"Todo lo que Yo hice en la Redención les servirá no más de remedio,

sino de deleite, de alegría, de felicidad y de belleza siempre creciente"

La Redención servirá no más como alimento a los enfermos, sino como alimento a los sanos




De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 20-19 (5,6) Noviembre 2, 1926

"...estaba siguiendo en el Querer Divino lo que Jesús hizo en la Redención, y mi dulce Jesús regresando ha agregado: “Hija mía, mi Redención vino como remedio del hombre y por eso sirve como remedio, como medicina, como alimento a los enfermos, a los ciegos, a los mudos, a todas las especies de enfermedades, y como están enfermos no toman gusto ni reciben toda la fuerza que contienen todos los remedios que vine a traerles para su bien; el Sacramento Eucarístico que lo dejé como alimento para darles perfecta salud, muchos lo comen y comen y se ven siempre enfermos. Pobre alimento de mi misma Vida escondida bajo los velos de los accidentes del pan, cuántos paladares corruptos, cuántos estómagos indigestos que les impide sentir gusto de mi alimento y no digieren toda la fuerza de mi Vida Sacramental, y por eso quedan enfermos, y como son miembros con calentura en el mal, lo toman sin apetito.


Por eso suspiro tanto que venga el Reino del Fiat Supremo, porque entonces todo lo que Yo hice cuando vine a la tierra servirá como alimento a aquellos que gozarán perfecta salud. ¿Cuál no es la diferencia entre un enfermo que toma el mismo alimento y otra persona que goza de perfecta salud? El enfermo lo toma sin apetito, sin gusto, y le sirve para mantenerse y para no morir; el sano lo toma con apetito, y conforme lo gusta toma de más y se conserva fuerte y sano.


Así que, ¿cuál no será mi contento al ver que en el Reino de mi Querer todo lo que Yo hice servirá no más como alimento a los enfermos, sino como alimento a los hijos de mi Reino, que estarán todos llenos de vigor y de perfecta salud?


Más bien con poseer mi Voluntad,

poseerán mi Vida permanente en ellos mismos, como la poseen los bienaventurados en el Cielo,

así que mi Voluntad será el velo que esconderá mi Vida en ellos, y así como los bienaventurados mientras me poseen dentro de ellos como vida propia, porque la verdadera felicidad tiene principio en el interior del alma, por eso la felicidad que reciben continuamente de la Divinidad, da la mano, el beso, a la felicidad que poseen dentro y por eso son plenamente felices;


así el alma que posee mi Voluntad tendrá mi Vida perenne en ella, que le servirá de alimento continuo, no una vez al día como el alimento de mi Vida Sacramental,

porque mi Voluntad hará más desahogo, no se contentará con darse una vez al día, sino que se dará continuamente, porque sabe que tienen paladares puros y estómagos fuertes para gustar y digerir en cada momento la fuerza, la luz, la Vida Divina; y los Sacramentos, mi Vida Sacramental, servirán como alimento, como deleite, como nueva felicidad a la Vida del Fiat Supremo que poseerán.


El Reino de mi Querer será el verdadero eco de la Patria Celestial,

que mientras los bienaventurados poseen como vida propia a su Dios, lo reciben también de fuera de ellos mismos, así que dentro y fuera de ellos, Vida Divina poseen y Vida Divina reciben. ¿Cuál no será mi felicidad al darme Sacramentado a los hijos del Fiat Eterno y encontrar en ellos mi misma Vida? Entonces se tendrá el fruto completo de mi Vida Sacramental, y al consumirse las especies no tendré más el dolor de dejar a mis hijos sin el alimento de mi Vida continua, porque mi Voluntad, más que accidentes Sacramentales mantendrá su Vida Divina siempre con su plena posesión.


En el reino de mi Querer no habrá ni alimentos, ni comuniones interrumpidos, sino perennes, y todo lo que Yo hice en la Redención les servirá no más de remedio, sino de deleite, de alegría, de felicidad y de belleza siempre creciente.


Así que el triunfo del Fiat Supremo dará el fruto completo al reino de la Redención”.


Fiat Divina Voluntad