La Santísima Trinidadantes de encarnarme...y cada vez que el alma quiere hacer mi Voluntad

Libro de Cielo Vol. 34-7 (2)

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La Santísima Trinidadantes de encarnarme...y cada vez que el alma quiere hacer mi Voluntad
De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 34-7 (2) Marzo 1, 1926

“Hija mía bendita, mi Amor fue tanto al Encarnarme en el seno de mi Madre Celestial, que Cielos y tierra no podían contenerlo, el acto de Encarnarme ocurrió en un acto de amor tan intenso, tan fuerte, tan grande, que era más que suficiente para quemar todo y a todos de amor. Tú debes saber que antes de Encarnarme, mi Padre Celestial vio en Sí mismo, y en el ímpetu de su Amor, no pudiendo contenerlo sacaba de Sí torrentes, mares de Amor, en este ímpetu de amor vio a su Hijo, y Yo me encontraba en sus mismas llamas de amor y me ordenó que me encarnara; Yo lo quería, y en un ímpetu de amor, sin dejar a mi Padre ni al Espíritu Santo, sucedió el gran portento de la Encarnación. Quedé con mi Padre, y al mismo tiempo descendí al seno de mi Madre. Las tres Divinas Personas eran inseparables, no sujetas a separarse, por eso puedo decir: ‘Quedé en el Cielo y descendí a la tierra, y el Padre y el Espíritu Santo descendieron Conmigo a la tierra y quedaron en el Cielo’. Por eso, en este acto tan grande nuestro Ser Divino desbordó tanto en amor, que los Cielos quedaron maravillados y los ángeles sorprendidos y mudos, todos envueltos en nuestras llamas de amor.  La Encarnación no fue otra cosa que un acto de nuestra Divina Voluntad, ¿qué cosa no sabe hacer y puede hacer? Todo; llega con su Potencia y con su Amor infinito hasta obrar el prodigio jamás oído, ni hecho, de hacernos quedar en el Cielo y descender en la prisión del seno Materno. Así quiso nuestra Voluntad que se hiciera. 

(3) Ahora hija mía, cada vez que el alma quiere hacer mi Voluntad, mi Padre Celestial primero observa dentro de Sí, llama como en concilio a la Trinidad Sacrosanta, para llenar aquel acto de nuestra Voluntad de todos los bienes posibles e imaginables, después lo saca de Sí y hace investir a la criatura de su Voluntad obrante, comunicante, transformante, y como en la Encarnación las tres Divinas Personas quedaron en el Cielo y descendieron en el seno de la Inmaculada Virgen, así mi Voluntad, con su potencia transporta Consigo en su acto operativo a la Trinidad Divina en la criatura, mientras la deja en el Cielo, y forma en la voluntad humana su acto divino. Ahora, ¿quién puede decirte las maravillas que vienen encerradas en este acto de nuestra Voluntad? Nuestro amor surge y se difunde tanto, de no encontrar lugar dónde ponerse, y cuando todo ha llenado se retira en nuestra fuente; nuestra Santidad se siente honrada con el acto divino de nuestra misma Voluntad obrante en la criatura, y se difunde con gracia sorprendente para comunicar su Santidad a todas las criaturas, son prodigios inenarrables que Ella hace cuando la criatura la llama a obrar en ella. Por eso haz desaparecer todo en mi Voluntad, y Nosotros te daremos todo en tu poder y tú podrás darnos todo, incluso a Nosotros mismos” 

Fiat Divina Voluntad