💡 Idea-fuerza
El espaciamiento de terapias biológicas no busca suspender el tratamiento, sino mantener el control inmunológico con la mínima intervención necesaria, preservando la remisión clínica, molecular y estructural sin comprometer la eficacia a largo plazo.
Debe realizarse de forma planificada, gradual y reversible, basándose en criterios clínicos, bioquímicos e inmunológicos objetivos.
PASI 90–100, DLQI ≤ 2 o EASI ≤ 3 mantenidos ≥ 12 meses consecutivos.
Ausencia de brotes, eritema, prurito o lesiones residuales.
Paciente asintomático y con afectación mínima o nula de uñas, mucosa o cuero cabelludo.
PCR, VSG y albúmina sérica normales ≥ 6 meses.
Sin elevación persistente de fibrinógeno ni leucocitos.
En psoriasis o hidradenitis: normalización de calprotectina o SAA.
En dermatitis atópica: descenso sostenido de IL-13, IL-31, TARC/CCL17.
Sin actividad inflamatoria en ecografía cutánea o ungueal.
En casos complejos, considerar monitorización de citocinas (IL-17A, IL-23, IFN-γ) o firma interferónica normalizada.
Inicio precoz del biológico (< 5 años desde diagnóstico).
Sin comorbilidad inflamatoria sistémica activa.
IMC < 30 kg/m², peso estable y adherencia terapéutica óptima.
Sin pérdida de respuesta previa ni necesidad de intensificación.
El espaciamiento debe individualizarse según la vida media, mecanismo y farmacocinética del biológico.
La regla general es espaciar antes que reducir dosis y hacerlo de forma reversible.
Intervalo estándar: 12 semanas.
Espaciar de 12 → 16 → 20 semanas, con control clínico ≥ 6 meses entre ajustes.
No prolongar más allá de 24 semanas sin reevaluación inmunológica.
💡 Perla: ustekinumab ofrece espaciamiento seguro y duradero, ideal en pacientes con remisión estable prolongada.
Intervalo estándar: 4 semanas.
Espaciar de 4 → 5–6 semanas; en respuesta completa ≥ 18 meses, considerar 8 semanas en casos seleccionados.
💡 Perla: espaciar con precaución; el eje Th17 es de rebrote rápido y sensible a reducciones excesivas de exposición.
Intervalo estándar: 8–12 semanas.
Espaciar gradualmente: → 10–12 → 14–16 semanas.
Revisión clínica cada 12 semanas con PASI y DLQI.
💡 Perla: los inhibidores de IL-23 son los que mejor toleran espaciamientos largos, gracias a su supresión epigenética sostenida de IL-17 y IL-22.
Intervalo estándar:
• Dupilumab: 300 mg cada 2 semanas (tras carga 600 mg).
• Tralokinumab: 300 mg cada 2 semanas (tras carga 600 mg).
• Lebrikizumab: 250 mg cada 2 semanas durante 16 semanas, luego mantenimiento cada 4 semanas.
Estrategia de espaciamiento:
• Iniciar cuando EASI ≤ 3 y SCORAD ≤ 10 mantenidos ≥ 12 meses.
• Dupilumab / Tralokinumab: espaciar de 2 → 3–4 semanas.
• Lebrikizumab: espaciamiento natural a 4 semanas tras inducción; en remisiones prolongadas, puede ampliarse a cada 5–6 semanas sin pérdida de eficacia.
Seguimiento durante el espaciamiento:
• Reevaluación clínica cada 8–10 semanas (EASI, DLQI, prurito).
• Control analítico semestral: hemograma, eosinófilos, IgE total y PCR.
• Retornar al intervalo previo ante prurito o xerosis leve.
Ventajas comparativas:
Dupilumab: bloqueo dual IL-4 / IL-13, inicio rápido, gran estabilidad clínica.
Tralokinumab: bloqueo selectivo IL-13, perfil metabólico neutro.
Lebrikizumab: unión de alta afinidad a IL-13Rα1, con vida media más prolongada (~25 días) y efecto sostenido, lo que permite espaciar de forma segura sin rebrote.
