Los linfomas cutáneos forman el territorio más sofisticado, desafiante y conceptualmente complejo de la dermatopatología moderna. Aquí la piel deja de ser un escenario pasivo y se convierte en órgano linfoide periférico, capaz de albergar proliferaciones clonales, respuestas inmunes aberrantes y procesos que imitan neoplasia con la misma facilidad.
El diagnóstico no se construye solo desde el microscopio: exige arquitectura, citología, inmunofenotipo, clonalidad molecular, correlación clínica, estudios de extensión y, en 2025, un profundo entendimiento del impacto de inmunoterapia, PD-1/PD-L1, inhibidores JAK y nuevos biomarcadores que han redibujado estos procesos.
Este bloque desarrolla, con la máxima profundidad, el universo completo de los linfomas cutáneos primarios y de las proliferaciones hematológicas que afectan la piel.
Poblaciones CD4+ de memoria residentes (TRM) que forman “patrullas inmunes”.
Células dendríticas dérmicas → presentación antigénica local.
Citoquinas clave: IL-7, IL-15, IL-23, TGF-β.
La dermis ofrece un nicho para proliferaciones T-helper.
La epidermis funciona como barrera + zona de reclutamiento para células CD4/CD8.
El equilibrio entre inmunidad y tolerancia se puede romper → linfoproliferación.
Expansión monoclonal TCRγ/TCRβ.
Señalización JAK–STAT alterada en subtipos agresivos.
Expresión de PD-1/PD-L1 como mecanismo de escape tumoral.
Los linfomas T cutáneos son la categoría predominante y se definen por el epidermotropismo, la capacidad única de los linfocitos malignos de infiltrarse entre queratinocitos sin destruirlos.
Epidermotropismo sin espongiosis (hallazgo clave).
Linfocitos pequeños, cerebriformes.
Microabscesos de Pautrier (diagnóstico, aunque no siempre presentes).
Dermis superficial con infiltrado en banda.
1. Foliculotrópica
Infiltra folículos → alopecia cicatricial.
Pérdida de epidermotropismo clásico.
2. Hipopigmentada
Propia de fototipos altos.
Epidermotropismo marcado, mínima atipia.
3. Poikilodérmica
Atrofia + pigmentación + telangiectasias.
Arquitectura alterada más allá de epidermis.
4. Tumoral
Pérdida de epidermotropismo.
Nódulos dérmicos, posible transformación en células grandes.
CD3+, CD4+.
Pérdida de CD7 (muy útil).
PD-1 + en variabilidad.
TCR clonal (PCR).
SOX4 (biomarcador emergente 2024–25).
Alteraciones JAK–STAT.
Mutación PLCG1.
Pérdida de NFκB control.
Eccema crónico.
PRP hipopigmentada.
Dermatitis por contacto crónica.
LSA con epidermotropismo leve.
Eritrodermia (>80% SC).
Linfocitos en sangre periférica con núcleo cerebriforme.
CD4+/CD7–/CD26–.
Enfocada en TRM CD4 de memoria circulante.
Overexpression: PD-1, TIGIT → resistencia inmunológica.
Infiltrado en banda con epidermotropismo variable.
Menos microabscesos de Pautrier.
KIR3DL2 (positividad característica).
Test de TCR clonal en sangre.
Perfil transcriptómico de alta resolución.
El marcador CD30 no significa malignidad. Su expresión aparece en reacciones inflamatorias intensas, farmacodermias, procesos virales y linfomas verdaderos. La clave es la arquitectura.
Proceso crónico, recidivante, autolimitado.
Biológicamente maligno, clínicamente benigno.
Tipo A: células grandes CD30+.
Tipo B: patrón liquenoide.
Tipo C: denso, tipo ALCL-like.
Tipo D: citotoxicidad CD8+ marcada.
Tipo E: angioinvasivo, necrosis.
Tipo F: foliculotrópico.
Células grandes aisladas en fondo inflamatorio.
Epidermotropismo focal.
Ausencia de arquitectura tumoral sólida.
Tumor CD30+ con nódulos sólidos.
CD4+, CD30+++, ALK– (a diferencia del sistémico).
No epidermotropismo significativo.
Muy bueno.
Raras metástasis.
Los linfomas B cutáneos primarios presentan un comportamiento mucho más benigno que sus equivalentes sistémicos, excepto cuando expresan marcadores de células grandes con patología rica en centros germinales o inmunoblástica.
Infiltrado nodular, células B pequeñas, monocitoides.
Linfocitos B CD20+, CD79a+.
Restricción ligera (kappa/lambda).
Frecuencia de asincronia clonal T/B.
Borrelia burgdorferi en zonas endémicas (2023–24, confirmado).
Células centrocíticas y centroblásticas.
Arquitectura folicular o difusa.
BCL6+, CD10+ en algunos casos.
MUM1 negativo (diferencia clave).
Excelente.
Raro compromiso extracutáneo.
Tumor agresivo, de mal pronóstico.
BCL2+, MUM1+, FOXP1+.
Mutaciones MYD88 (L265P), CD79B.
Placas/nódulos en miembros inferiores.
Frecuente en ancianas.
Infiltrado denso, no epidérmico.
Células grandes, blásticas.
Vasos permeados por tumor.
Infiltrado dérmico difuso por blastos.
CD34+, MPO+, TdT+ según tipo.
Hallazgo clave: patrón perivascular–periadnexial.
DLBCL sistémico → infiltrado nodular.
T periféricos → en parche o difusos.
Hodgkin → células Reed–Sternberg (muy raro).
LCH: células con surco nuclear (“grano de café”), CD1a+, Langerina+.
Histiocitosis no Langerhans: CD68+, CD163+.
Picaduras.
Tatuajes.
Fármacos.
Borrelia.
Procesos reactivos CD30+.
Infiltrado denso pero policlonal.
Folículos B reactivos.
Ausencia de atipia citológica.
CD3, CD4, CD8
CD7 pérdida → MF
PD1, CXCL13 → fenotipo TFH (angioinmunoblástico)
KIR3DL2 → Sézary
TCR clonal por PCR / NGS
CD20, CD79a
BCL6, CD10 → centrofolicular
MUM1 → célula grande tipo pierna
κ/λ → monoclonalidad
CD30 → proliferaciones activadas
ALK → diferencia ALCL sistémico
Langerina/CD1a → histiocitosis
Alteraciones JAK1/3, STAT3, STAT5.
Alteración de NFκB.
FISH TCR clonal.
Reordenamientos DUSP22 en subgrupos con mejor pronóstico.
ALK– casi universal en cutáneo.
MYD88 L265P en tipo pierna.
BCL2 translocaciones raras en PCFCL.
¿Es T, B, NK, histiocitario? → panel básico.
¿Epidermotropismo? → MF, Sézary, LyP tipo D.
¿CD30 predominante? → LyP vs ALCL.
¿Arquitectura folicular/dérmica nodular? → CBCL de zona marginal o centrofolicular.
¿Células grandes en pierna? → PCDLBCL-LT.
¿Policlonal? → pseudolinfoma.
¿Clonalidad mixta T/B? → PCMZL.
¿Mutación relevante? → MYD88, STAT3, DUSP22.
Los linfomas cutáneos muestran cómo la inmunología, la biología molecular y la arquitectura histológica se funden en un único lenguaje. El patólogo no observa solo células: observa sistemas inmunes completos instalados en la piel, ya sea en forma de linfoma, proceso reactivo o pseudoneoplasia.
Dominar este bloque es saber leer en 3 planos simultáneos: la morfología, el inmunofenotipo y la biología del tumor. Quien domina los tres, domina la dermatopatología hematológica.