"El ALMA si respira el aire de la mortificación,
todo estará en ella PURIFICADO"
La mortificación debe ser el respiro del alma
De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 3, cap. 38 febrero 16, 1900Continúa casi siempre lo mismo. Esta mañana, después de haberme renovado las penas de la crucifixión me ha dicho:
“La mortificación debe ser el respiro del alma.
“La mortificación debe ser el respiro del alma.
Así como al cuerpo
Así como al cuerpo
le es necesaria la respiración, y del aire bueno o malo que se respira así queda infectado o purificado, también
por la respiración se conoce si está sano o enfermo el interior del hombre,
por la respiración se conoce si está sano o enfermo el interior del hombre,
si todas las partes vitales están de acuerdo,
si todas las partes vitales están de acuerdo,
así el alma:
así el alma:
si respira el aire de la mortificación, todo estará en ella purificado,
si respira el aire de la mortificación, todo estará en ella purificado,
todos sus sentidos sonarán con un mismo sonido concordante, su interior exhalará un respiro balsámico, saludable, fortificante;
todos sus sentidos sonarán con un mismo sonido concordante, su interior exhalará un respiro balsámico, saludable, fortificante;
pero si no respira el aire de la mortificación
pero si no respira el aire de la mortificación
todo será discordante en el alma, exhalará un respiro maloliente y nauseante; mientras está por domar una pasión, otra se desenfrena. En suma, su vida no será otra cosa que un juego de niños”.
todo será discordante en el alma, exhalará un respiro maloliente y nauseante; mientras está por domar una pasión, otra se desenfrena. En suma, su vida no será otra cosa que un juego de niños”.
Me parecía ver a la mortificación como un instrumento musical, en el cual, si todas las cuerdas están buenas y fuertes, produce un sonido armonioso y agradable, pero si las cuerdas no son buenas, ahora hay que reparar una, ahora hay que afinar otra, por lo que todo el tiempo lo emplea en ajustarlo, pero jamás en tocarlo, a lo más podrá emitir un sonido discordante y desagradable, por eso jamás hará nada de bueno.
Me parecía ver a la mortificación como un instrumento musical, en el cual, si todas las cuerdas están buenas y fuertes, produce un sonido armonioso y agradable, pero si las cuerdas no son buenas, ahora hay que reparar una, ahora hay que afinar otra, por lo que todo el tiempo lo emplea en ajustarlo, pero jamás en tocarlo, a lo más podrá emitir un sonido discordante y desagradable, por eso jamás hará nada de bueno.
Fiat Divina Voluntad