El Eje Th22 representa la rama reparadora de la inmunidad cutánea: un sistema diseñado para regenerar el epitelio y restaurar la integridad dérmica tras una lesión.
Sin embargo, cuando este mecanismo se activa de forma sostenida, la reparación se transforma en fibrosis, la hiperplasia en esclerosis y la regeneración en rigidez.
Es el eje que explica la morfea, la esclerodermia localizada y otras formas de dermofibrosis inflamatoria crónica, además de contribuir a la liquenificación en eccemas persistentes y al engrosamiento dérmico postinflamatorio.
El Th22 es la cara constructiva de la inflamación: cuando intenta curar demasiado, cicatriza en exceso.
El eje Th22 surge como una respuesta fisiológica tras un daño cutáneo.
Los queratinocitos lesionados liberan IL-1β, TNF-α y TGF-β, atrayendo a linfocitos CD4⁺ que adoptan un fenotipo Th22, caracterizado por la secreción de IL-22, IL-20 y IL-24, sin producción significativa de IL-17 o IFN-γ.
El Th22 actúa en los tejidos epiteliales promoviendo proliferación de queratinocitos, migración celular, angiogénesis y remodelado dérmico.
En condiciones normales, este eje colabora con la reparación tisular.
Cuando la activación persiste —por estímulo mecánico, inflamación crónica o desregulación de TGF-β—, las señales de reparación se convierten en programas profibróticos.
Los fibroblastos dérmicos se activan de forma permanente, depositan colágeno tipo I y III, fibronectina y laminina, y transforman la dermis en un tejido rígido e hipovascular.
La IL-22, que inicialmente reepiteliza, comienza a inducir hiperplasia epidérmica y queratinización anómala.
El resultado es una piel engrosada, dura y brillante, con pérdida de elasticidad y, en fases avanzadas, adherencia al plano profundo.
El eje se entrelaza con TGF-β / SMAD2-3, que refuerza el componente fibrótico, y con IL-13 (vía Th2) en la promoción de colágeno dérmico.
4.1 IL-22 → JAK1 + TYK2 → STAT3
Vía principal del Th22. Favorece proliferación queratinocitaria y angiogénesis, estimula expresión de genes de reparación (KRT16, AREG, IL-20R).
🧬 Moléculas: IL-22R1, IL-10R2, STAT3, SOCS3.
🧩 Fármacos: tocilizumab, nintedanib, deucravacitinib (TYK2) (off-label antifibrótico).
4.2 IL-20 / IL-24 → JAK1 + TYK2 → STAT3
Acción complementaria en regeneración epitelial; aumenta resistencia frente a infecciones.
Moléculas: IL-20R1/R2, IL-24, IL-19.
4.3 TGF-β → SMAD2/3 → colágeno I/III + fibronectina
Ruta profibrótica clásica; estimula miofibroblastos y suprime metaloproteinasas (MMP-1).
Moléculas: TGFβRII, CTGF, PDGF, PAI-1.
Fármacos: nintedanib, pirfenidona (moduladores del TGF-β).
4.4 IL-13 (intersección Th2–Th22) → JAK1 + JAK3 → STAT6
Refuerzo de la fibrosis cutánea y dérmica.
Fármacos: dupilumab, tralokinumab (beneficio parcial en fibrosis postinflamatoria).
Th22: IL-22, IL-20, IL-24, AREG.
Queratinocitos: IL-1β, TNF-α, IL-6, IL-20R, defensinas.
Fibroblastos: TGF-β, PDGF, CTGF, colágeno I/III.
Células endoteliales: VEGF, angiopoyetina-2.
Macrófagos M2: IL-10, IL-13, TGF-β (reparadores).
La sinergia de IL-22 (epitelio) y TGF-β (dermis) define el patrón morfofuncional del eje: hiperplasia superficial + fibrosis profunda.
Morfea (esclerodermia localizada): placas firmes, hiperpigmentadas y atróficas, con predominio dérmico.
Esclerosis sistémica cutánea: fibrosis difusa con componente vascular y autoinmune mixto Th22–TGF-β.
Prurigo fibrosante: secuela de inflamación Th2–Th22 crónica.
Fascitis eosinofílica: fibrosis de fascias profundas con IL-22 y TGF-β elevados.
Cutis laxa adquirida inflamatoria: degradación elástica con reparación aberrante.
Liquen escleroatrófico: convergencia Th22/TGF-β en mucosas y zonas acras.
Anti-IL-6R / Anti-IL-22 (vías STAT3):
Tocilizumab, Sarilumab → inhiben IL-6-STAT3, reducen inflamación y rigidez cutánea en esclerodermia.
Antifibróticos (vía TGF-β):
Nintedanib (anti-PDGF/FGFR/VEGFR) → aprobado para fibrosis pulmonar; evidencia creciente en morfea y esclerosis.
Pirfenidona → modula TGF-β, uso compasivo en fibrosis dérmica.
Bloqueo de JAK/TYK2:
Deucravacitinib (TYK2) → inhibe STAT3-dependencia de IL-22 y IL-20.
Upadacitinib / Baricitinib → mejoran prurito y eritema en morfea inflamatoria precoz.
Co-bloqueo Th2-Th22:
Dupilumab / Tralokinumab → atenúan IL-13-TGF-β y disminuyen fibrosis post-eccema.
Medidas coadyuvantes:
Fototerapia UVA-1 → reduce TGF-β y aumenta MMP-1.
Fisioterapia y masoterapia → previenen retracciones.
Hidratación profunda y emolientes con urea → flexibilidad dérmica.
Fase inflamatoria: JAK1/TYK2 o anti-IL-6R → suprimir hiperplasia y edema.
Fase fibrosante: antifibróticos (nintedanib, pirfenidona).
Fase residual: fototerapia + fisioterapia para remodelado dérmico.
Fenotipo Th2–Th22 mixto: combinación anti-IL-13 + antifibrótico para evitar recurrencia.
Control hepatológico con nintedanib/pirfenidona.
Vigilancia de infecciones respiratorias con tocilizumab.
Evaluar perfil lipídico y hepático si se combinan JAK/TYK2.
Contraindicar UVA-1 en pacientes fotosensibles o con antecedentes de lupus.
Daño epitelial → IL-1β + TNF-α → Th22 → IL-22 (JAK1 + TYK2 → STAT3) → regeneración
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TGF-β / SMAD2-3 → fibroblasto → colágeno ↑ / MMP-1 ↓ → fibrosis
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IL-13 (Th2) potencia la rigidez dérmica
🎯 Bloqueo eficaz: anti-IL-6R / TYK2 / antifibróticos / anti-IL-13.
El Eje 4 (Th22 / IL-22 / TGF-β) es el constructor de la piel: cicatriza lo que el Th1 destruye y remodela lo que el Th17 inflama.
Pero, si la señal no se apaga, la reparación se vuelve patológica y la piel pierde su elasticidad natural.
Controlar este eje significa modular la reparación, no impedirla, y ofrecer a la piel la posibilidad de curar sin endurecerse.