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⚜️Para el Don de la Divina Voluntad
De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 36, cap. 26 agosto 21, 1938 Diferencia que hay entre las Vidas que forma en las Hostias Sacramentales, y las que forma en quien vive en su Querer
Estoy siempre en camino en el Querer Divino, y me sentía pensativa y decía entre mí: “¿Cómo puede ser que se puedan formar tantas Vidas Divinas en nosotros por cuantos actos hacemos en Él?” Y mi amable Jesús, siempre benigno, para hacerme comprender mayormente me ha dicho:
“Hija mía, para Nosotros todo es fácil, con tal que encontremos que la voluntad humana se presta a vivir en la nuestra, nos deleitamos formando aun en el movimiento, en el respiro, en el paso, Vidas nuestras que se mueven, que respiran, que caminan, que hablan.
La voluntad humana nos presta como tantos velos en los cuales podemos formar tantas Vidas nuestras, éste es el último desahogo de nuestro amor, y nos agrada tanto, que con tal de que la voluntad humana nos preste su pequeño velo, Nosotros poblamos todos sus actos con la multiplicidad de nuestras Vidas Divinas.
Ahí está mi Vida Eucarística que da prueba y confirmación de lo que te digo, ¿no son tal vez pequeños velos los accidentes del pan en el cual quedo consagrado vivo y verdadero, en alma, cuerpo, sangre y Divinidad? Y si hay mil hostias, mil Vidas mías formo, una para cada hostia, y si hay una sola hostia, formo una sola Vida mía. Y además, ¿qué cosa me da la hostia? Nada, ni un ‘te amo’, ni un respiro, ni un latido, ni un paso de compañía; estoy solo, y muchas veces la soledad me oprime, me amarga y estallo en llanto; cómo me pesa el no tener a quién decirle una palabra, estoy bajo la opresión de un silencio profundo. ¿Qué cosa me da la hostia? El escondite para esconderme, la pequeñita prisión para volverme, estaría por decir, para volverme infeliz, pero como es mi Voluntad la que quiere que Yo quede Sacramentado en cada hostia, Ella, que jamás es portadora de infelicidad, ni a Nosotros ni a las criaturas que viven en Ella, hace correr en mi Vida Sacramental nuestras alegrías celestiales, que son inseparables de Nosotros, pero esto es siempre por parte nuestra, la hostia no me da jamás nada, no me defiende ni me ama.
Ahora, si esto hago, o sea formar tantas Vidas mías en la hostia que nada me da, mucho más en quien vive en mi Voluntad.
La diferencia entre mis Vidas Sacramentales y las tantas Vidas mías que formo en quien vive en mi Querer es incalculable, hay más distancia que la que existe entre el Cielo y la tierra.
Primero, porque no estamos jamás solos, y tener compañía es la más grande alegría, que hace felices a la Vida Divina y a la humana. Ahora, tú debes saber que cuando formo mi Vida en el pensamiento de la criatura que vive en mi Querer, siento la compañía de la inteligencia humana que me corteja, me ama, me comprende, y me da su memoria, su inteligencia, su voluntad en mi poder, y como en estas tres potencias fue creada nuestra imagen,
me siento dar por compañía a nuestra eterna memoria,
que no olvida jamás nada,
siento la compañía de mi sabiduría
que me comprende, y además la compañía de la voluntad humana fundida con la mía,
que me ama con eterno amor.
Cómo no multiplicar en cada pensamiento suyo otras tantas Vidas nuestras; cuando encontramos que más nos comprende y nos ama, podemos decir: ‘Encontramos nuestra ganancia’. Porque por cuanta más Vida formamos, tanto más nos hacemos comprender, le damos duplicado amor y nos ama de más.
Si formamos nuestra Vida en la palabra, encontramos la compañía de la suya, y como nuestro Fiat es suyo, encontramos todos los prodigios que ha obrado cuando nuestro Fiat se ha pronunciado.
Si la formamos en su respiro, encontramos su respiro que respira junto, y es la compañía de nuestro aliento omnipotente cuando al crearla le infundimos la vida.
Si la formamos en su movimiento, encontramos sus manos que nos abrazan, nos estrechan fuerte, porque no nos quieren dejar más.
Si la formamos en los pasos, nos siguen por doquier.
Qué bella compañía; quien vive en nuestra Voluntad no hay peligro de que nos deje jamás solos, ambos somos inseparables.
Por eso el vivir en nuestro Querer es el prodigio de los prodigios, donde hacemos desahogo de nuestras tantas Vidas Divinas,
hacemos conocer quienes somos,
lo que podemos hacer,
y ponemos a la criatura en orden con Nosotros, tal como la creamos,
porque tú debes saber que estas nuestras Vidas llevan Consigo mares de luz, de amor, mares de sabiduría, de belleza, de bondad, que invisten a la criatura para hacerla poseer la luz que siempre crece, el amor que jamás se apaga, la sabiduría que siempre comprende, la belleza que siempre se embellece de más.
Por eso amamos tanto que la criatura viva en nuestro Querer, porque queremos dar, queremos que nos comprenda, queremos poblar todos sus actos humanos con nuestras Vidas Divinas, no queremos estar encerrados, reprimidos en nuestro cerco divino. Poder dar y no dar, cuánto nos duele, y hasta en tanto que la criatura no viva en nuestro Querer, ella será siempre la ignorante de nuestro Ser Supremo, incapaz de aprender ni siquiera las vocales de cuanto la amamos y de cuanto le podemos dar, serán siempre los hijos desemejantes de Nosotros, que tal vez ni siquiera nos conozcan, hijos desemejantes de su Padre”.
🕊️Fiat Divina Voluntad