“¡Tengo sed!”


"...por la sed ardiente de la salud de nuestras almas"



Pasión de Nuestro Señor JesucristoDe la Hora 22Tercera hora de agonía en la CruzQuinta  Palabra“¡Tengo sed!”

"Mi crucificado moribundo, abrazada a tu cruz siento el fuego que quema toda tu santísima persona; el corazón te late tan fuerte, que levantándote las costillas te atormenta en modo tan desgarrador y horrible, que toda tu santísima Humanidad sufre una transformación que te hace irreconocible.  El amor que incendia tu corazón te seca y te quema, y Tú no pudiendo contenerlo, sientes fuertemente el tormento, no sólo de la sed corporal por el derramamiento de toda tu sangre, por la sed ardiente de la salud de nuestras almas. Tú, como agua quisieras bebernos para ponernos a todos a salvo dentro de Ti, por eso, reuniendo tus debilitadas fuerzas gritas:

 “¡Tengo sed!”

¡Ah! esta palabra la repites a cada corazón:


  

“Tengo sed de tu voluntad, de tus afectos, de tus deseos, de tu amor; agua más fresca y dulce no puedes darme, que tu alma.  ¡Ah! no me dejes quemar, tengo sed ardiente, por lo cual no sólo me siento quemar la lengua y la garganta, tanto que no puedo más articular palabra, sino que me siento también secar el corazón y las entrañas.  


¡Piedad de mi sed, piedad!”

Y como delirante por la gran sed te abandonas a la Voluntad del Padre.

Ah, mi corazón no puede vivir más al ver la impiedad de tus enemigos, que en lugar de agua te dan hiel y vinagre, y Tú no los rechazas.  Ah, comprendo, es la hiel de tantas culpas, es el vinagre de nuestras pasiones no domadas que quieren darte, y que en lugar de confortarte te queman de más.  


Oh mi Jesús, he aquí mi corazón, mis pensamientos, mis afectos, he aquí todo mi ser a fin de que Tú calmes tu sed y des un alivio a tu boca seca y amargada.  Todo lo que tengo, todo lo que soy, todo es para Ti, oh mi Jesús.  Si fueran necesarias mis penas para poder salvar aun una sola alma, aquí me tienes, estoy dispuesta a sufrirlo todo.  A Ti yo me ofrezco enteramente, haz de mí lo que mejor te plazca. 

Quiero reparar el dolor que Tú sufres por todas las almas que se pierden y la pena que te dan aquellas, a las cuales, mientras Tú permites que tengan tristezas, abandonos, ellas en vez de ofrecértelos a Ti como alivio de la sed ardiente que te devora, se abandonan a sí mismas y así te hacen penar más."