Los nèvus melanocíticos benignos (comúnmente llamados lunares) son proliferaciones benignas de melanocitos, que pueden ser congénitos o adquiridos, y presentarse en distintos patrones arquitectónicos y dermatoscópicos según su madurez, localización y edad del paciente.
La dermatoscopia permite distinguirlos de lesiones malignas (melanoma, lentigo maligno) mediante el reconocimiento de patrones organizados, simétricos y reproducibles, propios de la benignidad.
➡️ Simetría estructural y cromática: el patrón y el color deben ser similares en los cuatro cuadrantes.
➡️ Homogeneidad del color: de uno a tres tonos (marrón claro, marrón oscuro, negro, a veces rosado).
➡️ Arquitectura organizada: red, glóbulos o retículo regular; sin abruptos cambios de patrón.
➡️ Ausencia de estructuras atípicas: sin velo azul-blanco, sin pseudópodos ni áreas amorfas irregulares.
Marrón claro: melanina epidérmica.
Marrón oscuro o negro: melanina dérmica o nidos más profundos.
Rojizo o rosado: vascularización o componente inflamatorio.
Gris-azulado suave: melanina dérmica dispersa (nevus intradérmico).
El color suele ser uniforme y estable en el tiempo.
Retículo pigmentario regular, con líneas finas y espacios claros uniformes.
La red es simétrica, homogénea y termina de manera gradual en la periferia.
Color: marrón claro u oscuro.
Ubicación típica: tronco, extremidades, espalda.
Significado histológico: proliferación melanocítica en la unión dermoepidérmica.
Analogía visual: “malla de pesca fina y regular”.
Glóbulos marrones o negros uniformes distribuidos de forma simétrica.
Los glóbulos pueden confluir en el centro o disponerse periféricamente.
Color: marrón medio a oscuro.
Ubicación: tronco de niños o jóvenes.
Significado histológico: nidos de melanocitos dérmicos y epidérmicos.
Analogía visual: “lluvia de puntos regulares sobre fondo marrón”.
Área uniforme marrón claro, rosada o gris-azulada, sin red visible.
Puede presentar vasos finos (en horquilla, bucle o glóbulos rojos).
Superficie: lisa o papulosa.
Ubicación: cara, cuello, tronco, extremidades.
Analogía visual: “moneda de color uniforme sin bordes abruptos”.
Retículo en la periferia con glóbulos o color homogéneo central.
Organización simétrica, transición gradual entre zonas.
Ejemplo típico: nevus en maduración o “nevus de evolución controlada”.
Glóbulos periféricos regulares que rodean una zona central homogénea.
Simétricos y distribuidos uniformemente.
Indican crecimiento controlado (habitual en infancia y adolescencia).
Diferente de pseudópodos asimétricos del melanoma.
Pigmento reticulado alrededor de folículos pilosos, respetando los orificios.
Color marrón claro a oscuro, homogéneo.
En cara y frente, donde la piel es más delgada.
En lesiones benignas, la pigmentación es fina, regular y uniforme.
Nevo de unión: retículo regular, marrón homogéneo, plano.
Nevo compuesto: retículo central + glóbulos periféricos; color más oscuro.
Nevo intradérmico: color uniforme claro o rosado, vasos en horquilla, sin red.
Nevo congénito pequeño/mediano: patrón globular o reticular mixto; terminales pilosos.
Nevo de Spitz/Reed benigno: patrón estelar simétrico, glóbulos periféricos homogéneos, color rosado o marrón rojizo.
Nevo azul común: color azul homogéneo, sin estructuras, bordes regulares, superficie lisa.
Glóbulos periféricos regulares: crecimiento radial benigno.
Hiperpigmentación central uniforme: maduración simétrica.
Vasos regulares en horquilla o puntiformes: intradérmico o inflamado.
Pelos terminales visibles: signo de madurez (nevus congénitos o intradérmicos).
Pseudocistos blancos: estructuras sebáceas o queratósicas en lesiones viejas.
Simetría: en los cuatro cuadrantes (color y estructura).
Distribución regular del patrón: red o glóbulos equidistantes.
Bordes suaves y graduales.
Ausencia de estructuras atípicas: pseudópodos, velo azul-blanco, puntos irregulares, áreas amorfas.
Transición gradual del centro a la periferia.
Color limitado: máximo 3 tonos de marrón.
Cara: pseudorred pigmentaria regular.
Cuello y tronco: patrón reticular o globular clásico.
Extremidades: red más tenue o incompleta.
Palmas y plantas: patrón paralelo de crestas o surcos (dependiendo del tipo de nevo).
Región genital: puede mostrar pigmentación más intensa pero simétrica.
En la infancia: predominan nevos globulares.
En adultos jóvenes: transición a patrón reticular o mixto.
En edad media: nevos homogéneos o intradérmicos.
En ancianos: regresión parcial, pérdida de pigmento, fibrolipomas residuales.
Esta evolución refleja la maduración descendente de los melanocitos desde la unión dermoepidérmica hacia la dermis.
Nevo vs. Melanoma:
Nevo → patrón regular, simétrico, 1–3 colores.
Melanoma → asimetría, múltiples colores, estructuras atípicas.
Nevo vs. Lentigo solar:
Nevo → límites suaves, red regular.
Lentigo → pigmento granular, bordes festoneados, sin red melanocítica.
Nevo vs. Queratosis seborreica pigmentada:
Nevo → red o glóbulos regulares, sin quistes córneos.
QS → quistes córneos, fisuras cerebriformes, brillo amarillento.
Nevo azul vs. Melanoma azul:
Nevo azul → azul homogéneo, bordes regulares, estable.
Melanoma azul → áreas azul-gris irregulares, velo blanco-azul, asimetría.
Red pigmentaria regular: melanocitos en la unión dermoepidérmica.
Glóbulos regulares: nidos melanocíticos organizados.
Color homogéneo: distribución uniforme de melanina.
Ausencia de velo azul-blanco: no hay fibrosis ni regresión tumoral.
Vasos regulares: vascularización dérmica sin neoformación irregular.
Asimetría progresiva de color o estructura.
Aparición de nuevos colores (gris, azul, blanco, rojo).
Pérdida de simetría o de bordes definidos.
Velo azul-blanco, puntos o glóbulos atípicos.
Cambio rápido de tamaño o relieve.
Sangrado espontáneo o prurito persistente.
Si se observa alguno de estos signos, debe realizarse exéresis o dermatoscopia digital secuencial.
Nevo reticular: red fina y simétrica, marrón claro.
Nevo globular: puntos o glóbulos uniformes.
Nevo homogéneo: color uniforme, sin estructuras.
Nevo facial: pseudorred regular.
Nevo azul: color azul uniforme, bordes netos.
Nevo congénito: patrón mixto, pelos terminales, simetría.
Los nèvus melanocíticos benignos son el patrón de la armonía dermatoscópica.
Sus estructuras —red, glóbulos o color homogéneo— son repetitivas, equilibradas y simétricas, a diferencia del caos irregular del melanoma.
El dermatólogo debe entrenar el ojo para reconocer la organización, la repetición y la calma visual:
si la lesión es estructurada, rítmica y monótona, es casi siempre benigna.
Si rompe el ritmo —si aparece el desorden— es cuando la piel está intentando transformarse.