Cada linfocito T es un neurona inmunológica: percibe señales, integra contexto, toma decisiones y genera memoria.
Su sinapsis no es sináptica, sino inmunológica; su neurotransmisor no es dopamina, sino interleucina.
Y su destino no es un órgano, sino una emoción inflamatoria: ira (Th1), ansiedad (Th2), frenesí (Th17) o serenidad (Treg).
Pero en el siglo XXI, la secuenciación unicelular nos ha mostrado que esa mente no es binaria, sino un multiverso fluido con más de 40 estados funcionales documentados en piel, mucosa y tumores.
Ya descritos: Th1, Th2, Th17, Th22, Th9, Tfh, Treg, CD8⁺, Trm.
Funcionan como los lóbulos corticales del sistema inmune: cada uno procesa una modalidad distinta de amenaza.
Pero debajo de esa corteza, hay una neuroarquitectura oculta de subtipos emergentes, híbridos, metabólicos y residuales.
IFN-γ⁺ IL-17A⁺.
Responsables de la inflamación persistente y la refractariedad terapéutica.
“Células bipolares”: combinan energía Th17 con rigidez Th1.
IL-17⁺ IL-22⁺.
Equilibrio entre destrucción y reparación.
Están activas en eccema crónico y prurigo nodular.
IFN-γ⁺ IL-4⁺.
Respuestas alérgico-autoinmunes (DA + autoinmunidad).
Observadas en pacientes con dermatitis atópica “interferónica”.
Derivan de Th17 reprogramadas por IL-12.
Dejan de producir IL-17 y comienzan a secretar IFN-γ.
Características de psoriasis resistente y artritis psoriásica.
Vistas en lupus cutáneo subagudo y lesiones liquenoides.
Dirigen procesos de reparación en piel con daño actínico.
Secretan GM-CSF y TNF-α.
Controlan inflamación aguda tipo “tempestad”.
Son los bateristas frenéticos del eje IL-23.
IL-26⁺ IL-22⁺, sin IL-17.
Inducen queratinocitos antimicrobianos.
Posible papel homeostático post-inflamatorio.
Producen IL-32, potente proinflamatoria independiente de IL-17.
Presentes en tumores cutáneos e inflamaciones refractarias.
Secretan IL-24, estimulan fibroblastos y angiogénesis.
Vistas en morfea y heridas crónicas.
Expresan IL-13, IL-11 y TGF-β.
Son los “arquitectos de la cicatriz”.
En piel: morfea, esclerodermia localizada, fibrosis postradioterapia.
FOXP3⁻ IL-10⁺.
Inducidas por IL-27 y ausencia de IL-6.
Suprimen inflamación sin bloquear defensa.
CXCR5⁺ FOXP3⁺.
Modulan Tfh y previenen autoinmunidad humoral.
Secretan IL-35 (EBI3+p35).
Suprimen Th1 y Th17, especialmente en mucosa y piel.
FOXP3⁺ IL-10⁺ CXCL13⁺.
Promueven regeneración tisular, angiogénesis y reparación dérmica.
FOXP3⁺ que pierden metilación en TSDR.
Comienzan a producir IL-17 o IFN-γ.
Detectadas en psoriasis resistente y vitíligo inflamatorio.
CD45RA⁺ CCR7⁺ TCF1⁺.
Longevas, multipotenciales; regeneran otras poblaciones.
Tcm → memoria lenta, estratégica.
Tem → respuesta rápida, visceral.
CD69⁺ CD103⁺, CLA⁺.
Permanecen en epidermis y dermis, guardianes del territorio.
TCF1⁺ CD69⁺ CD103⁺.
Pueden generar nuevas Trm tras brote o trauma.
IL-15⁺ CD44⁺ CD49d⁺.
Memoria sin exposición antigénica: respuesta rápida de “intuición inmune”.
Alta glucólisis, dependiente de mTOR.
Inflamatorias, de respuesta inmediata.
Dependen de oxidación de ácidos grasos (AMPK⁺).
Menos reactivas, más persistentes.
Adaptadas a microambientes pobres en oxígeno.
Producen IL-17A y VEGF: puente inflamación–angiogénesis.
Expresan BMAL1, REV-ERBα, NFIL3.
Su actividad varía según el ritmo día-noche: explican el prurito nocturno y brotes vespertinos.
PD-1⁺ TOX⁺ TIM-3⁺ LAG-3⁺.
Funcionan a baja intensidad: freno natural del sistema.
PD-1⁺ TCF1⁺ TOX⁻.
Precursors reversibles; pueden reactivarse con anti-PD-1.
Perfil regulador de agotamiento crónico, tolerancia tumoral.
TCR γδ, independientes de MHC.
Respuesta rápida al daño.
Participan en psoriasis pustulosa, síndrome de Stevens-Johnson.
Reconocen metabolitos de riboflavina vía MR1.
Conectan microbioma y sistema inmune.
Implicadas en rosácea y dermatitis seborreica.
Reconocen lípidos en CD1d.
Secretan IFN-γ y IL-4: equilibrio entre defensa y alergia.
Expresan receptores de neuropéptidos (VIPR2, TACR1, CGRP).
Traducen estímulos sensoriales en inflamación cutánea.
Responden a dolor y prurito vía IL-31R y TRPV1.
Envían señales de retroalimentación a mastocitos.
Expresan receptores para cortisol, dopamina y serotonina.
Coordinan eje psico-cutáneo (estrés y brote).
FOXP3⁻ IL-10⁺ IL-27⁺.
Apagan inflamación sin inmunosupresión total.
Fase final de curación en psoriasis o DA.
Inducen queratinocitos reparadores y vascularización.
Se activan tras bloqueo de IL-23 o remisión espontánea.
Perfil único según la firma bacteriana local (Staphylococcus, Malassezia).
Producen IL-1β y resistina; presentes en obesidad e inflamación crónica cutánea.
FOXP3⁺ IL-10⁺ AHR⁺, activadas por calcitriol.
Mantienen homeostasis epidérmica y control de microbiota.
El linfocito T no es un solista: es un instrumento polifónico que puede cambiar de estilo según la orquesta (tejido) en la que toque.
A veces interpreta metal inflamatorio (Th17), otras jazz regulador (Tr1), otras minimalismo reparador (Trp).
En la piel, cada brote, prurito o lesión es una melodía inmunológica compleja.
Y el trabajo del clínico es actuar como productor musical:
saber cuándo bajar el volumen de Th17, cuándo ecualizar el tono Th2, y cuándo devolverle protagonismo al director Treg.
El futuro de la dermatología inmunológica no es suprimir el ruido,
sino aprender a dirigir la orquesta.
Porque el sistema inmune no se calla: se afina.