Voluntad Divina, voluntad humana.

Amar es poseer.

Dios en la criatura y ella en Dios...


De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 36, cap. 10 (2-4) mayo 19, 1938


La Divina Voluntad forma la parálisis a todos los males,

y el querer humano paraliza los bienes.

Amar es poseer.

Cómo viene formado Dios en la criatura, y la criatura en Dios



“...Hija mía bendita, date valor, no temas, la virtud, la potencia de mi Voluntad es tanta, que en cuanto se entra en Ella para vivir quedan paralizados todos los males, paralizadas las pasiones, los pasos y las obras malas, la voluntad humana sufre tal derrota de sentirse morir, pero sin morir, y sin embargo comprende con gran contento suyo, que mientras se siente paralizar el mal,

siente resurgir la vida del bien,

la luz que jamás se apaga,

la fuerza que jamás disminuye,

el amor que siempre ama;

surge en ella el heroísmo del sacrificio,

la paciencia invicta;


puedo decir que mi Voluntad pone el ‘basta’ a los males de la criatura, porque no hay principio y vida de bien sino en mi Voluntad.


Ahora, si mi Fiat tiene el poder de paralizar los males, el querer humano cuando domina solo en la criatura, hace que todo bien quede paralizado.

Pobre bien bajo la parálisis del querer humano, quiere caminar y apenas se arrastra, quiere obrar y se siente caer los brazos, quiere pensar el bien y se siente entontecido y como necio; así que la voluntad humana sin la mía es el principio de todos los males y la ruina total de la pobre criatura”.



Después, mi amado Jesús ha agregado con un acento conmovedor:


“Hija mía, quien me quiera poseer me debe amar.

Amar y poseer es lo mismo; conforme tú me amas, así quedo formado en tu alma, y cuando vuelves a amarme crezco, porque sólo el amor me hace crecer, y conforme repites tu amor así me hago conocer para hacerme amar de más; así que conforme tú me amas, así Yo te hago sentir cuánto te amo.


Ahora, conforme tú me amas, Yo te amo a ti y te poseo, y conforme nos alternamos en el amarnos, así quedas formada en Mí, creces, te alimento con mi amor, te formo en la Vida de mi Querer, te inundo con mis mares de amor para hacerte sentir cuánto te amo, con cuánta ternura te hago crecer en mi corazón, cómo te tengo celosamente custodiada,


y te hago sentir todo esto a fin de que tú me ames de más y uses Conmigo aquella misma ternura que uso Yo contigo, para tenerme custodiado y con un celo de amor, por el cual tú seas toda ojo, toda atención para darme tu vida a cada instante para amarme, para volverme feliz y contento en tu alma, como Yo te vuelvo contenta y feliz en mi corazón.


El amor quiere reciprocidad; si ama y no es amado siente la infelicidad, la amargura por quien lo debería amar y no lo ama. Por eso ámame siempre, y si quieres amarme de verdad, ámame en mi Querer, en el cual encontrarás el amor que no cesa jamás, y me formarás cadenas tan grandes de amor, de llegar a aprisionarme, de modo tal que no sabré desaprisionarme de tu amor”...


Fiat Divina Voluntad