La piel cuando decide hablar en el idioma de la sangre: lagunas, tonos azules, rojos palpitantes y patrones que delatan profundidad.
La sangre absorbe y dispersa la luz de forma predecible.
La dermatoscopia explota esta propiedad para revelar la arquitectura interna del plexo vascular:
La sangre superficial se ve rojo brillante.
La sangre profunda se vuelve azulada (efecto Tyndall).
Las malformaciones crean lagunas aisladas.
La hemorragia crea puntos irregulares, amorfos.
La angiogénesis tumoral produce patrones polimorfos inquietantes.
Comprender estas reglas permite distinguir benignidad, inflamación y neoplasia con un solo vistazo.
El angioma es la lesión vascular por excelencia.
Su dermatoscopia es simple, bella y extremadamente diagnóstica.
Redondas, delimitadas, homogéneas.
Pueden coexistir lagunas más rojas (superficiales) y más azules (profundas).
Confirma su origen no melanocítico.
Cada laguna es un compartimento vascular independiente.
El pigmento no es melánico; no hay fibrosis.
Perla clínica:
Cuando ves lagunas bien definidas, estás dentro del universo vascular, no del melanocítico.
Cuando el angioma sufre trauma o trombosis, su dermatoscopia cambia radicalmente:
La sangre coagulada oscurece el espectro.
Parches marrones o negros que pueden simular melanoma.
A pesar del trombo, las lagunas siguen delimitadas → clave diagnóstico.
A diferencia del melanoma amelanótico.
Las lesiones purpúricas son la dermatoscopia más honesta:
la sangre está donde no debería.
Puntos rojo-púrpura sin estructura
No blanquean
Profundidad variable
Ausencia total de patrón vascular organizado
Puntos rojo-violáceos de distintos tamaños
Áreas anaranjadas subyacentes
Fondo edematoso
Hemorragias lineales o irregulares
Similitud con vasculitis pero sin necrosis ni erosiones.
Perla:
La púrpura es “anti-dermatoscópica”:
no muestra forma, solo color.
No crecen como tumores, sino que persisten como anomalías estructurales.
Fondo rosa/violáceo homogéneo
Vasos múltiples, puntiformes o lineales
Persistencia del mismo patrón en toda la lesión
Azul violáceo
Compresible
Dermatoscopia pobre → color uniforme y profundo
Vasos pulsátiles (clínico)
Dermatoscopia: red vascular densa y caótica
Color rojo intenso + zonas blanquecinas por hiperflujo
El granuloma piógeno parece maligno por su crecimiento rápido, pero su dermatoscopia revela:
Lóbulo central rojo cereza brillante.
Corresponde a epidermis elevada alrededor del tumor.
Distribución en forma de “sol”.
Pequeños puntos hemorrágicos.
Perla mayor:
Una lesión muy roja y muy brillante con collarete blanco es casi siempre un granuloma piógeno.
Representan trombos.
Simula melanoma → la clave es la laguna.
Por fricción crónica.
Aquí el melanoma abandona la melanina y adopta un lenguaje vascular.
La dermatoscopia es la diferencia entre detectarlo y no.
Vasos en varios estilos simultáneamente:
puntiformes
lineales irregulares
bucleados
serpenteantes
glomerulares atípicos
ramificados finos
Es un “rosa sucio”, no uniforme.
Clave frente a angiomas.
Invasión → colágeno reorganizado.
Regla de oro:
Si la lesión vascular es fea, polimorfa o asimétrica → piensa en melanoma amelanótico.
¿Hay lagunas?
Sí → angioma / angioqueratoma.
No → pasar a 2.
¿Color uniforme rojo/azul sin estructura?
Sí → púrpura / vasculitis / hemorragia.
¿Collarete blanco + lóbulo rojo brillante?
Sí → granuloma piógeno.
¿Color azul profundo homogéneo y compresible?
Sí → malformación venosa.
¿Polimorfismo vascular?
Sí → melanoma amelanótico.
¿Hiperqueratosis sobre lagunas oscuras?
Sí → angioqueratoma.
¿Vascularización lineal densa, sin lagunas?
Sí → malformación AV.
Si ves lagunas → casi nunca es melanoma.
Si ves polimorfismo vascular → piensa melanoma amelanótico o CEC.
Angioma trombosado asusta, pero sus lagunas son redondas y siguen siendo lagunas.
La vasculitis no tiene patrón: solo color.
Un granuloma piógeno que no sangra es raro → sospechar otra cosa.
Un “angioma” nuevo en paciente oncológico puede ser metástasis cutánea vascularizada → no confiar ciegamente.