El manejo quirúrgico de la hidradenitis supurativa debe concebirse como una fase estratégica dentro de un proceso terapéutico integrado, en el que convergen la modulación inmunológica, la reducción de la carga inflamatoria y la reconstrucción anatómica funcional.
El propósito no es simplemente extirpar el tejido afectado, sino restaurar el ecosistema cutáneo-folicular, eliminar los focos inflamatorios persistentes y redefinir el terreno inmunológico del paciente para prevenir recidivas.
La cirugía moderna de la HS no es una maniobra aislada, sino un componente dentro del eje médico-biológico-regenerativo.
1️⃣ Erradicar los focos inflamatorios activos y el epitelio fistuloso crónico.
2️⃣ Reducir la carga fistulosa y cicatricial en las áreas afectadas, preservando la funcionalidad y la estética.
3️⃣ Optimizar la sinergia entre biológicos, cirugía y técnicas regenerativas, favoreciendo una curación ordenada y duradera.
4️⃣ Mejorar la calidad de vida mediante intervenciones personalizadas y escalonadas según el estadio de Hurley y la respuesta médica previa.
Objetivo: reducir la actividad inflamatoria sistémica y preparar el tejido para la cirugía.
Medidas:
Biológicos: adalimumab, infliximab, secukinumab o bimekizumab durante ≥ 12 semanas previas.
Antibióticos de inducción: clindamicina + rifampicina o doxiciclina (8–12 semanas).
Analgesia controlada y corrección de deficiencias nutricionales (zinc, vitamina D, hierro).
Suspender biológico 2 semanas antes de cirugía mayor; mantener si cirugía limitada o láser.
Exploración prequirúrgica: ecografía cutánea de alta resolución (HS-sonografía) para delimitar trayectos y mapear la extensión subclínica.
A. Drenaje agudo limitado (Hurley I)
Indicaciones: abscesos aislados, fluctuantes o muy dolorosos.
Técnica: incisión mínima, evacuación y lavado con suero fisiológico o solución antiséptica.
Objetivo: alivio sintomático; no es tratamiento definitivo.
Advertencia: evitar drenajes repetidos sin control médico; generan trayectos persistentes y fibrosis.
B. Deroofing (Hurley II)
Procedimiento: destechado selectivo de trayectos fistulosos superficiales.
Objetivo: eliminar epitelio fistuloso y preservar tejido sano.
Ventajas: curación por segunda intención controlada, menor dolor, baja tasa de recurrencia.
Localizaciones ideales: axilas, ingles, glúteos, pliegues submamarios.
Complementos: aplicación tópica de ácido hialurónico o apósitos con plata; combinación con biológico activo para acelerar epitelización.
Duración media de curación: 3–5 semanas.
C. Escisión amplia (Hurley III)
Indicaciones: enfermedad extensa, fibrosis profunda, trayectos interconectados.
Técnica: resección completa del tejido enfermo hasta la fascia, con márgenes de 0,5–1 cm.
Cierre: diferido, injertos cutáneos de espesor parcial o colgajos locales (Limberg, perforante).
Preparación: mantener control inflamatorio previo con biológico; antibiótico profiláctico (amoxicilina-clavulánico o cefazolina 1 g i.v.).
Duración media de curación: 4–8 semanas según extensión.
D. Láser CO₂ (Hurley I–II)
Objetivo: ablación selectiva del epitelio fistuloso superficial.
Ventajas: control hemostático, mínima invasión y excelentes resultados cosméticos.
Frecuencia: sesiones mensuales × 3–6 meses según respuesta.
Asociaciones útiles: secukinumab o bimekizumab → sinergia anti-IL-17 con reparación tisular controlada.
E. Láser Nd:YAG o diodo
Indicación: HS folicular o recurrente superficial.
Efecto: destrucción selectiva de folículos pilosos, reducción de recurrencias.
Duración: sesiones cada 4–6 semanas, mantenimiento trimestral.
F. Combinaciones avanzadas
Deroofing + PRP (plasma rico en plaquetas): mejora cicatrización y analgesia local.
Escisión + colágeno/ácido hialurónico: acelera epitelización y reduce fibrosis.
Láser CO₂ + biológico activo: útil en Hurley II refractario; menor tiempo de cierre.
Dermatología: diagnóstico, mapeo ecográfico, selección de biológico y control inflamatorio previo.
Cirugía plástica o general: planificación de la técnica y reconstrucción según topografía.
Enfermería de heridas: manejo del apósito avanzado y educación del paciente.
Psicología clínica: abordaje del impacto emocional, imagen corporal y adherencia.
💡 Los hospitales con unidades multidisciplinares de HS (dermatología, cirugía, enfermería y psicología) logran tasas de remisión superiores al 70 % y menor tiempo de reincorporación laboral.
Curación por segunda intención: apósitos hidrocoloides, plata o espuma de poliuretano; cambios cada 48–72 h.
Dolor: analgesia pautada (paracetamol, AINE, tramadol si necesario).
Prevención de infección: higiene diaria con suero fisiológico y clorhexidina diluida; antibiótico tópico (ácido fusídico o mupirocina) si exudado.
Reinicio del biológico: a las 2–4 semanas, tras epitelización inicial y ausencia de infección.
Fotoprotección y medidas higiénicas: evitar humedad prolongada, ropa ajustada o depilación mecánica.
Rehabilitación: fisioterapia en axilas e ingles para evitar retracciones.
Seguimiento dermatológico trimestral durante el primer año postoperatorio.
PRP autólogo: 1 sesión intraoperatoria + refuerzo mensual × 3 meses.
Colágeno tópico + ácido hialurónico: aplicar dos veces al día durante 3–4 semanas postcirugía.
Ruxolitinib crema 1,5 % o tacrolimus 0,1 % ungüento: sobre bordes epiteliales hipertróficos.
Láminas o geles de silicona médica: uso nocturno durante 3 meses.
Infiltraciones de triamcinolona 10 mg/ml en cicatrices hipertrofias o dolorosas.
Láser fraccionado CO₂ cada 8–12 semanas en zonas fibróticas residuales.
Reducción del drenaje y dolor: 70–90 %.
Recidiva post-deroofing: < 15 %.
Recidiva post-escisión amplia: 10–25 % (menor con biológico adyuvante).
Tiempo medio de curación: 4–8 semanas (según extensión y biología).
Mejoría de calidad de vida (DLQI): +60 %.
El deroofing precoz (Hurley II) puede prevenir la progresión hacia fibrosis avanzada.
La combinación de biológico + cirugía programada logra las mayores tasas de remisión sostenida (70–80 %).
Evitar drenajes repetitivos: perpetúan inflamación y aumentan la red fistulosa.
La ecografía cutánea preoperatoria define la anatomía de los trayectos ocultos y reduce recurrencias.
Documentar fotográficamente antes y después de cada fase para monitorizar respuesta y justificar reintervenciones.
En lesiones extensas, dividir el campo quirúrgico en etapas: resección escalonada bajo cobertura biológica.
Combinar cirugía + regeneración + biología es el paradigma moderno de manejo integral en HS.
La cirugía en hidradenitis supurativa debe ser programada, guiada e inmunológicamente sincronizada.
No se trata de “quitar” lesiones, sino de reiniciar el tejido cutáneo tras una inflamación prolongada.
El éxito quirúrgico no depende solo del bisturí, sino del momento biológico correcto, la curación guiada por el dermatólogo y el mantenimiento con biológicos adecuados.
La combinación racional de tratamiento sistémico, cirugía selectiva y terapias regenerativas redefine en 2025 el estándar hospitalario de manejo integral de la HS.