El tratamiento tópico es el pilar fundamental en la dermatitis seborreica (DS) y la pitiriasis versicolor (PV). Permite reducir la proliferación de Malassezia spp., modular la inflamación y restaurar la función de barrera cutánea, con una excelente relación eficacia–seguridad.
Los imidazoles y triazoles son el tratamiento de elección, gracias a su potente acción antifúngica, antiinflamatoria y seborreguladora. Inhiben la síntesis de ergosterol, componente esencial de la membrana de Malassezia spp., provocando su destrucción.
Principales opciones:
Ketoconazol 2 % (crema o gel): aplicar 1–2 veces/día durante 2–4 semanas; útil en cara, tronco y pliegues.
Ciclopirox olamina 1 % (crema o gel): aplicar 2 veces/día durante 2–4 semanas; efecto antifúngico y antioxidante adicional.
Bifonazol 1 %: aplicación diaria, especialmente indicado en zonas seborreicas extensas o pliegues.
Sertaconazol 2 %: excelente tolerancia facial, con acción antifúngica y antipruriginosa.
Clotrimazol 1 % o Econazol 1 %: alternativas seguras durante embarazo y lactancia.
💡 Perla terapéutica: los azoles no solo controlan la carga fúngica, sino que reducen la liberación de lipasas proinflamatorias de Malassezia, lo que mejora el eritema y el prurito.
Los geles y espumas medicadas son de gran utilidad en zonas pilosas y sebáceas (cara, frente, cuero cabelludo, tórax, espalda), donde facilitan la dispersión homogénea del principio activo.
Formulaciones recomendadas:
Ketoconazol 2 % gel: aplicar sobre la piel o cuero cabelludo húmedo, dejar actuar 3–5 minutos y aclarar; 2–3 veces/semana hasta mejoría.
Ciclopirox olamina 1 % gel o espuma: uso diario en zonas con seborrea activa o descamación.
Zinc piritiona 1 % o sulfuro de selenio 1 % (gel limpiador): útiles en DS leve o para mantenimiento tras control del brote.
💡 Perla de uso: el ketoconazol en gel es la opción más práctica y estética para áreas pilosas, ya que no engrasa, no deja residuos y ayuda a regular la producción sebácea.
En la dermatitis seborreica facial o retroauricular, el componente inflamatorio requiere un control antiinflamatorio breve y preciso.
Corticoides suaves:
Hidrocortisona 1 % (crema o loción): aplicar 1–2 veces/día durante 5–7 días en brotes agudos.
Evitar el uso continuado o en periodos prolongados para prevenir atrofia, telangiectasias o dermatitis perioral.
Inhibidores de la calcineurina:
Pimecrolimus 1 % (crema) o Tacrolimus 0,03–0,1 % (ungüento): aplicar 2 veces/día durante los brotes, reduciendo a 2–3 veces/semana como mantenimiento.
Actúan bloqueando la fosfatasa calcineurina, reduciendo la síntesis de IL-2, TNF-α e IL-31 sin producir efectos atróficos.
💡 Perla clínica: los inhibidores de la calcineurina son la mejor opción para uso facial crónico, al mantener la piel libre de inflamación sin los efectos adversos de los corticoides.
En la PV, es fundamental tratar toda el área corporal colonizada, no solo las máculas visibles. Las formulaciones en espuma o loción facilitan la aplicación sobre grandes superficies.
Pautas recomendadas:
Ketoconazol 2 % (loción o espuma): aplicar sobre la piel húmeda, dejar actuar 5–10 minutos y aclarar; 1 vez/día durante 7–10 días.
Ciclopirox 1 % o Sertaconazol 2 %: aplicación diaria durante 7–10 días; repetir 1 vez/semana durante 1–2 meses si hay tendencia a recidiva.
En casos recurrentes, pauta profiláctica mensual (una aplicación semanal durante 2–4 semanas).
💡 Perla terapéutica: la aplicación corporal completa, incluso en áreas aparentemente sanas, evita la recolonización y reduce la recurrencia estacional típica de la PV.
Aplicar sobre piel limpia y seca, extendiendo 1–2 cm más allá de la lesión visible.
Evitar cosméticos grasos oclusivos y secar bien los pliegues tras el lavado.
En cuero cabelludo, dejar el gel antifúngico el tiempo indicado antes de enjuagar.
En PV, tratar también el entorno (cuello, hombros, parte superior del tronco).
Mantener fotoprotección y control del sudor en estaciones cálidas.
💡 Perla final: el tratamiento tópico en DS y PV no busca erradicar Malassezia, sino restaurar el equilibrio entre microbiota, sebo e inmunidad cutánea, logrando control prolongado y menor tasa de recaídas.