continúa

su giro,

y elevándose en alto quiere corresponder a su Dios por todo el amor que tuvo por todas las criaturas en la Creación, quiere honrarlo como Creador de todas las cosas,

por eso gira

De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 17, cap. 43 mayo 17, 1925

Continúa diciendo otros modos de fundirse en la Divina Voluntad, para dar la correspondencia a nombre de todos de amor y gloria por la obra de la Creación, de la Redención y de la Santificación


... “Agrego que mientras se presenta a mi mente aquel vacío inmenso al fundirme en el Supremo Querer, la pequeña niña

continúa su giro,

y elevándose en alto quiere corresponder a su Dios por todo el amor que tuvo por todas las criaturas en la Creación,

quiere honrarlo como Creador de todas las cosas,

por eso gira

por las estrellas y en cada centelleo de luz imprime mi ‘te amo y gloria a mi Creador’;

en cada átomo de luz del sol que desciende a lo bajo, ‘te amo y gloria’;

en toda la extensión de los cielos, entre la distancia de un paso al otro, mi ‘te amo y gloria’;

en el trinar del pájaro, en el movimiento de sus alas, ‘amor y gloria a mi Creador’;

en el hilo de hierba que despunta de la tierra, en la flor que se abre, en el perfume que se eleva, ‘amor y gloria’;

en la altura de los montes y en la profundidad de los valles, ‘amor y gloria’.

Giro

por cada corazón de criatura, como si me quisiera encerrar dentro, y gritar dentro a cada corazón mi ‘te amo y gloria a mi Creador’;

quisiera que uno fuese el grito, una la voluntad, una la armonía de todas las cosas: ‘Gloria y amor a mi Creador’;

y después,

como si hubiera reunido todo junto,

de manera que todo diga correspondencia de amor y testimonio de gloria por todo lo que Dios ha hecho en la Creación,

me transporto a su trono y le digo:

‘Majestad Suprema y Creador de todas las cosas, esta pequeña niña viene en vuestros brazos para deciros

que toda la Creación, a nombre de todas las criaturas,

os da no sólo la correspondencia del amor, sino la de la justa gloria por tantas cosas creadas por Vosotros por amor nuestro.

En vuestra Voluntad, en este vacío inmenso,

he girado por todas partes,

a fin de que todas las cosas os glorifiquen, os amen y os bendigan,

y ya que he puesto en relación el amor entre Creador y criatura, que la voluntad humana había roto, y la gloria que todos os debían, haced descender vuestra Voluntad a la tierra, a fin de que vincule, reafirme todas las relaciones entre Creador y criatura, y así todas las cosas retornarán al orden primero, establecido por Vosotros; por eso hacedlo pronto, no tardéis más, ¿no veis cómo está llena de males la tierra? Sólo vuestra Voluntad puede detener esta corriente, puede ponerla a salvo, pero vuestra Voluntad conocida y dominadora”.


Entonces, después de esto siento que mi oficio no está completo,

por eso desciendo a lo bajo de ese vacío para corresponder a mi Jesús

por la obra de la Redención,

y como si encontrase en acto todo lo que Él hizo,

quiero darle mi correspondencia de todos los actos que deberían haber hecho todas las criaturas si lo hubieran esperado y recibido en la tierra,

y después, como si me quisiera transformar toda en amor por Jesús, vuelvo a mi estribillo y digo:

“Te amo en el acto de descender del Cielo e imprimo mi ‘te amo’

en el acto en que fuiste concebido,

‘te amo’ en la primera gota de sangre que se formó en tu Humanidad,

‘te amo’ en el primer latido de tu corazón, para sellar todos tus latidos con mi ‘te amo’;

‘te amo’ en tu primer respiro,

‘te amo’ en tus primeras penas,

‘te amo’ en tus primeras lágrimas que derramaste en el seno materno;

quiero corresponder tus oraciones, tus reparaciones, tus ofrecimientos con mi ‘te amo’,

cada instante de tu Vida lo quiero sellar con mi ‘te amo’;

‘te amo’ en tu nacimiento,

‘te amo’ en el frío que sufriste,

‘te amo’ en cada gota de leche que chupaste de tu Mamá;

intento llenar con mis ‘te amo’ los pañales con los que tu Mamá te envolvió;

extiendo mi ‘te amo’ sobre de aquella tierra en la cual tu querida Mamá te recostó en el pesebre, y tus ternísimos miembros sintieron la dureza del heno, pero más que heno la dureza de los corazones;

mi ‘te amo’ en cada gemido tuyo, en todas tus lágrimas y penas de tu infancia;

hago correr mi ‘te amo’ en todas las relaciones, comunicaciones y amor que tuviste con tu Mamá;

‘te amo’ en todas las palabras que dijiste,

en el alimento que tomaste,

en los pasos que diste,

en el agua que bebiste;

‘te amo’ en el trabajo que hiciste con tus manos;

‘te amo’ en todos los actos que hiciste en tu vida oculta;

sello mi ‘te amo’ en cada acto interior tuyo y penas que sufriste;

extiendo mi ‘te amo’ sobre aquellos caminos que recorriste,

en el aire que respiraste,

en todas las predicaciones que hiciste en tu Vida pública;

mi ‘te amo’ corre en la potencia de los milagros que hiciste,

en los Sacramentos que instituiste,

en todo oh mi Jesús,

aun en las fibras más íntimas de tu corazón imprimo mi ‘te amo’ por mí y por todos.


