Dios Padre Mío!

Padre Te Amo. Consagrada a Ti, quiero Glorificarte con mi vida, viviendo mis actos según Tu Voluntad; y en Jesús te doy mi te Amo, te Adoro, te Alabo, te Bendigo, te Glorifico, te doy Gracias a nombre de todos y por todos, por hacernos partícipes del Don de tu Voluntad.

Dios Padre

de Toda la humanidad


"¿Pero sabes tú qué cosa significa poseer tan grande paternidad y tan extensa filiación?  

Significa estar vinculada con vínculos de justicia a todas las riquezas, gloria, honor y privilegios que posee tan gran paternidad, 

así que como hija mía, tu Jesús te hace don de todos los bienes de la Redención; 

como hija nuestra quedas dotada de todos los bienes de la Trinidad Sacrosanta; 

como hija de la Soberana Reina, Ella te dona sus dolores, sus obras, su amor y todos sus méritos maternos; 

como hija de los ángeles y de los santos, ellos hacen competencia para cederte todos sus bienes; 

como hija del cielo, de las estrellas, del sol, del mar y de todas las cosas creadas..."


El Reino del FIAT Divino

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De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta

Libro de Cielo Vol. 19-55 (2-5)

AUDIO



De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 19-55 (2-5)  Septiembre 5, 1926

 

"Quien vive en la Voluntad Divina

 posee una paternidad grande

 y una gran filiación:  Es hija de todos"



"estando las cosas creadas todas investidas por mi Voluntad, donde Ella reina triunfante y dominante, ven en ti la misma Voluntad que reina en ellas"



(2)“La hija mía, la hija nuestra, la hija de la Mamá Celestial, la hija de los ángeles y de los santos, la hija del cielo, la hija del sol, de las estrellas, del mar, en suma, eres la hija de todos, todos te son padre y de todos eres hija, ¡mira cómo es grande la paternidad, cómo es extensa tu filiación!  En vez de oprimirte deberías gozar pensando que todos te son padre y a todos les eres hija.  Solamente quien vive en mi Voluntad puede tener el derecho de tan grande paternidad y de tan extensa filiación, de ser amada por todos con amor paterno, porque todos reconocen en ella a su hija, porque estando las cosas creadas todas investidas por mi Voluntad, donde Ella reina triunfante y dominante, ven en ti la misma Voluntad que reina en ellas, por eso todos te tienen como hija de sus entrañas, hay tantos vínculos entre tú y ellas, de sobrepasar en modo infinito los vínculos naturales que hay entre padre e hijo.  

¿Sabes tú quién no te es padre?  Sólo aquellos que no hacen reinar mi Voluntad en ellos, ellos no tienen ningún derecho sobre de ti, ni tú tienes ningún deber hacia ellos, es como cosa que no te pertenece.  

¿Pero sabes tú qué cosa significa poseer tan grande paternidad y tan extensa filiación?  

Significa estar vinculada con vínculos de justicia a todas las riquezas, gloria, honor y privilegios que posee tan gran paternidad, 

así que como hija mía, tu Jesús te hace don de todos los bienes de la Redención; 

como hija nuestra quedas dotada de todos los bienes de la Trinidad Sacrosanta; 

como hija de la Soberana Reina, Ella te dona sus dolores, sus obras, su amor y todos sus méritos maternos; 

como hija de los ángeles y de los santos, ellos hacen competencia para cederte todos sus bienes; 

como hija del cielo, de las estrellas, del sol, del mar y de todas las cosas creadas, todas se sienten honradas porque finalmente tienen a su hija para poder darle su herencia, y mi misma Voluntad reinante en ellas, con su luz interminable te hace la escritura de toda la Creación, y todos sienten la felicidad, la alegría de poder dar su herencia, porque al poder dar no se sienten más estériles sino fecundos, la fecundidad lleva la alegría, la compañía, la armonía, la gloria, la repetición de la misma vida.  ¿Cuántos hombres y mujeres son infelices a pesar de ser ricos porque no tienen prole?  Porque la esterilidad lleva por sí misma al aislamiento, la amargura, la falta de apoyo y de felicidad, y si parece que gozan aparentemente, en su corazón tienen la espina de la esterilidad que amarga todos sus gozos.  Así que tu gran paternidad que posees y tu extensa filiación, es causa de alegría a todos y mucho más a mi Voluntad, que bilocándose reina en ti y te constituye como hija de todas las cosas creadas por Ella, de modo que todos sienten tu apoyo y el contento de poder dar los bienes que poseen.  Por eso tu opresión no es justa en medio de tantos bienes y felicidad, y de tantos que te protegen, te defienden y te aman como a verdadera hija”.

(3)Después de esto me he abandonado en los brazos de Jesús y en la corriente de la Divina Voluntad para hacer mis acostumbrados actos, y Jesús regresando me ha dicho:

(4)“Hija mía, mi Voluntad conserva al alma en su origen y no la deja salir de su principio que es Dios, mantiene integra la imagen divina en el fondo de ella, imagen que está encerrada en la inteligencia, memoria y voluntad.  Y hasta en tanto el alma hace reinar mi Voluntad en ella, todo está vinculado, todo está en relación entre Creador y criatura, más bien vive a los reflejos de la Majestad Suprema y siempre crece nuestra semejanza en ella, y esta imagen la hace distinguir que es hija nuestra.  En cambio la voluntad humana hace que se desconozca su origen, la hace descender de su principio, la inteligencia, la memoria y la voluntad quedan sin luz y la imagen divina queda deformada e irreconocible, rompe todos los vínculos y relaciones divinas, y por eso la voluntad humana hace vivir al alma de los reflejos de todas las pasiones, de modo que se vuelve fea e hija del enemigo infernal, el cual busca esculpir en el alma su fea imagen.  ¿Cuántos males no hace el propio querer?  Devasta todo bien y produce todos los males”.

(5)Después de esto el bendito Jesús me ha transportado fuera de mí misma y me hacía ver cómo se había deformado su imagen en las criaturas, daba horror verla cómo era irreconocible y fea.  La santidad de la mirada de Jesús rehuía verlas, pero la compasión de su corazón santísimo lo empujaba a tener piedad de las obras de sus manos, deformadas y tan feas por su propia culpa.  Pero mientras Jesús estaba adolorido a lo sumo al ver tan transformada su imagen, hemos llegado a un punto donde eran tantas las ofensas que le hacían, que no pudiendo más ha cambiado el aspecto de bondad y tomaba aspecto de justicia y amenazaba con castigos; terremotos, agua y fuego eran puestos contra los pueblos para destruir hombres y ciudades.  Yo le he rogado que perdonase a los pueblos, y Jesús regresándome a mi cama me ha dado parte de sus penas.