Los tumores vasculares comparten una morfología rojiza o violácea, pero su comportamiento oscila entre lo inocuo y lo potencialmente letal. El diagnóstico depende de la edad, la evolución temporal de la lesión, la distribución anatómica, la presencia de úlceras y los antecedentes del paciente (radioterapia, inmunosupresión, linfedema).
Proliferaciones benignas: hemangiomas infantiles, granulomas piógenos, hemangiomas capilares.
Malformaciones vasculares: linfangiomas superficiales y profundos.
Neoplasias malignas: sarcoma de Kaposi, angiosarcoma.
Complicaciones graves: síndrome de Kasabach–Merritt (coagulopatía de consumo).
Lesión vascular de nueva aparición
Crecimiento rápido
Hemorragias frecuentes
Ulceración espontánea
Lesión en campo irradiado
Lesión en zona con linfedema crónico
Lesión que simula hematoma y aumenta progresivamente
Lesiones múltiples rojo-violáceas sin explicación
Dolor o inflamación inusual
Sangrado pulsátil al mínimo traumatismo
Lesión congénita o neonatal con dos fases: crecimiento rápido (meses) seguido de involución (años). Comienza como mácula rosada o telangiectásica y progresa a tumor rojo lobulado. Puede ulcerarse. Las formas múltiples pueden asociarse a afectación visceral.
Clínico por evolución típica. Imagen si hay múltiples lesiones o compromiso de órganos.
Observación en casos no complicados. Láser vascular para lesiones pequeñas. Corticoides sistémicos o propranolol en lesiones complicadas. Cirugía en tumores exofíticos accesibles.
Compromiso visual o respiratorio. Ulceración dolorosa. Hemangiomatosis múltiple con riesgo vital.
Neoplasia vascular congénita con cambio brusco (aumento rápido de tamaño, consistencia o color) junto con trombocitopenia y coagulopatía de consumo. Asociado a hemangioendotelioma kaposiforme y angioma en penacho.
Plaquetas bajas, fibrinógeno reducido. Imagen para detectar hemorragias internas. Biopsia solo si es seguro.
Ingreso urgente en UCI pediátrica. Transfusiones y soporte hemostático. Cirugía solo si resecable y con control experto.
Situación potencialmente mortal.
Pápula roja o violácea de crecimiento rápido, muy vascular, sangrado fácil. Localizado en cara, labios, encías, dedos. Puede presentar un collarete epidérmico. A veces pediculado.
Clínico. Biopsia cuando el aspecto es atípico o sangra de forma excesiva.
Afeitado + electrodesecación de la base. Alternativa: excisión completa. Láser vascular en lesiones iniciales. En embarazo, puede remitir tras el parto.
Hemorragia intensa al afeitado por vaso nutricio arterial.
Lesiones muy frecuentes en adultos. Pápulas rojas o moradas de 1–4 mm, aisladas o múltiples, especialmente en tronco.
Clínico. Los trombosados pueden simular melanoma.
Opcional: electrodesecación, criocuretaje o láser vascular. Benignos.
Pápula azul-violácea, blanda, depresible, localizada habitualmente en labio inferior o pabellón auricular. Se colapsa con presión y se rellena lentamente.
Clínico. Diferenciar de nevo azul (duro y sin colapso).
Afeitado profundo, láser CO₂ o láser vascular. Benigno.
Grupo de pápulas claras, pequeñas, con aspecto de “huevas de rana”. Puede haber hemorragias focales, lo que lo hace parecer un tumor vascular.
Clínico. Punción con salida de linfa. Biopsia si trombosis extensa.
Observación. Extirpación difícil por conexiones profundas. Salina hipertónica en manos expertas.
Máculas rojo-violáceas que evolucionan a placas y tumores. Forma clásica en extremidades inferiores de ancianos; forma agresiva en inmunodeprimidos (VIH, trasplantes). Afectación frecuente de mucosa oral y ganglios.
Biopsia + inmunohistoquímica para HHV-8.
Antirretrovirales en VIH. RT o cirugía en formas clásicas. Quimioterapia (vinblastina). Opciones intralesionales (IL-2, vincristina). Alitretinoína tópica.
En formas avanzadas puede haber compromiso sistémico.
La neoplasia vascular más agresiva.
Tres escenarios comunes: cuero cabelludo/cara en ancianos; zonas irradiadas años antes; extremidades con linfedema crónico. Lesión inicial tipo mácula o placa violácea mal delimitada que progresa a nódulos ulcerados.
Alta sospecha clínica. Biopsia profunda (no superficial). Biopsias superficiales pueden ser falsamente negativas.
Cirugía amplia; márgenes difíciles de definir. Radioterapia si irresecable o tras recidiva. Quimioterapia con eficacia limitada.
Muy desfavorable; supervivencia baja.
Crecimiento rápido en una lesión vascular → biopsiar.
Una pápula violácea nueva en anciano, especialmente en cabeza/cuello → sospechar angiosarcoma.
Granuloma piógeno: sangrado pulsátil con mínima manipulación.
Lago venoso: colapso con presión = diagnóstico inmediato.
Linfangioma: las pápulas claras persistentes lo distinguen de tumores vasculares reales.
Hemangioma infantil complicado: propranolol es altamente eficaz.
Considerar sarcoma de Kaposi ante múltiples máculas o nódulos violáceos inexplicables.
Biopsias superficiales en lesiones sospechosas de angiosarcoma.
Ablacionar lesiones vasculares sin diagnóstico.
Confundir linfangioma hemorrágico con tumor vascular maligno sin valorar pápulas claras residuales.
Subestimar granulomas piógenos en embarazo (frecuentes y sangrantes).
Ignorar lesiones vasculares en campos irradiados: pueden ser angiosarcoma.