Sagrada Escritura
Don de Entendimiento, Inteligencia
San Lucas 24, 13- 27
13 Ese mismo día, dos de los discípulos iban a un pequeño pueblo llamado Emaús, situado a unos diez kilómetros de Jerusalén.
14 En el camino hablaban sobre lo que había ocurrido.
15 Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos.
16 Pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran.
17 El les dijo: «¿Qué comentaban por el camino?». Ellos se detuvieron, con el semblante triste,
18 y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: «¡Tú eres el único forastero en Jerusalén que ignora lo que pasó en estos días!».
19 «¿Qué cosa?», les preguntó. Ellos respondieron: «Lo referente a Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo,
20 y cómo nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para ser condenado a muerte y lo crucificaron.
21 Nosotros esperábamos que fuera él quien librara a Israel. Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas.
22 Es verdad que algunas mujeres que están con nosotros nos han desconcertado: ellas fueron de madrugada al sepulcro
23 y al no hallar el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se les había aparecido unos ángeles, asegurándoles que él está vivo.
24 Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como las mujeres habían dicho. Pero a él no lo vieron».
25 Jesús les dijo: «¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas!
26 ¿No será necesario que el Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su gloria?»
27 Y comenzando por Moisés y continuando en todas las Escrituras lo que se refería a él.
San Lucas 2, 19
19 Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón.
San Lucas 17, 21
21 y no se podrá decir: «Está aquí» o «Está allí». Porque el Reino de Dios está entre ustedes».
Primera Carta a los Corintios 2, 9-10
9 Nosotros anunciamos, como dice la Escritura, lo que nadie vio ni oyó y ni siquiera pudo pensar, aquello que Dios preparó para los que lo aman.
10 Dios nos reveló todo esto por medio del Espíritu, porque el Espíritu lo penetra todo, hasta lo más íntimo de Dios.
Segunda Carta a los Corintios 4, 6
6 Porque el mismo Dios que dijo: «Brille la luz en medio de las tinieblas», es el que hizo brillar su luz en nuestros corazones para que resplandezca el conocimiento de la gloria de Dios, reflejada en el rostro de Cristo.
Primera Carta a los Corintios 1, 5-6
5 En efecto, ustedes han sido colmados en él con toda clase de riquezas, las de la palabra y las del conocimiento,
6 en la medida que el testimonio de Cristo se arraigó en ustedes.
Salmo 118
1 ¡Aleluya!¡Den gracias al Señor, porque es bueno,porque es eterno su amor!
2 Que lo diga el pueblo de Israel:¡es eterno su amor!
3 Que lo diga la familia de Aarón:¡es eterno su amor!
4 Que lo digan los que temen al Señor:¡es eterno su amor!
5 En el peligro invoqué al Señor,y él me escuchó dándome un alivio.
6 El Señor está conmigo: no temeré:¿qué podrán hacerlo los hombres?
7 El Señor está conmigo y me ayuda:yo veré derrotados a mis adversarios.
8 Es mejor refugiarse en el Señor que fiarse de los hombres;
9 es mejor refugiarse en el Señor que fiarse de los poderosos.
10 Todos los paganos me rodearon,pero yo los derroté en el nombre del Señor;
11 me rodearon por todas partes,pero yo los derroté en el nombre del Señor;
12 me rodearon como avispas,ardían como fuego en las espinas,pero yo los derroté en el nombre del Señor.
13 Me empujaron con violencia para derribarme,pero el Señor vino en mi ayuda.
14 El Señor es mi fuerza y mi protección;él fue mi salvación.
15 Un grito de alegría y de victoria resuena en las carpas de los justos:«La mano del Señor hace proezas,
16 la mano del Señor es sublime,la mano del Señor hace proezas».
17 No, no moriré: viviré para publicar lo que hizo el Señor,
18 El Señor me castigó duramente,pero no me entregó a la muerte.
19 «Abran las puertas de la justicia y entraré para dar gracias al Señor».
20 «Esta es la puerta del Señor:sólo los justos entran por ella».
21 Yo te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación.
22 La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular
23 Esto ha sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos.
24 Este es el día que hizo el Señor:alegrémonos y regocijémonos en él.
25 Sálvanos, Señor, asegúranos la prosperidad.
26 ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!Nosotros los bendecimos desde la Casa del Señor:
27 el Señor es Dios, y él nos ilumina.«Ordenen una procesión con ramas frondosas
hasta los ángulos del altar».
28 Tú eres mi Dios, y yo te doy gracias;Dios mío, yo te glorifico.
29 ¡Den gracias al Señor, porque es bueno,porque es eterno su amor!
Catecismo
Don de Entendimiento, de Inteligencia
38 Por esto el hombre necesita ser iluminado por la revelación de Dios, no solamente acerca de lo que supera su entendimiento, sino también sobre "las verdades religiosas y morales que de suyo no son inaccesibles a la razón, a fin de que puedan ser, en el estado actual del género humano, conocidas de todos sin dificultad, con una certeza firme y sin mezcla de error" (ibid., DS 3876; cf. Concilio Vaticano I: DS 3005; DV 6; santo Tomás de Aquino, S.Th. 1, q. 1 a. 1, c.).
155 En la fe, la inteligencia y la voluntad humanas cooperan con la gracia divina: «Creer es un acto del entendimiento que asiente a la verdad divina por imperio de la voluntad movida por Dios mediante la gracia» (Santo Tomás de Aquino, S.Th., 2-2, q. 2 a. 9; cf. Concilio Vaticano I: DS 3010).
Dios crea un mundo ordenado y bueno
299 Porque Dios crea con sabiduría, la creación está ordenada: "Tú todo lo dispusiste con medida, número y peso" (Sb 11,20). Creada en y por el Verbo eterno, "imagen del Dios invisible" (Col 1,15), la creación está destinada, dirigida al hombre, imagen de Dios (cf. Gn 1,26), llamado a una relación personal con Dios. Nuestra inteligencia, participando en la luz del Entendimiento divino, puede entender lo que Dios nos dice por su creación (cf. Sal 19,2-5), ciertamente no sin gran esfuerzo y en un espíritu de humildad y de respeto ante el Creador y su obra (cf. Jb 42,3). Salida de la bondad divina, la creación participa en esa bondad ("Y vio Dios que era bueno [...] muy bueno": Gn 1,4.10.12.18.21.31). Porque la creación es querida por Dios como un don dirigido al hombre, como una herencia que le es destinada y confiada. La Iglesia ha debido, en repetidas ocasiones, defender la bondad de la creación, comprendida la del mundo material (cf. San León Magno, c. Quam laudabiliter, DS, 286; Concilio de Braga I: ibíd., 455-463; Concilio de Letrán IV: ibíd., 800; Concilio de Florencia: ibíd.,1333; Concilio Vaticano I: ibíd., 3002).
1705 En virtud de su alma y de sus potencias espirituales de entendimiento y de voluntad, el hombre está dotado de libertad, “signo eminente de la imagen divina” (GS 17).