La práctica dermatológica se sostiene sobre un equilibrio entre lo que se ve y lo que se confirma. Cada técnica —desde la luz de Wood hasta el sacabocados— aporta una capa adicional de interpretación, como si el clínico fuese afinando progresivamente la resolución de una imagen. Ver, palpar, raspar, teñir o biopsiar no son gestos aislados, sino los peldaños de un mismo proceso cognitivo: transformar una impresión visual en un diagnóstico verificable. En dermatología, el dominio técnico es una extensión del razonamiento clínico.
La consulta dermatológica moderna funciona como un pequeño laboratorio diseñado para obtener información inmediata.
Material básico: bisturí, sacabocados, pinzas, tijeras Iris, microscopio, porta y cubre.
Diagnóstico rápido: luz de Wood, hidróxido potásico, aceite mineral, tinciones y medios para hongos.
Para biopsias: lidocaína, cloruro de aluminio, solución de Monsel, formalina.
La filosofía es simple: tener a mano todo lo necesario para cerrar el diagnóstico en un solo acto clínico.
La luz ultravioleta de 365 nm revela sustancias y microorganismos capaces de emitir una fluorescencia característica.
Indicaciones principales:
— Tiña capitis → amarillo-verdosa.
— Eritrasma → rojo coral.
— Acné → folículos rojo coral (por C. acnes).
— Porfiria cutánea tarda → brillo rojo coral en orina.
— Pseudomonas → verdoso.
— Alteraciones pigmentarias → delimita hipopigmentación/despigmentación.
Claves prácticas: sala oscura, adaptación ocular, evitar cosméticos fluorescentes.
Limitación estratégica: la mayoría de tiñas actuales pertenecen a especies no fluorescentes, lo que obliga a complementar con KOH o cultivo.
Idea fuerza: una técnica simple que orienta decisiones complejas.
El KOH es la prueba rápida más útil para confirmar dermatofitosis, candidiasis y tiña versicolor.
Técnica esencial:
— Raspar el borde activo.
— Depositar escamas en porta.
— Añadir KOH 10–20 % (con o sin DMSO).
— Colocar cubre y calentar suavemente si no lleva DMSO.
— Observar:
• Hifas lineales → dermatofitos.
• Hifas cortas + levaduras → tiña versicolor.
• Levaduras aisladas → candidiasis.
Errores frecuentes: confundir lípidos o fibras.
Perla clínica: el DMSO elimina la necesidad de calentar, acelera el aclaramiento y mejora la visualización.
Conclusión: rápido, barato, sensible… y decisivo.
El raspado con aceite mineral convierte el diagnóstico de escabiosis en un acto inmediato.
Técnica práctica:
— Aplicar aceite.
— Raspar con bisturí 15 sin provocar sangrado.
— Colocar en porta y examinar a bajos aumentos.
Hallazgo positivo: ácaro, huevo o escíbalo.
Perla clínica: el ácaro vive justo debajo del estrato córneo, por lo que el raspado debe ser superficial y casi indoloro.
Beneficio real: evita tratamientos empíricos innecesarios.
La prueba de Tzanck sigue siendo útil en entornos sin acceso inmediato a PCR.
Técnica:
— Limpiar.
— Abrir la vesícula dejando una bisagra.
— Raspar techo y base.
— Extender en porta.
— Teñir (Wright-Giemsa, azul de toluidina o Pap).
Hallazgo diagnóstico: queratinocitos multinucleados con núcleos en vidrio esmerilado.
Sensibilidad: 70–80 %, dependiente de fase y técnica.
Perla: ideal para urgencias, vesículas tempranas o lesiones que no permiten demora.
Valor conceptual: demuestra que la citología también tiene lugar en la consulta dermatológica.
Técnica extraordinariamente versátil para lesiones exofíticas benigna o malignas.
Procedimiento:
— Lidocaína 1 % ± adrenalina.
— Tensión ligera de la piel.
— Deslizar cuchilla curvada con suavidad.
— Recuperar la pieza y enviarla en formalina.
— Hemostasia con presión, cloruro de aluminio o Monsel.
Ventajas: rápida, cicatriz mínima, gran utilidad en patología nodular o ampollosa.
Perla: preserva mejor la unión dermoepidérmica que un sacabocados, esencial en ampollosas.
Advertencia: documentar localización con precisión antes de descartar la cuchilla.
La herramienta más fiable para estudiar dermatitis, linfomas cutáneos, ampollosas intactas y tumores pequeños.
Técnica:
— Infiltrar anestesia hasta blanqueamiento.
— Rotar el punch con presión moderada.
— Seccionar base.
— Enviar muestra en formalina.
— Suturar según tamaño.
Perla: obtener dos o más muestras de áreas diferentes y en fases evolutivas distintas aumenta significativamente el rendimiento diagnóstico.
Limitación: evitar zonas ulceradas o muy infectadas.
Luz de Wood → fluorescencia diagnóstica inmediata.
KOH → confirmación micótica al momento.
Aceite mineral → identificación directa del ácaro.
Tzanck → citología viral rápida.
Afeitado → tejido exofítico, sin sutura.
Sacabocados → análisis completo de inflamatorias y tumores.
El dermatólogo no solo mira: interpreta.
Quien domina estas técnicas convierte el acto clínico en un proceso de validación científica en tiempo real, haciendo que la distancia entre la sospecha y la certeza sea cada vez más corta.