"Tenía los ojos fijos a la Voluntad del Padre, y ofrecía esas penas" -Jesús

Luisa es escogida como víctima. Confesores


De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 1, párr. 122

"... A veces también el Señor mostraba no escucharme y aumentaban mis penas, otras veces me compadecía diciéndome:

“Pobre hija, ven a Mí que te quiero consolar, tú tienes razón en que sufres, pero es que no recuerdas, que también Yo, oh, cuánto más sufrí. Hasta cierto momento mis penas fueron ocultas, pero

cuando llegó la Voluntad del Padre de sufrir en público,

rápidamente salí a encontrar confusiones, oprobios, desprecios, hasta ser despojado de mis vestidos, estar desnudo en medio a un pueblo numerosísimo,

¿podrías tú imaginar confusión más grande que ésta?

Mi naturaleza sentía mucho esta clase de sufrimientos, pero tenía los ojos fijos a la Voluntad del Padre, y ofrecía esas penas en reparación de tantos que cometen las más nefandas acciones públicamente, ante los ojos de muchos, vanagloriándose sin la más mínima vergüenza, y le decía:

“Padre, acepta mis confusiones y mis oprobios en reparación de tantos que tienen la desfachatez de ofenderte tan libremente sin el mínimo disgusto; perdónalos, dales luz a fin de que vean la fealdad del pecado y se conviertan”.

También a ti te quiero hacer partícipe de esta clase de sufrimientos.

¿No sabes tú que los más bellos regalos que puedo dar a las almas que amo son las cruces y las penas?

Tú eres niña aún en el camino de la cruz, por eso te sientes demasiado débil, cuando hayas crecido y hayas conocido

cuán precioso es el sufrir,

entonces te sentirás más fuerte. Por eso apóyate en Mí, repósate porque así adquirirás fuerza”.


Fiat