Conseguir un control del sangrado rápido, eficaz y seguro, preservando el tejido sano, evitando complicaciones (hematoma, infección, cicatriz indeseada, tatuaje químico) y garantizando un campo quirúrgico limpio para una sutura precisa.
No existe un único método válido: la hemostasia debe adaptarse a la técnica quirúrgica, profundidad, vascularización y localización.
Los agentes químicos son superficiales, apropiados para afeitados y punch pequeños.
La electrocoagulación es profunda y estructural, pensada para escisiones, colgajos y cirugía de planos.
La presión y las suturas son universales, imprescindibles cuando otros métodos fallan.
Los agentes físicos son complementarios, nunca primera línea salvo casos seleccionados.
Un campo seco es el determinante de éxito, independientemente del método elegido.
Químicos / tópicos
Electrocirugía / electrocoagulación
Mecánicos (presión, suturas, torniquetes)
Físicos (gelatinas hemostáticas)
Cada categoría tiene indicaciones, limitaciones y riesgos propios.
Perfecta para procedimientos cutáneos superficiales como afeitados, curetajes o punch de pequeño calibre.
Transparente → no mancha, no tatúa.
No causa necrosis tisular.
Actúa precipitanto proteínas → tapona microvasos.
Disponible en soluciones acuosas o hidroalcohólicas.
En base alcohólica: riesgo de inflamación accidental si se electrocoagula antes de secar.
Excelente perfil cosmético.
Barato, estable (vida útil 3 años).
Seguro en zonas estéticas y en piel clara.
Único agente que combina rapidez + limpieza de tejido.
No usar en heridas profundas que vayan a suturarse: puede retardar la cicatrización.
Requiere campo totalmente seco para funcionar.
Secar a conciencia con gasa o bastoncillo.
Impregnar bastoncillo y rodarlo sobre la superficie sangrante.
Ejercer cierta presión rotatoria para potenciar el efecto.
Mantener el contacto hasta desaparición completa del sangrado.
Si no se sutura, mantener presión firme durante segundos extras.
Evitar goteo.
Si se usa: escurrir el exceso del aplicador antes de tocar la piel.
Si alcanza el ojo: irrigar inmediatamente.
Potente hemostático en procedimientos superficiales.
Deja residuos férricos que pueden tatuar la piel.
Artefacta biopsias posteriores (aviso imprescindible al patólogo).
El hierro precipita en la tapa: envase difícil de abrir.
Biopsia cervical.
Lesiones donde la estética no importa o no se prevé rebiopsia.
Hemostasia discreta, retardada, no uniforme.
Tatuaje oscuro en piel clara.
No recomendado para dermatología quirúrgica moderna salvo situaciones muy específicas.
Pilar central en escisiones, colgajos y cirugía de planos que se va a suturar.
Crear un campo quirúrgico sin sangre, imprescindible para ver estructuras y colocar suturas profundas.
Prevenir sangrado secundario y hematomas.
Complementar o sustituir a la hemostasia química.
Permitir destrucción controlada de tejido (ej. granuloma piógeno, cáncer cutáneo superficial).
El electrodo toca el vaso sangrante: coagulación inmediata.
Electrodo aplicado sobre pinza hemostática que sujeta el vaso.
Menos riesgo de quemar piel circundante.
Útil en vasos que no sangran puntualmente sino por una zona.
Dos ramas activas que canalizan corriente solo entre ellas.
Método más seguro en pacientes con marcapasos.
Funciona en campos húmedos.
Útil en incisiones con hemorragia difusa.
Menos carbonización.
No carbonizar excesivamente: necrosis = riesgo de infección + mala cicatriz.
Secar químico en alcohol antes de electrocoagular.
En zona periocular: electrodo más cerca de la lesión que del globo → evitar arco eléctrico hacia el ojo.
Esterilizar el electrodo si se planea suturar después.
Escisiones elípticas con cierre por planos.
Colgajos de avance, rotación o transposición.
Granuloma piógeno muy vascular.
Electrodesección + curetaje de carcinoma basocelular.
Hemostasia profunda cuando fallan químicos.
Es la forma más fisiológica de hemostasia.
Útil para sangrados difusos y postoperatorios domiciliarios.
Indicación al paciente: presionar 5–10 minutos sin levantar.
Dos trayectos cruzados en X.
Apta para vasos puntuales rebeldes.
Puede usarse en superficial o profunda.
Muy eficaz tras electrocoagulación incompleta.
Variante del colchón horizontal para comprimir bordes o vasos laterales.
Menos elegante estéticamente, pero extremadamente eficaz.
Para sangrados centrales difíciles, especialmente tras extirpar lesiones muy vasculares.
La sutura envuelve el lecho central: al tensar, comprime todo el perímetro.
La versión doble permite hemostasia máxima.
Tras escisiones elípticas: reduce riesgo de hematomas.
Mantener 24 h salvo contraindicaciones.
Pinza de chalazión: párpado y labio → campo totalmente exangüe.
Torniquete digital con dedo de guante: permite cirugía fina en dedos sin sangrado.
Incluye Gelfoam, Helistat, Oxycel, Avitene, Surgicel, Collastat.
Actúan como matriz donde se deposita fibrina.
Útiles en punch no suturados y cavidades pequeñas.
Elevado coste.
No son superiores a químicos económicos.
Pueden retrasar cierre si se colocan en exceso.
Procedimiento superficial (shave, curetaje, verruga):
Primera línea: cloruro de aluminio.
Si continúa sangrando: electrocauterio ligero.
Punch 2–4 mm:
Si se sutura: suele bastar la propia sutura.
Si no se sutura: cloruro de aluminio o gelatina hemostática.
Escisión elíptica:
Electrocoagulación tras socavar.
Ligadura puntual si hay vasos rebeldes.
Vendaje compresivo.
Colgajos:
Electrocoagulación profunda obligatoria.
Sutura hemostática si falla.
Granuloma piógeno:
Shave en bloque.
Electrocoagulación mientras secas con bastoncillo.
Zona periocular:
Evitar químicos líquidos.
Electrocoagulación extremadamente precisa.
Paciente con marcapasos:
Bipolar siempre que sea posible.
Un campo húmedo anula mitad de los métodos: seca antes de actuar.
El cloruro de aluminio es la herramienta más fiable para piel superficial.
Monsel tiene dos problemas importantes: tatuaje y artefacto histológico.
La electrocoagulación es el pilar de la hemostasia profunda, pero solo si se usa con moderación.
La sutura en ocho nunca falla: es la llave universal de vasos persistentes.
El sangrado postoperatorio se controla mejor con instrucciones claras que con técnica quirúrgica.
En colgajos, la hemostasia profunda define el éxito igual que la vascularización.
Superficial → químico.
Profundo → eléctrico.
Difuso → presión.
Focal → sutura.
Cavitario → gelatina.
Periocular → mínimo químico, máximo control.
Marcapasos → siempre bipolar.