Arquitectura: distribución lineal y ordenada en la línea basal.
Citología: núcleos pequeños, ovalados, homogéneos.
Actividad: mínima proliferación en dermis.
Relación con queratinocitos: “dominancia queratinocítica”, concepto clave.
Maduración dérmica descendente: cuanto más profundo, más pequeño y menos atípico debe ser el melanocito (si no → sospecha).
Simetría y bordes: nevus benigno = geometría; melanoma = caos arquitectural.
Comportamiento en unión: pagetoide difuso → melanoma; pagetoide focal en nevos de Spitz o Reed.
Clasificación OMS: melanoma ya no es una sola enfermedad, sino un grupo basado en eje etiopatogénico:
Melanoma inducido por UV.
Melanoma acral (no UV).
Melanoma mucoso.
Melanoma Spitz-like.
Melanoma asociado a azul (melanocitos dérmicos).
Mutaciones principales: BRAF V600E, NRAS Q61, KIT, NF1, TERT, GNAQ/GNA11 (melanocitos dérmicos).
PRAME como marcador nuclear de melanoma frente a nevus (alto rendimiento diagnóstico).
SOX10: pan-melanocítico.
MART-1 / Melan-A: citoplasmático, muy útil en evaluación de márgenes.
HMB-45: expresión descendente en nevos (gradiente madurativo).
PRAME: positivo en melanoma (>70%), negativo en nevus benignos.
Ki-67: proliferación >10% en dermis → alarma.
NGS focal para dudas diagnosticas (Spitz, melanocíticos spitzoides, proliferaciones borderline).
Simetría perfecta.
Nidos redondos bien delimitados.
Maduración profunda: células pequeñas en dermis.
HMB45: positivo arriba, negativo abajo.
Ki-67: bajo (<2%).
Extensión profunda hasta anexos, folículos, nervios.
Proliferación más difusa pero sin atipia real.
Riesgo bajo salvo nevos gigantes.
Puentes entre nidos.
Hiperplasia lentiginosa.
Atipia leve-moderada en unión.
Inflamación laminar.
Riesgo: marcador de fenotipo (no lesión precursora obligatoria).
Arquitectura en “torreta” o en “bala”.
Citología spitzoide (nucleomegalia, nucléolos).
Mitosis presentes pero no atípicas.
Ki-67 bajo en dermis.
Necesaria correlación clínico–edad (niños = benigno, adultos = más sober cautela).
Melanocitos dérmicos dendríticos.
Tono azul por efecto Tyndall.
GNAQ/GNA11 mutados.
Proliferación en epidermis sobre cicatriz.
Riesgo de confusión con melanoma residual.
Clave: profundidad de la lesión residual pequeña, cicatriz dérmica.
Estas lesiones representan desórdenes ambiguos, histológicamente intermedios, que no cumplen criterios clásicos de melanoma pero tampoco de benignidad.
Atipia arquitectural + citológica moderada.
PRAME variable.
Puede requerir NGS.
Mitosis profundas pero no aberrantes.
Ki-67 dérmico elevado.
Posible necesidad de márgenes amplios.
Infiltración dérmica nodular.
Atipia arquitectural pero sin características definidas de melanoma.
Requiere panel IHQ completo + discusión multidisciplinar.
Hiperplasia lentiginosa difusa.
Expansión lineal sin nidos complejos.
Riesgo de progresión.
El melanoma no es un solo tumor: es un ecosistema de subtipos biológicos que comparten una agresión fundamental: pérdida del control queratinocitario.
Asimetría global.
Nidos fusionados en “confluencia descontrolada”.
Pagetoid spread superior.
Atipia citológica marcada.
Falta de maduración dérmica.
Mitosis profundas o atípicas.
PRAME difusamente positivo (>70%).
La epidermis deja de ser un puente ordenado y se convierte en una alfombra de células autónomas. La maduración, que es el mecanismo de seguridad natural del melanocito, desaparece. Cada capa de la epidermis se convierte en un nivel de expansión tumoral.
El más común.
Expansión lateral dominante.
Pagetoide prominente.
Crecimiento vertical precoz.
Poca fase radial.
Alto índice mitótico.
Daño actínico masivo.
Hiperplasia lentiginosa atípica.
Mucosidad en piel crónica solar.
Cribado difícil.
Patrón parallel ridge pattern (dermatoscopía).
Histología: expansión lentiginosa atípica marcada.
Arquitectura desorganizada.
Mutaciones KIT frecuentes.
Atipia tipo Spitz, pero comportamiento de melanoma.
Requiere panel genético.
Escasez de células pigmentadas.
Células fusiformes infiltrando colágeno.
S100+, SOX10+, HMB45–.
Relación con nevus azul preexistente.
Mutaciones GNAQ/GNA11.
SOX10: pan-melanocítico, nuclear, muy sensible.
MART-1 / Melan-A: útil para márgenes.
HMB45: gradiente madurativo (positivo arriba, negativo abajo).
PRAME: el biomarcador estrella 2023–2025.
Melanoma = difuso.
Nevus = negativo o focal.
Ki-67: niveles >10% en dermis = alarma.
p16 (pérdida en melanoma, preservado en nevus).
BAP1 (pérdida en tumores melanocíticos BAP1-deficientes).
MITF (melanocítico pero menos útil que SOX10).
S100 (muy sensible, poco específico).
PRAME salva vidas.
Ki-67 diferenciado por capa.
Panel genético (HRAS, BRAF, MAP2K1, ROS1, NTRK).
SOX10+, S100+, HMB45–.
Perineural frecuente.
Confluencia lineal + atipia desproporcionada.
PRAME altamente discriminativo.
Fascículos elongados = benigno.
Pax3 y PRAME ayudan en lesiones difíciles.
Mutaciones BRAF/NRAS.
Firma UV (C→T transitions).
Mutaciones KIT, amplificaciones CCND1, CDK4.
Menos firmas UV → biología distinta → terapias específicas.
Fusiones ALK, ROS1, NTRK1/3.
Implica pronóstico y respuesta a terapias dirigidas.
Vía MAPK, tumores azulados.
NGS panel–focused.
FISH para TERT, BRAF, NRAS en casos ambiguos.
Melanoma in situ: márgenes guiados por la extensión lentiginosa.
Melanoma invasor: Breslow sigue siendo la brújula central.
Perineural: riesgo aumentado → margen mayor.
Desmoplásico: tendencia a recidiva local.
Lentigo maligno: extensión subclínica amplia → técnica de Mohs o “slow Mohs”.
(El Algoritmo Maestro 2025)**
¿Es melanocítico? → SOX10, MART-1.
¿Es benigno vs maligno? → simetría, maduración, confluencia.
¿Hay pagetoide significativo?
¿Hay maduración dérmica adecuada?
¿Cuál es la proliferación? (Ki-67 en dermis).
¿Qué dice PRAME?
¿Qué subtipo OMS encaja?
¿Necesita apoyo molecular?
¿Cuál es el riesgo clínico? → correlación con ABCDE clínico.
La dermatopatología melanocítica es la intersección de morfología, inmunohistoquímica, biología molecular, patrones de daño UV y comportamiento clínico.
Un tumor compuesto por células pigmentadas solo revela su verdadera naturaleza cuando se integran todos estos niveles: la arquitectura habla del pasado del tumor; la inmunohistoquímica anuncia su identidad; la genética revela su destino.
Quien domina este bloque no solo diagnostica melanoma: lo anticipa, lo clasifica, lo comprende y lo traduce en decisiones terapéuticas reales.