El símbolo de la Sacrosanta Trinidad:  Yo, el padre y tú 

De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta Vol. 4-24  Octubre 23, 1900 

Esta mañana, habiendo recibido la comunión, mi adorable Jesús me hacía ver al confesor que ponía la intención de hacerme sufrir la crucifixión; mi pobre naturaleza sentía repugnancia, no porque no quisiera sufrir, sino por otras razones que no es necesario describirlas aquí, pero Jesús, como lamentándose de mí decía al padre: 

“No quiere someterse”. 

Yo me he enternecido ante el lamento, el padre ha renovado la orden y me he sometido. Después de haber sufrido un poco, como veía al padre presente, el Señor ha dicho: 

Amada mía, he aquí 

el símbolo de la Sacrosanta Trinidad:  Yo, el padre y tú. 

Mi amor desde “ab eterno” jamás ha estado solo, sino siempre 

unido en perfecta y recíproca unión con las Divinas Personas, 

porque el verdadero amor jamás está solo, sino que produce otros amores y goza el ser amado por los amores que él mismo ha producido, y si está solo, o no es de la naturaleza del amor divino, o bien está solo aparentemente. 

Si supieras cuanto me complazco y me gusta poder continuar en las criaturas aquel amor que desde “ab eterno” reinaba y reina todavía ahora en la Santísima Trinidad. 

He aquí el por qué digo que quiero el consentimiento de la intención del confesor unido Conmigo, para poder continuar más perfectamente este amor que simboliza a la Trinidad Sacrosanta”. 

Fiat Divina Voluntad