💡 Idea-fuerza
El seguimiento serológico permite evaluar la actividad inmunológica residual, anticipar recaídas y ajustar la intensidad terapéutica con precisión. La monitorización regular de los títulos de anticuerpos anti-desmogleína (Dsg1/Dsg3) o anti-BP180/BP230 es esencial para mantener la remisión y planificar la retirada segura del tratamiento.
→ Detectar persistencia o reaparición de actividad inmunológica antes de la manifestación clínica.
→ Correlacionar los títulos serológicos con la evolución clínica y ajustar la terapia de mantenimiento.
→ Determinar el momento idóneo para reinfusión de rituximab o suspensión de inmunosupresores.
→ Pénfigo vulgar / foliáceo:
• Anti-desmogleína 3 (Dsg3) → marcador de afectación mucosa.
• Anti-desmogleína 1 (Dsg1) → marcador de afectación cutánea.
→ Penfigoide ampolloso:
• Anti-BP180 (NC16A) → correlación directa con actividad y extensión.
• Anti-BP230 → marcador estructural de fase crónica o cicatricial.
→ Cada 6 meses en pacientes en remisión clínica estable.
→ Cada 3 meses durante los primeros 12 meses tras el diagnóstico o un brote activo.
→ Antes y 3–6 meses después de cada ciclo de rituximab para correlacionar depleción y respuesta.
→ Si títulos estables o indetectables durante > 12 meses → puede espaciarse a controles anuales.
→ Descenso progresivo o negativización → indica remisión inmunológica sostenida.
→ Reaparición o ascenso ≥ 2× del título previo → sugiere reactivación subclínica.
• Reforzar vigilancia o reiniciar inmunosupresor (p. ej. micofenolato o rituximab).
→ Persistencia de títulos bajos con estabilidad clínica → no implica recaída; continuar observación.
→ En pénfigo vulgar, la correlación entre títulos anti-Dsg3 y lesiones orales es alta (r > 0,8).
→ En penfigoide, anti-BP180 se asocia estrechamente a la aparición de nuevas ampollas.
→ En algunos casos, los títulos pueden elevarse semanas antes de la recaída clínica, actuando como biomarcador predictivo precoz.
→ Hemograma y bioquímica semestrales → descartar toxicidad farmacológica.
→ IgG séricas → vigilar hipogammaglobulinemia post-rituximab (< 400 mg/dL).
→ Linfocitos CD19/CD20 → documentar recuperación de células B y valorar reinfusión.
→ Autoanticuerpos emergentes → considerar panel extendido si cambios fenotípicos (p. ej. aparición de anti-BP180 en un pénfigo o viceversa).
→ Títulos indetectables ≥ 12 meses: valorar retirada escalonada de inmunosupresores.
→ Reascenso serológico sin clínica: seguimiento intensivo o mantenimiento biológico preventivo.
→ Reascenso + clínica activa: reiniciar tratamiento completo (rituximab, corticoide corto o biológico).
🐚 Perlas clínicas
• La serología semestral anti-Dsg / anti-BP180 es el estándar para el control a largo plazo.
• Los títulos predicen recaída clínica con hasta 8 semanas de antelación.
• En pénfigo vulgar, la negativización sostenida de anti-Dsg3 predice remisión completa sin brotes.
• Tras rituximab, la reaparición de células B CD19+ precede al aumento de anticuerpos → marcador de alerta.
• Evitar suspender inmunosupresores si la serología continúa positiva, incluso sin lesiones visibles.
• La coordinación entre dermatología e inmunología clínica optimiza la vigilancia prolongada.