Tu Querer me hace todo presente,

y yo nada quiero dejarte en que no esté impreso mi ‘te amo’; tu pequeña hija de tu Querer siente el deber, de que si otra cosa no sabe hacer, al menos tengas un pequeño ‘te amo’ mío por todo lo que has hecho por mí y por todos.

Por eso mi ‘te amo’ te sigue en todas las penas de tu Pasión,

en todos los escupitajos, desprecios e insultos que te hicieron; mi ‘te amo’ sella cada gota de tu sangre que derramaste, cada golpe que recibiste, en cada llaga que se formó en tu cuerpo, en cada espina que traspasó tu cabeza, en los dolores acerbos de la crucifixión, en las palabras que pronunciaste sobre la cruz, hasta en tu último respiro intento imprimir mi ‘te amo’;

quiero encerrar toda tu Vida, todos tus actos con mi ‘te amo’;

por todas partes quiero que Tú toques, que veas, que oigas mi continuo ‘te amo’. Mi ‘te amo’ no te dejará jamás,

tu mismo Querer es la vida de mi ‘te amo’.


¿Pero sabes qué quiere esta pequeña niña? Que ese Querer Divino que tanto amaste e hiciste en toda tu Vida sobre la tierra, se haga conocer a todas las criaturas, a fin de que todas lo amen y cumplan tu Voluntad como en el Cielo así en la tierra; quiere vencerte en amor, a fin de que des tu Voluntad a todas las criaturas. ¡Ah! haz feliz a esta pobre pequeña que no quiere otra cosa que lo que quieres Tú,

que tu Voluntad sea conocida y reine sobre la tierra.


Ahora, creo que la obediencia quedará en algún modo contenta; es cierto que en muchas cosas he debido hacer saltos, de otra manera no acabaría jamás. El fundirme en el Supremo Querer es para mí como una fuente que brota, y cada pequeña cosa que oigo, que veo, una ofensa hecha a mi Jesús, me es ocasión de nuevos modos y nuevas fusiones en su Santísima Voluntad. Ahora continúo con decir que mi dulce Jesús me ha dicho:


“Hija mía, a lo que has dicho sobre el fundirte en mi Querer se le necesita dar otro nombre,

cual es el de fundirte en el orden de la gracia, en todo lo que ha hecho y hará el Santificador a los santificantes, el Cual es el Espíritu Santo.

Mucho más, pues si la Creación se atribuye al Padre, mientras estamos siempre unidas las Tres Divinas Personas en el obrar, la Redención al Hijo, el Fiat Voluntas Tua se atribuirá al Espíritu Santo; y es propiamente en el Fiat Voluntas Tua que el Divino Espíritu hará desahogo de su obra.

Tú lo haces cuando viniendo ante la Suprema Majestad dices: ‘Vengo a corresponder en amor a todo lo que hace el Santificador a los santificantes, vengo a entrar en el orden de la gracia para poderos dar la gloria y la correspondencia del amor como si todos se hubiesen hecho santos, y a repararos por todas las oposiciones, las incorrespondencias a la gracia’.

Y por cuanto está en ti, buscas en nuestra Voluntad

los actos de la gracia del Espíritu Santificador,

para hacer tuyo su dolor, sus gemidos secretos, sus suspiros angustiosos en el fondo de los corazones al verse tan mal acogido; y como el primer acto que hace es llevar nuestra Voluntad como acto completo de su santificación, al verse rechazado gime con gemidos inenarrables, y tú en tu infantil sencillez le dices: ‘Espíritu Santificador, hazlo pronto, os suplico, os imploro, haced conocer a todos vuestra Voluntad, a fin de que conociéndola

la amen y acojan vuestro primer acto de su santificación completa, el cual es la Santa Voluntad vuestra’.

Hija mía, las Tres Divinas Personas somos inseparables y distintas, así queremos manifestar a las generaciones humanas

nuestras obras hacia ellas, que mientras estamos unidos entre Nosotros, cada uno de Nosotros quiere manifestar distintamente su amor y su obra hacia las criaturas”.

Fiat