La hipodermis —a menudo infravalorada en dermatología— constituye un órgano inmunometabólico donde convergen inflamación, necrosis grasa, trombosis, autoinmunidad, infección, neoplasia y fenómenos reactivos sistémicos.
Las paniculitis son, por tanto, los procesos inflamatorios más complejos de la piel, porque no solo afectan al tejido adiposo: ponen en juego la vasculatura profunda, los septos fibrosos, las células mesenquimales y todo el sistema inmunitario dérmico.
Este bloque desarrolla toda la dermatopatología de las paniculitis: lobulillares, septales, mixtas, vasculares, granulomatosas, autoinmunes, infecciosas, lipodistrofias y simuladoras, integrando histología, patogénesis, marcadores modernos y claves diagnósticas de alto impacto.
Lobulillos: adipocitos maduros + capilares.
Septos: fibras colágenas + vasos profundos + linfáticos.
Adipocito: célula endocrina e inmunometabólica.
Vasos profundos: si hay trombosis → necrosis grasa masiva.
Paniculitis septal → inflamación del tejido fibroso (ej.: eritema nodoso).
Paniculitis lobulillar → inflamación del adipocito (ej.: lupus profundo, pancreática).
Paniculitis mixta → afectación simultánea.
Determina etiología.
Guía estudio sistémico.
Cambia manejo completamente.
Necrosis grasa → pancreatitis, frío, lupus.
Vasculitis → PAN, ANCA, infecciones.
Granulomas → sarcoidosis, tuberculosis, cuerpo extraño.
Linfocitos atípicos → linfoma subcutáneo.
Cristales y saponificación → pancreática/imaginaria.
Histiocitos espumosos → esclerodermia profunda, lipodistrofias.
Hiperrespuesta inflamatoria a antígenos sistémicos: estreptococo, tuberculosis, sarcoidosis, fármacos, embarazo, inflamación intestinal.
Complejos inmunes → inflamación septal.
Paniculitis septal sin vasculitis.
Granulomas radiales (“nodulares de Miescher”).
Neutrófilos tempranos → linfocitos → granulomas.
Nódulos dolorosos en tibias.
Eritema que cambia de color (“moretón evolutivo”).
Sulfonamidas, OCPs, antibióticos.
Igual a EN pero con historia farmacológica.
Cambios fibrinoides en septos → transición hacia patrón mixto.
Autoanticuerpos y activación del complemento.
Inflamación CD4/CD8 indiferenciada en panículo.
Necrosis grasa hialina.
Infiltrado linfocítico profundo.
Mucina dérmica (clave).
Vasculitis variable.
Nódulos dolorosos en brazos, cara, nalgas.
Riesgo de depresiones definitivas (“guirnaldas atróficas”).
Lipasas circulantes → autodigestión del adipocito.
Necrosis grasa con saponificación (jabones cálcicos).
Sombras granulocíticas.
Hemorragias profundas.
Nódulos dolorosos + pancreatitis.
Es diagnóstico y pronóstico.
Necrosis grasa cristalina.
Histiocitos espumosos.
Ataca la grasa más saturada: mejillas de niños, muslos expuestos.
Anti-PD1: paniculitis lobulillar granulomatosa.
Inhibidores JAK: paniculitis con necrosis grasa masiva.
Biológicos anti-IL17: paniculitis neutrofílica.
Neutrófilos → necrosis → colonias.
Cultivo + Ziehl–Neelsen imprescindible.
Granulomas desnudos entre lobulillos.
Diferenciar de granuloma anular profundo.
Necrosis grasa + hematomas.
Macrófagos espumosos.
Induración progresiva de piernas.
Fibrosis lobulillar y septal.
Neovascularización.
Derivada de hipertensión venosa crónica.
Necrosis grasa lobulillar + vasculitis en septos.
Asociado a tuberculosis (aunque no obligatorio en 2025).
Nódulos dolorosos en pantorrillas.
Arteritis de vasos musculares en septos.
Necrosis fibrinoide.
Lobulillos comprometidos por isquemia secundaria.
LES – paniculitis con vasculitis.
Dermatomiositis – paniculitis lúpica-like.
Síndrome antifosfolípido – necrosis grasa + trombosis.
Linfocitos CD8+ que rodean adipocitos (“rimming”).
Necrosis grasa.
Granzimas B, TIA-1 positivos.
Nódulos, fiebre, citopenias.
Riesgo de síndrome hemofagocítico.
Infiltración angiocéntrica.
Necrosis intensa.
EBER-ISH positivo.
Muy agresivo.
Pueden simular paniculitis lobulillar.
Células grandes, nodulares.
Necrosis grasa lobulillar.
Células “fantasma”.
Histiocitos xantomizados.
Asociación pulmonar/hepática.
Marcador dermatológico de crisis pancreática.
Degeneración interfascicular.
Depósitos mucinosos.
Trombosis profunda → necrosis grasa.
Importante diferenciar de vasculitis.
Granulomas caseosos.
Ziehl–Neelsen positivo.
Paniculitis nodular dolorosa.
Mucorales → invasión vascular.
Cromoblastomicosis → muriformes.
Feohifomicosis → hifas pigmentadas.
Panniculitis necrosante.
Gram negativos en trombosis.
Depresión localizada.
No inflamatoria.
Panículos lineales atróficos en muslos.
Fenómeno relacionado con presión ocupacional.
Lipólisis + reacción granulomatosa leve.
¿Es septal o lobulillar? (primer filtro).
¿Hay necrosis grasa? → pancreática, lupus, frío.
¿Hay vasculitis? → PAN, vasculitis nodular, ANCA.
¿Granulomas? → sarcoidosis, micobacterias, cuerpo extraño.
¿Células grandes atípicas? → linfoma.
¿Cristales o saponificación? → pancreática.
¿“Rimming” de linfocitos? → SPTCL (CD8+).
¿Mucina dérmica? → lupus profundo.
¿Trombosis? → lipodermatosclerosis, APL, necrosis por heparina.
Correlación clínica esencial → localización, dolor, fiebre, contexto sistémico.
Las paniculitis no son patologías locales: son manifestaciones cutáneas de fisiopatología profunda, desde autoinmunidad hasta infección, necrosis vascular, cáncer o fallo metabólico. La histología revela el mecanismo íntimo del daño: inflamación septal vs lobulillar, necrosis grasa, granulomas, linfocitos citotóxicos, trombosis, mucina o inclusiones microbianas.
Quien domina el lenguaje del panículo adiposo no solo diagnostica paniculitis: entiende la enfermedad sistémica que la creó.