"Si no hace el primer paso quedará

en ayunas de Dios”





De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 6, cap. 142 noviembre 8, 1905

El alma que se resigna a la Divina Voluntad, llega a hacer de Dios su alimento cotidiano


“Hija mía, al alma que se resigna a mi Voluntad,

le sucede como a aquél que acercándose a ver un bello alimento siente el deseo de comerlo, y excitándose el deseo pasa a disfrutar aquel alimento y convertirlo en su carne y en su sangre.

Si no hubiera visto el bello alimento no podía venir el deseo, ni podía sentir el gusto, y continuaría permaneciendo en ayunas.

Así es la resignación al alma,

mientras se resigna, en la misma resignación descubre una luz divina, y esta luz despeja la niebla que impide ver a Dios, y viéndolo, desea gustar de Dios, y mientras lo gusta siente como si lo comiera, de modo que lo siente todo transformado en sí al mismo Dios. Así que de esto se entiende que

el primer paso es el resignarse,

el segundo es el deseo de hacer en todo la Voluntad de Dios,

el tercero hacer de Él su alimento exquisito cotidianamente,

el cuarto es consumar la Voluntad de Dios en la suya.

Pero si no hace el primer paso quedará en ayunas de Dios”.