"Vendrá el tiempo en que daremos nuestros frutos, los cuales harán resurgir tantas otras vidas que nos asemejen" 

Libro de Cielo 29-18 (2)

Me Fundo en Ti, 

Espíritu Santo

Esta Oración para Fundirnos en el Espíritu Santificador es en virtud de la Palabra de Jesús del vol. 17, cap. 43 (5)

Giro con Reparación al Espíritu Santo


AUDIO


Me Fundo en Ti, Espíritu Santo



    Me fundo en el orden de tu Gracia, en todo lo que has hecho y harás en nosotros los santificantes. 

    ¡Ven Divino Espíritu!, haz desahogo de Tu obra en el Fiat Voluntas Tua!  Danos pronto a conocer Vuestra Voluntad, Vuestro primer acto de su Santificación completa, el cual es la Divina Voluntad! 

      Vengo ante ti Suprema Majestad, para dar la correspondencia de amor al Espíritu Santificador a nombre de todos los santificantes, entro en el orden de Tu gracia para poder darte Amor, Honor y Gloria como si todos fuéramos santos, reparo por todas las oposiciones e incorrespondencias a los actos de Tu gracia haciendo mío Tu dolor, Tus gemidos inenarrables secretos, Tus suspiros angustiosos ocultos en el fondo de los corazones. Por el dolor que te damos, perdón Espíritu Santificador. 


¡Ven Divino Espíritu en mí!, haz desahogo de Tu obra en el Fiat Voluntas Tua. Fiat!

Estamos en la Era del Tercer Fiat!

La Era Celestial y Trina de la Divina Voluntad


Oremos al Espíritu Santo por Este Pentecostés Divino



En tu Divino Querer, unidos a Nuestra Madre María, y a Luisa, la pequeña hija de la Divina Voluntad, en el Cenáculo del Monte Sión (1era. Iglesia Cristiana), oramos por la Gran Efusión de Ti, Espíritu Santo, para un Segundo Pentecostés para toda la humanidad, que se extienda el Reino de Tu Divina Voluntad y triunfe en todos la Era del Tercer Fiat!

Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando. Jn 16:14

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De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 29, cap. 18 (2)  Mayo 27, 1931

"Pasarán siglos y siglos y vendrá el tiempo que todo el bien que Yo hice tendrá vida en medio a las criaturas"


"... ¿crees tú que todo lo que Yo hice estando sobre la tierra ha sido tomado todo por las criaturas?  ¡De ningún modo, cuánto queda todavía!  Pero con esto no se puede decir que no hay bien, pasarán siglos y siglos y vendrá el tiempo que todo el bien que Yo hice tendrá vida en medio a las criaturas, lo que no se toma hoy, otras criaturas lo pueden tomar mañana, en otras épocas, por eso la verdadera vida del bien no se cansa de esperar, y con aire de triunfo dicen:

‘No estamos sujetos a morir, por eso con certeza vendrá el tiempo en que daremos nuestros frutos, los cuales harán resurgir tantas otras vidas que nos asemejen’. 

¿Tú crees que por no ver ningún efecto de todos tus actos en nuestro Fiat Divino no habrá nada de bien?  De ninguna manera, hoy así parece,  pero espera los tiempos y ellos dirán el gran bien que vendrá, por eso continúa y no retrocedas, 

porque tú debes saber que la prolijidad del bien es sólo la prueba más cierta, que asegura a Dios y al alma del estado en que se encuentra.  

Un estado prolijo de paciencia en los sufrimientos y encuentros dolorosos de la vida, 

una oración continua sin jamás cansarse de repetirla, una fidelidad, constancia e igualdad de modos en todas las circunstancias, 

forman un terreno suficiente, regado por la sangre del propio corazón, donde Dios se siente llamado por todos los actos de la criatura, como tantas certificaciones de que puede cumplir sus más grandes designios, y la misma criatura siente en la prolijidad de sus actos el dominio de sí misma y la seguridad de que no vacilará.  


El bien de un día dice nada, un bien, hoy sí y mañana no, dice debilidad y volubilidad, todos frutos de la voluntad humana, un bien inconstante dice que la criatura no es dueña de aquel bien, aquella virtud, y por eso no están en su poder, el bien se cambia en mal y la virtud en vicio.  

Ve entonces que el alma para estar segura que posee un bien, una virtud, debe sentir en sí la vida de aquella virtud, y con constancia férrea de años y años, y por toda la vida debe ejercitarse en aquel bien.  Y Dios se siente seguro de poner de lo suyo y obrar cosas grandes en la constancia de la criatura..." 


Fiat Divina Voluntad!