"Quiero a la criatura como intermediaria, que haciendo el mismo camino que hizo mi Humanidad en mi Voluntad, abra la puerta del Reino de mi Voluntad"

De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 17-1 Junio 10, 1924



Quien vive en la Divina Voluntad todo debe encerrar en sí.

La Divina Voluntad es principio, medio y fin del hombre


Esta mañana habiendo recibido la santa Comunión, según mi costumbre estaba diciendo a mi querido Jesús:


“Dulce vida mía, no quiero estar sola al estar Contigo, sino quiero a todo y a todos junto conmigo, y no sólo quiero la corona de todos tus hijos, sino también la corona de todas las cosas creadas por Ti, que junto conmigo en la interminabilidad de tu Santísima Voluntad donde yo todo encuentro, postrados a tus pies todos juntos te adoremos, te agradezcamos, te bendigamos”.


Y mientras esto decía, veía cómo todas las cosas creadas corrían para hacer corona a Jesús, para darle cada una su homenaje, y yo he agregado:


“Mira amor mío cómo son bellas tus obras, cómo el sol haciendo de sus rayos brazos, mientras se postra para adorarte, sube a Ti para abrazarte y besarte; cómo las estrellas, haciéndote corona te sonríen con su dulce centelleo y te dicen: ‘Grande eres Tú, te damos gloria por todos los siglos de los siglos’; cómo el mar corre y con su amoroso murmullo, como tantas voces argentinas te dice: ‘Gracias infinitas a nuestro Creador’. Y yo junto con el sol te abrazo y te beso, con las estrellas te reconozco y te glorifico, con el mar te agradezco”.


¿Pero quién puede decir todo lo que yo decía llamando a todas las cosas creadas alrededor de Jesús? Si yo quisiera decirlo todo sería muy largo, me parecía que cada cosa creada tuviera un oficio distinto para poder ofrecer su homenaje a su Creador. Ahora, mientras esto hacía pensaba entre mí que perdía el tiempo, y que no era éste el agradecimiento que debía hacerse a Jesús después de la Comunión y se lo he dicho a Jesús, y Él todo bondad me ha dicho:


“Hija mía, mi Voluntad contiene todo, y a quien en Ella vive no debe escapársele nada de todo lo que me pertenece, mas bien basta conque se le escape una sola cosa para decir que no me da todo el honor y la gloria que mi Voluntad contiene, por lo tanto no se puede decir que su vida sea completa en Ella, ni me da la correspondencia por todo lo que mi Querer le ha dado, porque todo he dado a quien vive en mi Voluntad, y Yo voy a ellos como en triunfo sobre las alas de mis obras para darles la nueva correspondencia de mi amor, y ellos deben venir por el mismo camino para darme la nueva correspondencia de ellos.


¿No sería agradable para ti, si hubieras hecho muchas bellas y variadas obras, y una persona amada por ti, para darte gusto te las pusieras alrededor, y haciéndolas ver una por una te dijese: ‘Mira, estas son obras tuyas, cómo es bella ésta, cómo es artística esta otra, y en la tercera cuánta maestría, y en la cuarta cuánta variedad de colores, qué encanto en esta otra?’ ¿Qué alegría no sentirías, qué gloria para ti?


Así es para Mí, mucho más que quien vive en mi Voluntad, debiendo concentrar todo en ella, debe ser como el latido de toda la Creación, que palpitando todas las cosas en ella en virtud de mi Querer, debe formar un solo latido para darme en ese latido los latidos de todos y de todo, llevarme la gloria y el amor de todas las cosas creadas por Mí.


Yo debo encontrar en el alma en la cual reina mi Voluntad a todos, para que ella, conteniendo todo, pueda darme todo lo que los otros deberían darme.


Hija mía, el vivir en mi Querer es muy diferente de las otras santidades, y por eso hasta ahora no se ha encontrado el modo ni las verdaderas enseñanzas del vivir en Él, se puede decir que las demás santidades son las sombras de mi Vida Divina, en cambio ésta es la fuente de la Vida Divina, por eso sé atenta en los ejercicios del vivir en mi Querer, a fin de que de ti pueda salir el verdadero modo y las enseñanzas exactas y precisas, para que quien queriendo vivir en Él pueda encontrar no la sombra, sino la verdadera santidad de la Vida Divina.


Además de esto, mi Humanidad estando en la tierra en mi Voluntad Divina, no hubo obra, pensamiento, palabra, etc., que no fuese encerrado en Mí para cubrir todas las obras de las criaturas, se puede decir que Yo tenía un pensamiento por cada pensamiento, una palabra por cada palabra, y así de todo lo demás para glorificar completamente a mi Padre, y para dar la luz, la vida, los bienes y los remedios, a las criaturas.


Ahora, en mi Voluntad todo existe, y quien debe vivir en Ella debe encerrar a todas las criaturas para ir repasando todos mis actos y poner en ellos otra bella pincelada divina tomada de mi Voluntad, para darme la correspondencia de lo que Yo hice. Sólo quien vive en mi Voluntad puede darme esta correspondencia, y Yo la espero como medio para poner en comunicación la Voluntad Divina con la humana, y para darle los bienes que Ella contiene.



"Quiero a la criatura como intermediaria, que haciendo el mismo camino que hizo mi Humanidad en mi Voluntad, abra la puerta del Reino de mi Voluntad" cerrada por la voluntad humana. Por eso tu misión es grande, y se necesita sacrificio y gran atención”.




Entonces me sentía inmersa en el Querer Supremo y Jesús ha continuado:

“Hija mía, mi Voluntad es todo y contiene todo, y además es principio, medio, y fin del hombre. Por eso al crearlo no le di leyes ni instituí Sacramentos, sino sólo le di al hombre mi Voluntad, porque era más que suficiente, estando en el principio de Ella, para encontrar todos los medios para llegar no a una santidad baja, sino a la altura de la santidad divina, y así encontrarse en el puerto de su fin. Esto significa que el hombre no debía tener necesidad de otra cosa sino sólo de mi Voluntad, en la cual debía encontrar todo en modo sorprendente, admirable y fácil para hacerse santo y feliz en el tiempo y en la eternidad;


y si le di una ley, después de siglos y siglos de creado, fue porque el hombre había perdido su principio, por lo tanto había extraviado los medios y el fin. Así que la ley no fue principio sino medio; pero viendo que con todo y la ley el hombre estaba perdido, al venir a la tierra instituí los Sacramentos, como medios más fuertes y potentes para salvarlo; pero cuántos abusos, cuántas profanaciones, cuántos se sirven de la ley y de los mismos Sacramentos para pecar más y precipitarse en el infierno.


Mientras que con sólo mi Voluntad, que es principio, medio y fin, el alma se pone al seguro, se eleva a la santidad divina, alcanza en modo completo la finalidad para la que fue creada, y no hay ni la sombra de peligro de poder ofenderme.


Así que el camino más seguro es sólo mi Voluntad, y los mismos Sacramentos, si no son recibidos en orden con mi Voluntad, pueden servir como medios de condenación y de ruina.


Por eso inculco tanto mi Voluntad, porque el alma estando en su principio, los medios le serán propicios y recibirá los frutos que contienen; en cambio sin Ella, los mismos Sacramentos le pueden ser veneno que la conduzcan a la muerte eterna”.


Fiat Divina Voluntad