Diferencia entre el obrar de Jesús, y el obrar del hombre

En mi obrar y sufrir no miré jamás hacia fuera, sino siempre hacia dentro...

En cambio el hombre, todo lo contrario, al obrar el bien no mira hacia dentro de la obra, y no viendo el fruto fácilmente se aburre, se fastidia todo y muchas veces deja de hacer el bien...

Vol. 4, cap. 150 Noviembre 9, 1902

Mientras estaba deseando a mi adorable Jesús, ha venido con el aspecto cuando sus enemigos lo abofeteaban, le cubrían el rostro de escupitinas y le vendaban los ojos.

Él, con admirable paciencia todo lo sufría,

es más, parecía que ni siquiera los miraba, tan ocupado estaba

en su interior viendo el fruto que aquellos padecimientos le habrían producido.

Yo miraba todo con asombro, y Jesús me ha dicho:

“Hija mía, en mi obrar y sufrir no miré jamás hacia fuera, sino siempre hacia dentro, y viendo el fruto, cualquier cosa que fuera, no sólo la sufría, sino la sufría con deseo y avidez. En cambio el hombre, todo lo contrario, al obrar el bien no mira hacia dentro de la obra, y no viendo el fruto fácilmente se aburre, se fastidia todo y muchas veces deja de hacer el bien; si sufre, fácilmente se impacienta, y si hace el mal, no mirando hacia dentro de aquel mal, con facilidad lo hace”.

Después ha agregado: “Las criaturas no quieren persuadirse de que la vida va acompañada de varios y diferentes acontecimientos,

ahora sufrimientos y ahora consolaciones;

y son las plantas, las flores las que dan el ejemplo con estar sometidas a los vientos, nevadas, granizadas y calores”.


Fiat