Mt: 6, 7-15

Vosotros rezad así  “Padre nuestro…”


Lc: 11, 2

“Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino”

 


El Padre Nuestro

 "La oración más bella" 

Mc 3, 35

35"Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre"


AUDIO

El Padre Nuestro

La Oración Más Bella y la Más Sustanciosa de Mi Iglesia




De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta Vol. 31-28 (4)   Febrero 24,1933

“Hija bendita, lo que es imposible a los hombres, todo es posible para Dios, y si fuese imposible que mi Voluntad pudiese reinar como en el Cielo así en la tierra, mi bondad toda paterna no habría enseñado la oración del Padre Nuestro, porque hacer pedir cosas imposibles no lo habría hecho, ni Yo lo habría recitado con tanto amor, poniéndome a la cabeza de todos, ni la habría enseñado a los apóstoles a fin de que la enseñasen a todo el mundo como la oración más bella y la más sustanciosa de mi Iglesia.  

Cosas imposibles Yo no las quiero, ni pretendo de la criatura, ni Yo mismo les hago las cosas imposibles.  Por  lo tanto, si fuera imposible que mi Voluntad Divina reinara como en el Cielo así en la tierra, habría enseñado una oración inútil y sin efecto, y Yo cosas inútiles no sé hacer, a lo más espero aun siglos, pero debo hacer surgir el fruto de mi oración enseñada, mucho más que gratuitamente, sin que ninguno me lo hubiese dicho, que Yo diera este gran bien de que mi Voluntad se hiciese como en el Cielo así en la tierra, Yo mismo como una segunda creación, sin que nadie me rogara, Yo extendí los cielos, creé el sol y todo.  

Así por mi Voluntad, todo espontáneo Yo dije: 

‘Rueguen que mi Voluntad se haga como en el Cielo así en la tierra”.

Y cuando espontáneamente se dice rueguen que esto suceda, sin que ninguno me lo haya pedido, significa que primero observé todo en mi Omnividencia, ponderé muy bien las cosas y cuando vi que esto era posible, entonces me decidí a enseñar el Padre Nuestro, queriendo la voluntad humana unida a la nuestra, que suspirase que viniese a reinar como en el Cielo así en la tierra.  

Así que todo lo que he manifestado sobre mi Voluntad, está encerrado en aquellas solas palabras:

‘Hágase tu Voluntad como en el Cielo así en la tierra’.  

En estas pocas palabras están encerrados abismos de gracias, de santidad, de luz, y abismos de comunicaciones y transformaciones divinas entre Creador y criatura.   Hija mía, era el regalo que hacía tu Jesús a las generaciones humanas, como cumplimiento de mi Redención, mi amor no estaba contento aún, mis penas no me habían dado plena saciedad, quería, quería dar aún, quería ver mi Cielo en la tierra en medio de mis hijos, por eso pocos días antes de partir para el Cielo, decidí primeramente dar mi Voluntad como en el Cielo así en la tierra, y después enseñé el Padre Nuestro, en el cual Yo quedé comprometido de dar este gran don, y tu Jesús cuando se compromete, no se hecha para atrás, por eso no tengas dudas, y si los demás dudan, déjalos hacer, qué saben ellos de cómo debo desarrollar las cosas, Yo tengo poder y querer en mis manos, y esto me basta, y tú queda en paz y sigue siempre mi Querer, confíate a tu Jesús y verás”