manualidades ejercidas tanto por hombres como por mujeres, aunque especialmente las tareas, específicamente femeninas, de la hilandería y la tejeduría. Es conocida su rivalidad con la joven tejedora Aracne, a la que, por querer competir con ella en el arte del bordado, la transformó en araña.
Su relación con la ciudad de Atenas viene de muy atrás. Pues, aunque es una diosa virgen, se la considera madre de Erictonio o Erecteo, el ancestro autóctono del pueblo ateniense. Hefesto (el dios de los herreros) intentó forzar a Atenea, pero ella lo rechazó y provocó que su semen se derramara en la tierra y la fertilizó.
Cuando le llegó el tiempo a Gea (la tierra) de dar a luz al niño, surgió de la tierra y se lo dio a Atenea, que se convirtió de este modo en su madre adoptiva. Cuando Erictonio creció, consiguió el trono de Atenas y estableció el linaje real de donde descienden los reyes posteriores. Confirió honores a su madre adoptiva al fundar en su honor la festividad más importante de Atenas, las “Panateneas”.
Por otra parte, cuando Cécrope (el primer rey del Ática) nacido también de la Tierra, fundó en el Ática una ciudad había que buscarle un nombre. Poseidón y Atenea rivalizaban por patrocinarla. Todos los dioses actuaron como árbitros y decidieron consagrar el Ática y dar a la ciudad el nombre de aquél de los dos que hiciese a la humanidad el regalo más útil.
Con un golpe de su tridente Poseidón hizo surgir del mar un fogoso caballo, y, según otra versión, una fuente de agua salada en la acrópolis, mientras que Atenea, golpeando el suelo con su lanza, hizo brotar un árbol de hojas estrechas y brillantes: el olivo. Gracias a aquél, símbolo de la paz, venció Atenea y la nueva ciudad llevó su nombre.
Como diosa de los trabajos manuales, su patrocinio abarca un amplio espectro. Sus intereses en ningún caso se reducían a las labores femeninas, puesto que también fue patrona de carpinteros, ceramistas y joyeros. Después fue evolucionando hasta convertirse en la diosa de la sabiduría en general. En Roma se la identificó con la diosa Minerva, diosa también de la sabiduría.
La estatua que contenía el Partenón es la “Atenea Parthenos”, obra de Fidias (siglo V a. de C.) Era una estatua crisoelefantina (de oro y marfil), de unos doce metros de altura y estaba situada en la “cella o naos” del Partenón.
Se presenta como guardiana de la ciudad, con las armas tradicionales de escudo y lanza, casco y égida. La égida se la consideraba el escudo de Atenea, quien la fabricó utilizando la piel de la cabra Amaltea, y llevaba aplicada en el centro la cabeza de Medusa, que transformaba en piedra a todo el que la mirase. Ésta le fue regalada por Perseo, quien con su ayuda mató a la Gorgona.
En una mano sostenía una victoria y con la otra se apoyaba en el escudo.
Además, Fidias también es el escultor de los relieves del Partenón.
En el friso exterior, las “metopas” representaban la “amazonomaquia” en el lado Oeste. La amazonomaquia es la lucha de los atenienses, con su rey Teseo, contra las amazonas.
En el lado Este estaba representada una “gigantomaquia”, que es la lucha de los dioses contra los gigantes, en la que interviene Atenea.
En el lado Sur está representada la lucha de los lapitas y centauros, y en el lado Norte están representadas escenas de la guerra de Troya.
El friso interior jónico representaba la procesión de las “Panateneas”, una procesión en la que las jóvenes atenienses ofrecían a la diosa Atenea un manto (peplo) que ellas habían tejido. En el lado Oeste permanece el grupo de jinetes, compuesto por jóvenes a caballo, soldados en el carro o a pie y muchachas llevando ánforas. En la parte Este la procesión está encabezada por sacerdotes con instrumentos de la ceremonia.
En cuanto a los frontones, en el oriental estaba esculpido el nacimiento de Atenea y en el occidental la lucha de Poseidón y Atenea por el patrocinio del Ática.
También es obra de Fidias la “Atenea Promachos” (la Atenea que lucha en primera fila), la defensora de la ciudad, que estaba situada al aire libre sobre un pedestal en la acrópolis de Atenas. Según Pausanias la punta de su lanza y la cresta de su yelmo era lo primero que veían los marineros al acercarse desde el cabo Sunion. Se cree que hacia el 450 a. de C. esta colosal estatua estaba ya instalada en la acrópolis.
También, cuando Fidias era joven, por encargo de los atenienses de la isla de Lemnos, hizo para la acrópolis de Atenas una escultura de Palas Atenea de tamaño mayor del natural, de belleza extraordinaria, que algunos consideran su mejor interpretación de la diosa, cuyo original se ha perdido. Era la “Atenea Lemnia”.
También existía en la acrópolis el altar de la Atenea Polias. Ésta fue sustituida por la Atenea Parthenos.
También estaba dedicado a Atenea el templo del “Erecteion”.
El Erecteion, de orden jónico, construido por Mnesicles, fue erigido en el lado Norte de la acrópolis de Atenas, en honor de los dioses, Atenea Polias, Poseidón y Erecteo (rey mítico de la ciudad).
En él se encuentra la famosa tribuna de las “cariátides”, que son estatuas de mujer en lugar de columnas.
Estas mujeres eran de la ciudad de Carias, aliada de los persas durante las “guerras médicas”. Al vencer los griegos a los persas, sus habitantes fueron exterminados por los otros griegos y sus mujeres fueron convertidas en esclavas y condenadas a llevar las más pesadas cargas. Se las esculpe a ellas en lugar de columnas típicamente griegas, para que estén condenadas durante toda la eternidad a aguantar el peso del templo.
Y también estaba dedicado a la diosa Atenea el templo de “Atenea Nike” (Atenea victoriosa) que estaba consagrado a la victoria áptera (sin alas, para que no pudiera abandonar la acrópolis).
“El Partenón en el siglo VI se convirtió en una iglesia cristiana y después en una mezquita a inicios de la década de 1460, con su minarete.
El 26 de septiembre de 1687, un depósito de munición turco, en el interior del templo, estalló por causa del bombardeo veneciano. La explosión dañó severamente al conjunto y sus esculturas.
En 1806, Thomas Bruce, conde de Elgin, adquiere algunas de las esculturas supervivientes, con el visto bueno de los turcos otomanos, aunque causando daños a otros elementos durante la extracción de las mismas.
Estas esculturas conocidas como los “mármoles de Elgin” o los “mármoles del Partenón” se venden en 1816 al Museo Británico de Londres, donde están expuestos actualmente.
Junto con el resto del conjunto que conforma la acrópolis, el Partenón fue declarado por la Unesco como “Patrimonio de la humanidad en el año 1987”. (Wikipedia).
Segovia, 15 de noviembre del 2025
Juan Barquilla Cadenas.