El tumor que abandona la epidermis para construir su propia lógica dérmica.
El carcinoma basocelular crece despacio, pero deja pistas ópticas que ningún otro tumor imita con la misma fidelidad.
No necesita la epidermis para expresarse; la rodea, la empuja, la erosiona.
Por eso, carece de red pigmentaria, el elemento definitorio del melanocito.
Su dermatoscopia es una escritura en la dermis: un idioma de vasos, glóbulos grisáceos, estroma fibroso y ulceración.
El CBC es, dermatoscópicamente, uno de los diagnósticos más agradecidos y reproducibles de la dermatología moderna.
El nodular es la versión “pura” del CBC.
Su dermatoscopia tiene tres pilares: vasos gruesos, pigmento dérmico gris-azulado y estroma brillante.
Son el emblema del CBC.
Gruesos, rojizos, ramificados, emergen como raíces aéreas que buscan superficie.
A diferencia del melanoma, no muestran polimorfismo:
todos son variaciones de la misma rama.
Islas de pigmento profundo que representan nidos basaloides en dermis.
Son redondeadas, bien definidas, simétricas internamente.
La epidermis colapsa sobre el tumor.
Puede ser un punto rojo brillante o una costra amarillenta.
Fibras de colágeno comprimidas por el tumor.
Sugieren arquitectura interna compacta.
Incluso sin dermatoscopio, el CBC nodular tiene una textura característica.
La dermatoscopia la magnifica.
Casi siempre aparece en tronco.
Su dermatoscopia mezcla rojo, blanco y marrón claro con patrones vasculares muy finos.
Zonas marrón-grisáceas en forma de lengua o “ala”.
Parecen sombras proyectadas desde la lesión.
Zonas radiales organizadas alrededor de un punto central pigmentado.
Son casi patognomónicas.
Más delgados que en el nodular, pero regulares.
La combinación confiere un aspecto casi “lacado”.
A veces solo una erosión sutil.
Es el CBC que más confunde.
Contiene pigmento melánico que oscurece el campo visual y tensa el diagnóstico.
Mientras que el melanoma produce patrones caóticos,
el CBC pigmentado produce formas geométricas calmadas.
Si hay ramas gruesas y ordenadas, piensa en CBC.
No sigue un patrón radial, sino más bien “anillado”.
La clave que desfalsa el melanoma.
El más peligroso.
Su dermatoscopia es minimalista, como si intentara no dejar rastro.
Fibrosis compacta → un campo óptico blanco.
A veces casi invisibles.
El morfeiforme renuncia al color.
A diferencia del nodular y superficial.
A simple vista ya se intuye su agresividad.
Divisiones internas que sugieren múltiples microagregados tumorales.
Menos arboriformes que en el nodular.
Tono sutil pero difuso.
Ausencia de red pigmentaria
Vasos arboriformes
Áreas ovoides azul-gris (si pigmentado)
Ulceración focal
Brillo blanco (polarizado)
Geometría interna estable (sin caos)
Cada una por separado ayuda; juntas, sellan el diagnóstico.
¿Ausencia de red?
Si no hay red → pensar CBC o lesión no melanocítica.
¿Vasos arboriformes?
Sí → CBC nodular o superficial.
No → seguir.
¿Áreas ovoides azul-gris?
Sí → CBC pigmentado.
¿Hojas de arce o spoke-wheel?
Sí → CBC superficial.
¿Áreas blancas densas + vasos pobres?
Sí → CBC morfeiforme / infiltrativo.
¿Geometría interna sin caos?
Sí → refuerza CBC frente a melanoma.
CBC pigmentado vs melanoma:
El melanoma mezcla patrones; el CBC repite patrones.
CBC superficial vs psoriasis/eczema:
Las “hojas de arce” no existen fuera del CBC.
CBC nodular ulcerado vs queratoacantoma:
El queratoacantoma muestra tapón queratósico y vasos en corona, no arboriformes.
CBC infiltrativo:
Su falta de color es, paradójicamente, la pista.