💡 Perlas:
• Lebrikizumab se perfila como el biológico más flexible del eje IL-13 para espaciar, gracias a su persistencia terapéutica prolongada.
• Ideal para mantenimiento estable en dermatitis atópica controlada con intervalos mensuales o bimensuales.
• En remisiones profundas (> 18 meses), puede mantenerse dosis cada 6 semanas si biomarcadores (IL-13, periostina, TARC) permanecen bajos.
Basar el ajuste en niveles séricos (TDM) y ausencia de anticuerpos neutralizantes (ADA).
Espaciar adalimumab de 2 → 3 semanas; infliximab de 8 → 10 semanas.
💡 Perla: si el nivel valle < 3 µg/mL o ADA positivos, evitar espaciar para no inducir pérdida de respuesta secundaria.
Reevaluación clínica cada 8–12 semanas: PASI, DLQI, EASI, SCORAD o prurito NRS.
Analítica semestral: PCR, hemograma, transaminasas, creatinina, lípidos.
Control anual estructural: fotografías comparativas, ecografía cutánea o ungueal, evaluación de impacto psicosocial.
Documentar cada modificación del intervalo y duración de la remisión.
💡 Perla: espaciar no es relajarse; requiere una vigilancia inmunológica estrecha, pero con menor carga farmacológica.
Leve (PASI < 5 o brote localizado): regresar al intervalo previo; no reiniciar inducción.
Moderada o grave: reinstaurar pauta completa estándar ≥ 6 meses antes de nuevo intento.
Rebrote rápido (< 8 semanas): valorar anticuerpos neutralizantes o cambio de eje (Th17 → Th1).
💡 Perla: cada recaída “educa” el sistema inmune; espaciar demasiado pronto puede reactivar memoria inflamatoria.
✅ Inicio precoz del biológico (< 5 años de enfermedad).
✅ Ausencia de comorbilidad inflamatoria sistémica.
✅ Normalización persistente de biomarcadores inflamatorios.
✅ IMC < 30 kg/m² y estabilidad metabólica.
✅ Adherencia > 90 %.
✅ Ausencia de actividad subclínica ecográfica.
⚠️ Factores de riesgo de recaída:
❌ Obesidad o síndrome metabólico.
❌ Infecciones recientes o estrés inmunológico.
❌ Disminución simultánea de inmunomoduladores de base.
❌ Espaciamiento múltiple en fármacos de vida media corta (IL-17, TNF).
❌ Persistencia de patrón Th17 / STAT3 activo.
Registrar la fecha de inicio de remisión, los intervalos de ajuste y los biomarcadores asociados.
Explicar al paciente que espaciar no equivale a curar, sino a controlar de forma inteligente.
Evitar desintensificación en periodos de estrés, infección o vacunación reciente.
Coordinar con farmacia hospitalaria para garantizar trazabilidad y continuidad logística.
💡 Perla: un programa de tapering exitoso combina biología, clínica y comunicación: paciente informado, sistema vigilante.
Consulta dermatológica: cada 3–4 meses el primer año, luego semestral.
Analítica: cada 6 meses, o trimestral si hay ajuste farmacológico activo.
Evaluación integral anual: PASI, DLQI, EASI/SCORAD, fotografías y exploración ungueal.
En centros especializados: ecografía de alta resolución o transcriptoma inflamatorio para detectar actividad subclínica.
💡 Objetivo: mantener silencio inmunológico sostenido con mínima exposición y máxima estabilidad funcional del sistema inmunitario cutáneo.
• Espaciar solo tras ≥ 12 meses de remisión inmunológica completa.
• Priorizar espaciar antes que reducir dosis, preservando la concentración plasmática mínima eficaz.
• En IL-17 y TNF, evitar espaciar más de 25 % del intervalo para prevenir rebrote.
• En IL-23 y eje IL-13 (Dupilumab, Tralokinumab, Lebrikizumab), espaciar es seguro y reversible.
• Los pacientes con perfil metabólico y estrés oxidativo bajo mantienen mejor el control tras espaciar.
• La meta final: mantener la piel en paz inmunológica, con tratamiento silencioso, fisiológico y sostenible.