Las medidas adyuvantes no son “complementos”: son coprotagonistas del tratamiento. Reducen el dolor, aceleran la resolución del edema y disminuyen el riesgo de mala evolución o recurrencia.
Clave para reducir edema y presión tisular en las primeras 48–72 h.
Elevar la extremidad por encima del nivel del corazón siempre que sea posible.
En ingreso, utilizar almohadas firmes para mantener postura estable.
Evitar bipedestación prolongada y deambulación excesiva en fase inicial.
💡 Si la induración baja en 24–48 h, aunque el eritema apenas cambie, el cuadro va por buen camino.
Compresas frías 10–15 min, 2–3 veces/día (sin hielo directo).
Limpieza suave con suero fisiológico si hay costras o erosiones.
Evitar fricciones, masajes y cualquier producto irritante u oclusivo.
💡 El frío suave reduce dolor y vasodilatación sin interferir con la respuesta antibiótica.
El objetivo es dolor controlado, no ausencia total de dolor.
1 g cada 8 h (máx. 3 g/día).
Jóvenes sin hepatopatía: 1 g cada 6 h (máx. 4 g/día).
Ibuprofeno 400–600 mg cada 8 h.
Naproxeno 250 mg cada 8–12 h tras dosis inicial de 500 mg.
Dexketoprofeno 25 mg cada 8 h.
En hospital: Ketorolaco 10 mg VO/6 h o 30 mg IV/6 h (máx. 48 h).
💡 El dolor disminuye antes que el eritema: es el marcador más fiable de respuesta inicial.
Sin esto, la célula vuelve.
Tinea pedis interdigital: antifúngico tópico 2–4 semanas.
Fisuras plantares: queratolítico + hidratación intensiva.
Eccema crónico: corticoide tópico + emoliente.
Úlceras venosas/traumáticas: limpieza + cura húmeda + compresión si procede.
Intertrigo: secado meticuloso y antifúngico.
💡 Cerrar la puerta de entrada reduce recurrencias hasta un 40–50%.
Útil en celulitis asociada a edema crónico o estasis venosa.
Introducir a partir de las 48–72 h si el dolor baja y no hay sospecha de absceso.
Usar compresión suave–moderada (clases I–II).
Evitar si hay dolor intenso, necrosis o dudas diagnósticas.
💡 En piernas con estasis, la compresión transforma una recuperación lenta en una recuperación lógica.
Evitar el reposo absoluto.
Movilización suave del miembro para facilitar retorno venoso.
Evitar caminatas prolongadas en fase aguda.
💡 “Camina un poco, eleva mucho”: la regla oro de las primeras 48 h.
Aplicar emolientes sin perfume 2–3 veces/día en la fase de menor inflamación.
En piel seca o fisurada: cremas con urea 10–20%.
Evitar exfoliantes y manipulaciones.
💡 Una piel hidratada recupera antes, duele menos y evita nuevas fisuras.
Revisión en 48–72 h: fiebre, dolor, induración y extensión del eritema.
Explicar signos de alarma: rápida progresión, aumento del dolor, fiebre persistente, aparición de zonas blandas.
Revisión posterior a los 5–7 días para valorar cierre de puerta de entrada.
💡 En pacientes frágiles o aislados, una llamada en 24 h puede evitar ingresos o recaídas.