dos Revelaciones Divinas

1  Vol. 36-20 (5) y  2. Vol. 36-44

"El Alimento Divino" 

Cómo en este amor se genera la Stma Trinidad

1

AUDIO


Genero continuamente.

de nuestro amor de Padre e Hijo procedió el Espíritu Santo


De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 36-20 (5) Julio 18, 1938

"...Ahora, tú debes saber que mi amor no está contento si no hago y doy nuevas sorpresas de amor a quien vive en mi Querer, si no agrego cosas nuevas para hacerlas conocer, así que escucha hija mía cuánto te he amado: Mi Padre Celestial me generaba, y Yo lo amaba, y en aquél amor te amaba también a ti, porque mi Voluntad te llevaba siempre presente. 

Yo Genero continuamente, y del arrebato e ímpetu de nuestro amor de Padre e Hijo Procedió el Espíritu Santo, y en aquel arrebato te amé también a ti con amor continuo. Creé toda la Creación, y en cada cosa que creaba, primero te amaba a ti y después la creaba y la extendía a tu servicio. También en el amor entre Yo y mi Mamá Celestial te amé, y ¡oh, cuánto te amé al encarnarme en su seno virginal! Te amé en cada respiro, en cada movimiento, en cada lágrima, mi Voluntad te hacía presente para que te amase, y tú recibieras como don mío mi respiro, mis lágrimas, mi movimiento. Ha llegado a tanto mi amor por quien debía vivir en mi Querer, que también cuando hacía gracias a mis santos y los amaba, en aquel amor ella venía encerrada. Puedo decir: ‘Te he amado siempre, te he amado en todos y en todo, te he amado en todos los tiempos, en todo lugar, te he amado dondequiera y por todas partes’. 


2


AUDIO


El alimento divino: ‘El amor’" 

que genera al Hijo y al Espíritu Santo


De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta

Vol. 36-44   Diciembre 18, 1938 

"El Don Más Grande | El alimento divino: ‘El amor’" que genera al Hijo y al Espíritu Santo


El don más grande es cuando la vemos llevada en los brazos de nuestra Voluntad, entonces nos sentimos de tal manera atraídos, que no podemos hacer menos que hablar de nuestro Ente Supremo; decirle un conocimiento de más de lo que somos es el don más grande que podemos hacer, éste supera a toda la Creación; conocer nuestras obras es don, hacerle conoce a Nosotros mismos es Vida nuestra que damos, es admitirla a nuestros secretos, es fiarse el Creador de la criatura. 

Vivir en nuestro Querer, ser amados, es todo para Nosotros, mucho más que el amor de Nosotros mismos forma nuestro alimento continuo. 

Mi Padre Celestial genera sin cesar jamás a su Hijo, porque ama; con el generarme forma el alimento para alimentarnos. 

Yo, su Hijo, amo con su mismo amor y procede el Espíritu Santo, con esto formamos otro alimento para alimentarnos. 

Si creamos la Creación fue porque amamos, y si la sostenemos con nuestro acto creante y conservante, es porque amamos; este amor nos sirve de alimento. Si queremos que la criatura nos conozca en nuestras obras y en Nosotros mismos, es porque queremos ser amados, y de este amor nos servimos para alimentarnos. 

Sagrada Escritura


Juan 14,16-17 “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros”.

Juan 15,26 “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí”.



Catecismo


234 El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Es el misterio de Dios en sí mismo. Es, pues, la fuente de todos los otros misterios de la fe; es la luz que los ilumina. Es la enseñanza más fundamental y esencial en la "jerarquía de las verdades de fe" (DCG 43). "Toda la historia de la salvación no es otra cosa que la historia del camino y los medios por los cuales el Dios verdadero y único, Padre, Hijo y Espíritu Santo, se revela a los hombres, los aparta del pecado y los reconcilia y une consigo" (DCG 47).

261 El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Sólo Dios puede dárnoslo a conocer revelándose como Padre, Hijo y Espíritu Santo.

263 La misión del Espíritu Santo, enviado por el Padre en nombre del Hijo (cf. Jn 14,26) y por el Hijo "de junto al Padre" (Jn 15,26), revela que él es con ellos el mismo Dios único. "Con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria".

266 "La fe católica es ésta: que veneremos un Dios en la Trinidad y la Trinidad en la unidad, no confundiendo las Personas, ni separando las substancias; una es la persona del Padre, otra la del Hijo, otra la del Espíritu Santo; pero del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo una es la divinidad, igual la gloria, coeterna la majestad" (Símbolo "Quicumque": DS, 75).