A la Reina del Divino Querer
Oremos, A la Reina del Divino Querer
Oremos, A la Reina del Divino Querer
Madre mía hermosa, que estás en el Cielo, haz que a tu Jesús no ofenda jamás; por tanto no permitas que me separe nunca de la Divina Voluntad.
Madre mía hermosa, que estás en el Cielo, haz que a tu Jesús no ofenda jamás; por tanto no permitas que me separe nunca de la Divina Voluntad.
Reina del Divino Querer, tómame en tu regazo materno y enséñame a vivir sólo de Voluntad Divina.
Reina del Divino Querer, tómame en tu regazo materno y enséñame a vivir sólo de Voluntad Divina.
Reina Soberana, viviendo en la Divina Voluntad te pido para mí y para todos tu santa bendición descienda ésta como celestial rocío sobre los pecadores y los convierta, sobre los afligidos y los consuele, sobre el mundo entero y lo transforme al bien, sobre las almas del Purgatorio y extinga en ellas el fuego que las quema.
Reina Soberana, viviendo en la Divina Voluntad te pido para mí y para todos tu santa bendición descienda ésta como celestial rocío sobre los pecadores y los convierta, sobre los afligidos y los consuele, sobre el mundo entero y lo transforme al bien, sobre las almas del Purgatorio y extinga en ellas el fuego que las quema.
Tu bendición materna sea prenda de eterna salvación para todas las almas.
Tu bendición materna sea prenda de eterna salvación para todas las almas.
Amén
Amén
Fiat Divina Voluntad!