Permíteme que Bese su Corazón y que Beba su Preciosísima Sangre
Giremos en Jesús, ya en su sepulcro.
Giremos en Jesús, ya en su sepulcro.
Con María y en Su Preciosísima Sangre
Con María y en Su Preciosísima Sangre
Giremos con María en Jesús y en Su Preciosísima Sangre
Giremos con María en Jesús y en Su Preciosísima Sangre
En el Sepulcro de Jesús
Giremos en Jesús, ya en su sepulcro. Con María y en Su Preciosísima SangreDe la hora 24 de la Pasión de JesúsPermíteme que Bese Su Corazón
Permíteme que Bese Su Corazón
y que Beba Su Preciosísima Sangre
y que Beba Su Preciosísima Sangre
“Comienza conmigo el oficio materno que Jesús te dio estando en la cruz, y abriendo mi pobreza extrema una brecha en tu corazón materno, con tus mismas manos maternas enciérrame toda, toda en Jesús; encierra en mi mente los pensamientos de Jesús, a fin de que ningún otro pensamiento entre en mí; encierra los ojos de Jesús en los míos, a fin de que jamás pueda huir de mi mirada; pon su oído en el mío, para que siempre lo escuche y cumpla en todo su Santísimo Querer; su rostro ponlo en el mío, a fin de que mirando aquel rostro tan desfigurado por amor mío, lo ame, lo compadezca y repare; pon su lengua en la mía para que hable, rece y enseñe con la lengua de Jesús; sus manos en las mías para que cada movimiento que yo haga y cada obra que realice tomen vida de las obras y movimientos de Jesús; pon sus pies en los míos, a fin de que cada paso que yo dé sea vida para las otras criaturas, vida de salvación, de fuerza, de celo para todas las criaturas.
“Comienza conmigo el oficio materno que Jesús te dio estando en la cruz, y abriendo mi pobreza extrema una brecha en tu corazón materno, con tus mismas manos maternas enciérrame toda, toda en Jesús; encierra en mi mente los pensamientos de Jesús, a fin de que ningún otro pensamiento entre en mí; encierra los ojos de Jesús en los míos, a fin de que jamás pueda huir de mi mirada; pon su oído en el mío, para que siempre lo escuche y cumpla en todo su Santísimo Querer; su rostro ponlo en el mío, a fin de que mirando aquel rostro tan desfigurado por amor mío, lo ame, lo compadezca y repare; pon su lengua en la mía para que hable, rece y enseñe con la lengua de Jesús; sus manos en las mías para que cada movimiento que yo haga y cada obra que realice tomen vida de las obras y movimientos de Jesús; pon sus pies en los míos, a fin de que cada paso que yo dé sea vida para las otras criaturas, vida de salvación, de fuerza, de celo para todas las criaturas.
Y ahora, afligida Mamá mía, permíteme que bese su corazón y que beba su preciosísima sangre, y Tú, encerrando su corazón en el mío haz que pueda vivir de su amor, de sus deseos y de sus penas. Y ahora toma la mano derecha de Jesús, rígida ya, para que me des con ella su última bendición.
Y ahora, afligida Mamá mía, permíteme que bese su corazón y que beba su preciosísima sangre, y Tú, encerrando su corazón en el mío haz que pueda vivir de su amor, de sus deseos y de sus penas. Y ahora toma la mano derecha de Jesús, rígida ya, para que me des con ella su última bendición.
Y ahora permite que la piedra cierre el sepulcro, y Tú, destrozada besas este sepulcro y llorando le dices tu último adiós y partes…”
Y ahora permite que la piedra cierre el sepulcro, y Tú, destrozada besas este sepulcro y llorando le dices tu último adiós y partes…”
Fiat.
Fiat.
Indice: Oraciones En Divina Voluntad